Colau limita los bares y las actividades turísticas en todo el Eixample

La fuerte restricción, que no gusta al PSC, quiere proteger la diversidad de los comercios actuales antes de pacificar las calles

BarcelonaDesde este viernes es mucho más difícil abrir un bar o un supermercado en el Eixample de Barcelona. El Butlletí Oficial de la Província ya ha publicado las nuevas restricciones impulsadas por la alcaldesa Ada Colau, que quieren proteger los comercios actuales antes de que se empiece a hacer la gran superisla que tiene que pacificar la calle Consell de Cent, entre Roquefort y la calle Girona, y que también afecta a tramos de estas dos calles y de Comte Borrell. La próxima semana caducaba la suspensión de licencias que desde hace un año afectaba a estas calles y ahora ya prevalece el nuevo plan de usos.

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La experiencia demuestra que la pacificación de calles beneficia la salud y el bienestar de los vecinos, pero también tiene consecuencias negativas. Cada vez que el Ajuntament saca los coches de una calle para hacer un paseo, el barrio se revaloriza y los comercios y establecimientos de la zona empiezan a cambiar: los alquileres de los locales suben de precio y allí donde había una mercería, se abre un horno de degustación que ofrece muffins por cinco euros. Según de qué zona de la ciudad se trate, los turistas también empiezan a aterrizar y las tiendas de alquiler de patinetes van apareciendo poco a poco. Se llama gentrificación. El nuevo plan de usos quiere evitar que esta práctica se despliegue todavía más en el Eixample y por eso establece fuertes restricciones, como ya pasa desde hace años en Gràcia y Ciutat Vella. Pero este tipo de planes suelen levantar polémica porque afectan directamente a los intereses económicos.

El nuevo plan de usos pone condiciones al número máximo de locales de este tipo en un radio determinado. Por ejemplo, entre cada establecimiento de juegos y atracciones tendrá que haber 400 metros de distancia y 200 entre los gimnasios. La medida no afecta a los locales ya existentes, sino que quiere evitar que se abran más sin respetar estas distancias. Además, la restricción también llega al número máximo de metros cuadrados que puede ocupar cada establecimiento. Así, los locales musicales no podrán ocupar más de 300 metros cuadrados, igual que los comercios alimentarios con degustación. Los bares y restaurantes no podrán tener más de 300 metros cuadrados en pasajes, mientras que los que están en calles solo podrán llegar a los 500 metros cuadrados.

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Propuesta para evitar la gentrificación en el Eixample
Distancia mínima obligatoria entre los locales de un mismo tipo / 25 m: restauración, autoservicios, comercio alimentario con degustación, tiendas de conveniencia; 200 m: gimnasios, prestación de servicios turísticos, tiendas o talleres de bicis y movilidad personal; 400 m: musicales, juegos y atracciones, superservicios y supermercados, audivisuales, tiendas o talleres de motos.

El plan de usos se ha aprobado inicialmente en la comisión de gobierno y con la abstención del PSC, que no comparte "ni el fondo ni la forma", secunda la portavoz de los socialistas en el Ajuntament, Rosa Alarcón. Según ha explicado, los comunes les enseñaron el proyecto el miércoles, un día antes de la votación. "Nosotros no somos oposición, tenemos responsabilidades, entre ellas la conselleria de Comercio", ha advertido Alarcón. Además, los socios de gobierno de Colau tampoco comparten el alcance de las restricciones. Critican que afecte a todo el Eixample y no solo a las calles afectadas por la superisla. "La realidad de Fort Pienc es muy diferente de la del Passeig de Gràcia", ha dicho. Finalmente, el PSC también cree que algunas de las actividades restringidas no generan gentrificación, como es el caso de las tiendas de bicicletas.

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A pesar de que ya está en vigor, todavía hace falta la aprobación definitiva. Ahora el texto se someterá durante dos meses a exposición pública para que se puedan presentar alegaciones y después se abrirá un proceso participativo "para recoger aportaciones del vecindario, entidades y grupos políticos", según fuentes del gobierno. La teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, y el regidor del Eixample, Pau González, todos de los comunes, han presentado esta mañana la nueva regulación que quiere evitar "la saturación" de algunos establecimientos.

En el Eixample hay actualmente 14.416 locales, el 27% de los cuales se dedican a la restauración, autoservicios, comercios alimentarios y tiendas de conveniencia (los pequeños supermercados con un horario más amplio).