Ensayo fallido en el primer día de los nuevos aparcamientos de autocares en la Sagrada Família
El Ayuntamiento no ha puesto ninguna señal que indique que algunas paradas han sido anuladas
BarcelonaLos inicios siempre son complicados, sobre todo si los cambios suponen dejar atrás años de hábitos adquiridos y algunas malas costumbres. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de la Sagrada Família, que este lunes esperaban con candeletas el estreno del nuevo sistema de aparcamientos que debía resolver el caos circulatorio que provoca cada día el alud de autocares que llevan visitantes al templo. Pero el primer día de este nuevo modelo no ha llegado. Aunque el Ayuntamiento anunció el viernes que desde este lunes desaparecerían las paradas de la calle Padilla, por la mañana éstas todavía estaban señalizadas como tales y seguían apareciendo en las aplicaciones que los conductores de autocares utilizan para aparcar.
¿El resultado? Tal y como ha podido comprobar el ARA, durante toda la mañana los autocares han continuado cargando y descargando pasajeros en paradas supuestamente anuladas como las de la calle Padilla, junto a los edificios donde los vecinos llevan años quejándose principalmente por dos cosas : el ruido que hacen los autocares –que muchas veces se detienen allí sin parar el motor– y el colapso de las aceras que se produce cada vez que cargan el pasaje o desencochan. Este lunes, además, la constante lluvia que ha caído sobre Barcelona ha hecho que el tráfico y las operaciones de carga y descarga todavía se complicaran un poco más. Fuentes del Ayuntamiento apuntaban precisamente a la lluvia como uno de los motivos por los que no habían podido completarse los trabajos de retirada de señales y hoy continuaban activas las paradas teóricamente anuladas. Una vez se acaben los trabajos definitivamente, las paradas serán definitivamente eliminadas de la aplicación Spro.
El nuevo modelo del Ayuntamiento busca, de hecho, descomprimir esta zona más tensada y alejar a los autocares de las paradas más cercanas a los edificios de vecinos. Por eso, se eliminan las siete paradas que había en la calle Padilla y en un tramo de Consell de Cent, y se crean tres nuevas en el tramo de la calle Marina entre Diputació y Consell de Cent, lo que hace que se pase de las 17 paradas que había hasta ahora a sólo 13. Un cambio con el que el Ayuntamiento también quiere establecer un recorrido claro para los autocares, que quiere que circulen por la Gran Via y la calle Marina y que sólo vayan hacia Consell de Cent en caso de no encontrar aparcamiento allí.
Desde la Asociación de Vecinos y Vecinas Sagrada Família, Gabriel Mercadal admite que todavía es pronto para valorar el nuevo sistema, pero subraya que ya avisaron al Ayuntamiento hace semanas de que el cambio de sitio de los aparcamientos "no era una solución". "La única solución posible pasa por un aparcamiento sótano", opina Mercadal, quien sostiene que cada vez "hay más autocares y menos aparcamientos", lo que hace que los conductores "se busquen la vida". "En verano será peor", concluye.
Este lunes, sin embargo, la mayoría de conductores desconocían los cambios. Mientras esperaba que volviera su pasaje, Miguel está detenido en una de las estaciones habilitadas en la calle Diputació detrás de la Monumental. Explica, sin embargo, que ha podido desencochar a Padilla porque todavía le aparecía como parada vigente en la aplicación Spro, que es del Ayuntamiento y sirve para que los autocares aparquen en las zonas habilitadas. No está de acuerdo con la reducción de paradas: apunta que ya ahora hay más flujo de autocares que paradas, y que, por tanto, muchas veces cuando no encuentran sitio deben dar vueltas y acaban "contaminando más y contribuyendo a congestionar más el tráfico". Por eso, pide más paradas como la nueva de Marina en calles anchas como Aragó.
Satisfacción con la nueva parada
Lo que sí funciona con normalidad ya desde este lunes son las tres nuevas paradas de la calle Marina. En este caso la acera es más ancha, lo que aleja el ruido de los edificios y permite que el grupo de visitantes que bajan de los autocares no bloqueen el paso al resto de peatones. Julien es uno de los conductores que lo ha estrenado y admite que es bastante "cómoda". Él hace poco que conduce autocares, pero sus compañeros ya le han avisado de que en Barcelona debe vigilar porque enseguida te multan. Por eso enseña sonriendo la app que ha utilizado y que es donde ha visto que podía aparcar en esta nueva estación.
Julien admite que los alrededores de la Sagrada Família son complicados por alguien que acaba de empezar a conducir autocares. "Pero no puedes venir a Barcelona y no ver esa preciosidad", opina señalando al grupo de chinos que ya vuelven caminando por la calle Marina hacia su autocar. Vienen desde Lisboa haciendo un recorrido que ha pasado también por Sevilla y Valencia, y que ahora continuará en dirección a Andorra, Zaragoza, Madrid y otra vez Lisboa, donde tomarán un vuelo de regreso a casa después de 12 días dando vueltas por la Península y de una hora en la Sagrada Família.