Barcelona

Los botellones vuelven a dispersarse y acaban con disturbios en Sarrià

Hay 15 arrestados por desórdenes públicos y robos cometidos aprovechando la confusión

BarcelonaLa masa de gente que se vio hace una semana, con miles de jóvenes en la Plaça Espanya y en la playa del Bogatell por la Mercè, no se ha repetido, pero los botellones que reúnen a autóctonos y turistas con ganas de beber y alargar la noche continúan y se han vuelto a dispersar por Barcelona. Centenares de jóvenes estaban esta noche pasada en la playa de la Barceloneta, en la Plaça dels Àngels, delante del Macba, y en el barrio de Sarrià. Tanto la Barceloneta como Sarrià celebran la fiesta mayor, y ha sido en este segundo barrio donde, de madrugada, se han vivido más incidentes que han acabado con detenciones.

Cuando los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana han desalojado el botellón que se hacía en el centro de Sarrià, ha habido lanzamiento de botellas y otros objetos -que la policía define como “contundentes”- contra los agentes: dos han acabado heridos leves. Los Mossos aseguran que también se han tirado motos en el suelo “para generar confusión entre los concentrados" y aprovechar también para intentar cometer hechos delictivos, puesto que los agentes aseguran que había “delincuentes que actuaban en grupo”. La policía argumenta que ha intervenido porque antes de los disturbios se habían producido varios robos y algunas peleas. El SEM ha atendido a cuatro heridos leves: a uno lo han trasladado al Hospital Clínic y los otros tres han recibido el alta in situ.

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La noche se ha saldado con 15 detenciones en toda la ciudad -dos de los arrestados son reincidentes porque suman 29 antecedentes- por robos y desórdenes públicos. Ocho han sido en Sarrià, tres de los cuales son menores, y los otros siete en otros botellones que no han tenido disturbios pero no se han ahorrado los robos a medida que avanzaba la noche. Los Mossos han abierto una investigación para identificar y detener a más autores de los robos y los disturbios en Sarrià.

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Botellón en la playa: "O vienes a un lugar así o no hay nada más"

A diferencia de Sarrià, que ha reunido a un público más local, la playa de la Barceloneta se ha llenado la última noche de turistas y estudiantes extranjeros. La arena ha quedado llena de grupos de jóvenes, incluso menores, que iban cargados con bolsas y botellas. A pesar de que la policía revisaba -también se ha hecho en Sarrià- que la gente no llevara alcohol ni botellas de cristal, en la playa había bebida para todo el mundo. Eva, Jana y arla, que aseguraban ser todavía menores de edad, decían que habían comprado el alcohol en su supermercado habitual pero también esta misma noche, más tarde de las 11 e incumpliendo la normativa, “en el que está abierto 24 horas”. Los lateros también vuelven a vender cervezas y mojitos en la arena.

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Pero la fiesta en la Barceloneta no convencía a las chicas: “La semana pasada nos gustaba más. No hay música ni ambiente”. A pesar de que había grupos de jóvenes que llevaban su altavoz, no se veían las escenas del Bogatell en las que una multitud bailaba la misma canción. En la playa las mascarillas ya han pasado a mejor vida y algunos de los estudiantes explicaban que se concentraban ahí “porque no hay ningún otro lugar”. Martín y Paula lamentaban que, a partir de las 3 de la madrugada, los locales nocturnos “están cerrados”, sin que haya otra alternativa donde consumir alcohol.

A pesar de que parece imprescindible hablar en inglés para hacerse entender por la noche en la playa de la Barceloneta, entre los grupos de franceses, ingleses, italianos y portugueses también se cuelan algunos jóvenes de municipios próximos a Barcelona, como por ejemplo Badalona. Un polaco aportaba fauna al botellón con un guacamayo al hombro atado con un cordel rojo. “Voy a todas partes con el pájaro”, explicaba, y contaba que había llegado en coche y pasaba unos días en la ciudad, donde la última noche se había convertido en la atracción de la fiesta en la Barceloneta. La gente se aproximaba para hacerse fotos con las plumas azules y amarillas del pájaro, que cuando desplegaba las alas siempre asustaba a alguien.

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Jorge, que es vecino de Barcelona y ahora estudia un máster, relataba que habían salido a la playa con los compañeros de clase porque “o vienes a un lugar así o no hay nada más”. Pero ve la Barceloneta como “un lugar de guiris”. En cambio, en la plaza del Macba, donde el público ya no está dominado por los turistas, incluso molesta la presencia de periodistas y fotógrafos. La gente se quejaba de que ahora todo el mundo vuelva a acordarse de los botellones porque durante la Mercè se descontrolaron. La pregunta que sobrevuela es qué otra opción queda mientras no se recupera la “normalidad” deseada.