Los cinco retos inminentes que Illa deja a Darias en el ministerio de Sanidad

MadridCarolina Darias aseguraba este martes que asumía el "reto" de ser ministra de Sanidad con "ilusión, responsabilidad y mucha humildad". Después de prometer el cargo ante el rey y de que Salvador Illa le entregara la nueva cartera, detalló que su plan es seguir el "camino trazado" por su predecesor, de quien alabó la "templanza" y el tono "esperanzador". Pero el hecho es que Illa deja el ministerio en el peor momento de la tercera oleada, con un récord diario tanto de contagios como de muertes, que ayer se elevaron a 591 en el conjunto del Estado, las cifras más altas desde la primera oleada. Darias tiene que afrontar muchos retos, pero recogemos los más inminentes.

Darias, conocida en el gobierno español por trabajar como una hormiguita sin acaparar los focos, tendrá que trabajar de manera inminente para intentar doblar la tercera curva del coronavirus. Illa se va con la consigna de que es posible derrotar al virus y pone como ejemplo la respuesta a la segunda oleada. Pero la presión en las UCI en el conjunto del Estado ya está por encima del 40%. Se trata de un dato ilusorio, porque en la mayoría de comunidades están por encima del 100% y lo que se está usando son las plazas ampliadas, que quitan lugar a otros pacientes que no tienen covid-19.

El gobierno español asegura por activa y por pasiva que con las mismas recetas del mes de octubre es posible salir de la actual situación crítica, pero hay un nueva variante. La cepa británica cada vez tiene más presencia en el Estado. El propio ministerio alertaba el martes en un informe del "muy alto impacto" que está teniendo en varias comunidades –Madrid cree que el 9% de los casos provienen de esta variante, que podría ser un 30% más mortífera–. Si la curva no se doblara, el febrero podría convertirse en un mes todavía más complicado que el enero.

De aquí el debate abierto sobre la posibilidad de ampliar las restricciones. Darias se estrenará este jueves presidiendo la reunión del Consejo Interterritorial de Salud, que reúne a los consejeros autonómicos. En la última reunión, Illa rechazó ampliar el actual estado de alarma de seis meses para permitir avanzar el toque de queda a las 20 h. La nueva ministra tendrá que gestionar la presión autonómica creciente y habrá que ver si acepta o no aumentar las restricciones actuales.

Al problema añadido de la cepa británica se suma la falta de vacunas. Madrid ya ha anunciado que dejará de vacunar durante dos semanas para garantizar las dosis a las personas a las cuales les falta la segunda. Y Catalunya agotará las reservas esta semana. Mientras tanto, Pedro Sánchez no ha querido entrar en la guerra abierta entre la Comisión Europea y AstraZeneca. Illa daba por hecho el martes que España recibiría las nuevas dosis "los próximos días" y mantiene la promesa de que después del verano habrá un 70% de personas vacunadas en el Estado, un objetivo que los expertos ven imposible con el nivel de vacunación actual.

Si este jueves Darias se tendrá que examinar ante los consejeros del ramo –a pesar de que desde noviembre forma parte de las reuniones de la interterritorial–, el viernes tiene el deber de rendir cuentas en el Congreso por la gestión de la tercera oleada. Illa se va sin haber hecho los deberes –se comprometió a informar sobre el estado de alarma de manera mensual– y lo ha dejado en manos de Darias. El PSOE se quedó solo el lunes rechazando la petición del PP para que el ministro de Sanidad compareciera ya esta semana.