Emergencia social

El discurso contra la inmigración cala entre los usuarios de servicios sociales

Las trabajadoras sociales alertan de que deben desmentir que no existe ninguna discriminación por origen en las prestaciones

BarcelonaDe tener un cochecito para niños totalmente gratis a pasar por delante de los ciudadanos autóctonos para recibir una atención sanitaria o una prestación social. Son los rumores que alimentan los discursos de odio contra los migrantes, que sin base alguna se esparcen entre una sociedad que ha visto cómo, a pesar de las mejoras macroeconómicas, hay mucha precariedad social. La decana del Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña, Laura Morro, ha advertido que las profesionales de los servicios sociales municipales básicos intentan desmentir que haya un trato favorable hacia el vecino de origen extranjero al tiempo que solucionan los problemas que plantean los usuarios.

Las trabajadoras sociales relatan cómo muchas veces se encuentran con que usuarios autóctonos "muestran su rabia" por la tardanza en recibir un servicio o prestación debido a la falta de presupuesto o las listas de espera culpando a los extranjeros de tener un privilegio. "Es mentira —afirma contundente Morro—. Es falso que las ayudas las acapare la población inmigrada, porque se dan a las personas que más las necesitan".

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En las oficinas de los servicios "no hay discriminación por origen" de los usuarios, insiste la decana, que también subraya que no se puede responsabilizar a la ciudadanía de creerse estos rumores porque en realidad responden al sentimiento "de abandono de las administraciones, porque no les ayudan". Para las profesionales que deben dar cada día la cara, la situación a veces es bastante "desagradable" porque incluso en algunos lugares ese malestar tiene una expresión violenta.

El problema, según Morro, es que la mayor mayoría de los recortes de 2008 aún no se han revertido, a pesar del aumento del censo de población catalana y, sobre todo, de la complejidad de los casos que las profesionales deben acompañar, agravada por las dificultades para mantener la vivienda o el aumento de casos de trastornos de la salud mental.

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Una pugna "por los muelles" del sistema

La diagnosis del colegio profesional coincide con la que hace ya un tiempo repite la Mesa del Tercer Sector Social, que alerta de las tensiones entre nosotros y losotros, también en barrios con mayor vulnerabilidad y exclusión social. "En realidad, es una pugna por los muelles del sistema social, que es muy débil y deja a mucha gente desatendida", afirma una trabajadora que evita dar su nombre.

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Sobre por qué la cobertura de prestaciones sociales en Catalunya es muy baja y las ayudas no llegan a quien las necesita, Morro ha subrayado que hay una parte de "vergüenza" en entrar en los servicios sociales porque un grueso de la población consideran que no tienen derecho, ya que lo asocian a la pobreza extrema, al tiempo que también ha señalado el exceso de burocracia, que dificultan su tramitación.