Barrios

Los barrios "de los márgenes" reclaman menos ladrillo y más mejoras sociales para transformarse

El Govern presenta un plan piloto para mejorar la convivencia vecinal de veinte áreas estigmatizadas de Catalunya

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Dos vecinas caminando por una calle del barrio de la Florida, de Hospitalet.

BarcelonaSi hace casi dos décadas el Govern puso en marcha la ley de barrios para ordenar el urbanismo de las zonas más desfavorecidas de los municipios catalanes, ahora le toca el turno a las actuaciones sociales. Son nuevos tiempos y la experiencia constata que centrarse en el ladrillo exclusivamente no es suficiente para una transformación en la comunidad. Bajo esta premisa, en las próximas semanas, se pondrá en marcha la fase piloto del plan Barris con futuro en veinte barrios de localidades de todo el país que han encadenado crisis y se han quedado "descolgados de la dinámica y el crecimiento económico", en palabras del consejero de Derechos Sociales, Carles Campuzano. Además, también se adapta la filosofía a la problemática de una cuarentena de micropueblos, más afectados por la falta de servicios y la despoblación.

Juan y su hijo Kilian del barrio de Sant Roc en Badalona.

Para esta prueba se han incluido barrios que arrastran el estigma de problemáticos o vulnerables como el de San Cosme de El Prat, San Roque de Badalona, ​​Pont Major, en Girona, el Centro Histórico de Manresa o el de Balaguer, la Mariola de Lleida, la Florida de Hospitalet, o el de San Salvador de Tarragona. "El riesgo de fractura es absolutamente relevante", ha subrayado este lunes Campuzano.

Sin embargo, el director general de Acción cívica y comunitaria, Xavier Godàs, ha matizado que los criterios para elegir las barriadas no se centran en los que "están peor", sino en la capacidad de la red social en responder a las propuestas de mejora. En este sentido, comparten el éxodo de las familias de toda la vida, que son sustituidas por unas recién llegadas de origen extranjero, así como indicadores sociales de poca renta, niveles de estudios bajos y un alto índice de paro, por ejemplo.

Paso de peatones para acceder al barrio de la Florida.

En la presentación del plan, Godàs ha evitado referirse al presupuesto del proyecto, pero ha asegurado que, sea cual sea el Gobierno resultante de las elecciones del 12-M, están comprometidas las tres fases de la prueba que se realizará durante este año : desde tomar la fotografía del estado de los barrios, hasta diseñar las acciones concretas. A partir de ahí, será el próximo ejecutivo quien debe implementarlo, aunque Godàs ha destacado el “gran consenso” entre las formaciones políticas, representadas en los ayuntamientos beneficiados, para mantenerlo.

En el acto, políticos y técnicos municipales han reclamado que el proyecto no caiga en los errores de anteriores basados ​​en la arquitectura y urbanismo, que se han sufragado con presupuestos millonarios sin conseguir cambiar dinámicas sociales y entender, han subrayado que los retos de la sociedad actual no son los mismos que los de hace dos décadas. Actualmente, existe una preocupación de cómo encajar la multiculturalidad, cómo hacer que los vecinos se sientan suyo un barrio que está degradado.

¿Qué necesitan estas barriadas que viven “al margen” de su localidad? Primero, que se les tenga en cuenta y las propuestas surjan desde el movimiento asociativo y los ayuntamientos, que son quienes conocen la realidad de primera mano, ya partir de ahí consensuarlos con los equipos de Derechos Sociales. El punto de partida está claro: mejorar los equipamientos y los espacios públicos, o fomentar la igualdad de oportunidades, sobre todo entre las criaturas y los adolescentes.

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