La consejería de Educación "no se plantea que el curso que viene pueda ser semipresencial", sino que espera que todos los estudiantes de las etapes postobligatorias puedan recuperar la plena presencialidad incluso antes de que acabe el curso. "Si a la vuelta de Semana Santa los indicadores hubieran sido mejores, sobre todo la ocupación de las UCI, se habría acordado ya el regreso a las aulas", ha expresado el 'conseller' Bargalló. Este regreso se intentará garantizar especialmente para los alumnos de segundo de bachillerato, que son precisamente los que han de hacer la PAU. El curso comenzó con estudios presenciales, pero en octubre, visto el empeoramiento de los datos y la segunda oleada de covid, se instauró un sistema semipresencial en bachillerato y formación profesional, que se ha mantenido hasta ahora.
Educación dice que la nueva selectividad se instaurará en el curso 2023-24
Catalunya tendrá 261 grupos más de bachillerato y formación profesional y dos institutos nuevos específicos de FP
BarcelonaLa selectividad actual tiene los días contados. Si serán pocos o muchos depende del departamento de Educación y de las universidades, pero de momento los primeros parecen decididos a reformar el actual acceso a la universidad. "No aguantaremos mucho más, con la selectividad actual. Las actuales pruebas de acceso a la universidad (PAU) son insostenibles", ha afirmado el consejero de Educación, Josep Bargalló. El bachillerato, ha dicho Bargalló, es el nivel educativo que se ha mantenido más al margen de la oleada de transformación educativa que en los últimos años ha sacudido el sistema educativo, y esto ha provocado que dos cursos académicos enteros estén condicionados por un examen. "El bachillerato tiene un corsé que se llama PAU", ha dicho, y ha repasado los agravios: ha dicho que es un examen que no tiene "nada que ver con" el trabajo por competencias, que se basa en "el viejo estudio memorístico" y que "provoca ansiedad" a los alumnos. Pese a las "reticencias" que hay, Educación asegura que cada vez estamos más cerca de reformar esta etapa educativa.
Según la directora general de Currículum y Personalización, Maite Aymerich, se está preparando un decreto para transformar el bachillerato y hacerlo más "flexible" y que no sea solo "una pasarela para superar una prueba". La nueva normativa se aprobaría el año que viene, para que sea de aplicación en el curso 2022-2023 y permita instaurar unas nuevas pruebas de acceso a la universidad en el curso 2023-2024. Los primeros estudiantes en hacer la nueva prueba, pues, serían los que ahora están estudiando 3º de ESO.
Esto es, de hecho, lo que hace unos meses pedían un grupo de directoras, unidas en la plataforma Canviem el Batxillerat, que pide reenfocar estos dos cursos para que sean más flexibles. El objetivo general, explicaban las tres impulsoras al ARA, es dejar de ver el bachillerato como la antesala de la universidad. “Muchos profesores piensan que el bachillerato solo sirve para hacer la selectividad y no recuerdan que muchos alumnos hacen bachillerato para ir a un ciclo superior”, decía Maribel Tarrés, directora del Instituto Jaume Cabré de Terrassa. “Es como si no hubiera ningún otro camino, cuando en realidad tendría que haber muchas bifurcaciones", añadía.
En esta línea, Bargalló ha presentado varias novedades para el curso que viene en cuanto a los estudios postobligatorios (bachillerato y formación profesional, sobre todo), que en total tendrán 8.267 grupos, 261 más que este curso, y que tendrán que dar plaza a 350.000 estudiantes. De entrada, se abrirán dos nuevos institutos públicos específicos de FP: el Institut Centre de Tecnologies d'Aliments, en Mercabarna, y el Institut Antoni Algueró, en Sant Just Desvern, dedicado a las artes gráficas. Además, se pondrán en marcha doce ciclos formativos por primera vez en Catalunya, entre los cuales está informática de oficina, acceso y conservación en instalaciones o guía en el medio natural y tiempo libre. También se incrementarán los centros que ofrecerán tanto el bachillerato artístico (habrá tres más, y ya serán 67) como la doble titulación de bachillerato y enseñanzas deportivas y artísticas (se impartirán en quince institutos, seis más que ahora).
Todo ello, ha dicho Bargalló, para aumentar la calidad y la especialización de la oferta y adecuarla "a la demanda del mercado laboral". De hecho, el consejero ha dicho que el objetivo es abandonar la formación "genérica y generalista" actual y avanzar hacia un modelo ligado "a las necesidades del territorio y del mercado de trabajo y a las nuevas inquietudes de los alumnos". En este sentido, también se reforzará con 23 grupos más la oferta del programa de nuevas oportunidades para jóvenes de entre 14 y 24 años que quieren obtener el título de ESO, reincorporarse al sistema educativo y prepararse para acceder al mercado laboral.
El covid-19 pasa factura a la FP dual
Para acceder a un trabajo –y más en un contexto de pandemia en el que la tasa de paro juvenil se ha descontrolado y llega casi al 40%, 12 puntos porcentuales más que hace un año– es clave el vínculo con las empresas y el tejido productivo. Con el covid-19, sin embargo, esta relación se ha visto un poco resentida y ha bajado el número de estudiantes que hacen la FP dual, el modelo en el cual los alumnos compaginan durante dos años los estudios con prácticas en una empresa real. Según el director general de FP, Joan Lluís Espinós, el objetivo es recuperar el 18% de alumnos que hacían este modelo e irse acercando al 30% de media europea en un futuro más o menos próximo. Para conseguirlo, Espinós ha dicho que el curso que viene "todos los alumnos, todos los ciclos, los centros y todas las empresas podrán hacer FP dual en Catalunya". "El modelo curricular que se ha planteado no es una reforma, es una redistribución de las horas que permite que todos los ciclos puedan hacer la doble modalidad sin que haya cambios en los centros", ha explicado Espinós, después de que se haya desplegado un plan piloto en este sentido en el 75% de los centros públicos y el 50% de los concertados.