Fracaso escolar

Uno de cada 10 alumnos sufre dislexia, TDAH o autismo

Un estudio vincula el fracaso escolar en España a una infradetección de los trastornos del aprendizaje

Luciana hace ejercicios de refuerzo en el Institut Guttmann Barcelona con la neuropsicóloga infantil Berta Fernández
Natàlia Pinyol
02/10/2024
3 min

BarcelonaSufrir dislexia, trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o autismo es un factor destacado que puede hacer que un alumno fracase y acabe dejando sus estudios. Ésta es una de las principales conclusiones del último informe FAROS del Hospital San Juan de Dios que alerta de que los trastornos de aprendizaje afectan a entre un 5 y un 15 % de los alumnos en todo el Estado. Para hacer frente a este problema, los autores del estudio que vinculan los trastornos del neurodesarrollo con el fracaso escolar, insisten en la importancia de la detección precoz a la hora de abordarlos en el entorno familiar y también escuela.

Aunque los factores que pueden influir en el fracaso escolar son diversos, el informe hecho público este miércoles corrobora cómo los datos de los últimos 20 años demuestran que estas dificultades de aprendizaje son uno de los más relevantes. Actualmente, existen leyes, decretos y resoluciones que promueven actuaciones para una educación inclusiva. Sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones las intervenciones se llevan a cabo cuando se produce el fracaso y no antes, como sería aconsejable. El informe FAROS ratifica esta afirmación y asegura que si los trastornos se diagnostican en una etapa tardía, la pérdida de elasticidad del cerebro reduce las posibilidades de que los niños desarrollen de forma adecuada todas las habilidades de aprendizaje.

"Debemos acompañar a las familias, ayudarles a entender el diagnóstico, potenciar los aspectos favorables y disminuir los negativos, dándoles herramientas para manejar las dificultades de sus hijos", ha explicado Roser Colomé, neuropsicóloga pediátrica de Sant Juan de Dios y coordinadora del estudio. El cambio también pide dar mayor confianza a los docentes. Anna López, también neuropsicóloga del centro dice que "dar poder" a los profesores es una necesidad "para que puedan detectar estos casos y así incidir a tiempo".

Por otra parte, Colomé subraya que "sentirse seguro en la escuela es fundamental para el aprendizaje y la salud mental de los estudiantes". En esta línea, los expertos recomiendan intervenir más bien en la etapa de la educación primaria para actuar sobre las funciones cerebrales deficitarias. En secundaria, en cambio, las acciones deberían centrarse en compensar las dificultades, ya que la plasticidad cerebral ya es menor.

¿Qué se puede hacer desde casa?

El informe FAROS expone qué acciones se pueden llevar a cabo para mejorar la capacidad de aprendizaje en casa y en la escuela. Algunas de las acciones podrían ser trabajar la postura corporal y realizar actividad física. Por eso los responsables del estudio proponen que las escuelas introduzcan una sesión diaria de ejercicio físico de al menos 30 minutos, prácticas de respiración profunda y mindfulness. También insisten en que es esencial alimentar a los niños de una manera saludable para cuidar la microbiota intestinal. En cuanto al sueño, se recomienda que los niños y niñas de entre 8 y 11 años duerman alrededor de once horas y los adolescentes, nueve.

Finalmente, los profesionales de San Juan de Dios también han realizado una revisión sobre los diferentes trastornos del neurodesarrollo para actualizar los criterios que se utilizan para abordarlos. De esta forma, se han incorporado los trastornos del espectro autista (TEA) y la discapacidad intelectual. Por el contrario, se ha eliminado el trastorno de aprendizaje no verbal (TANV), puesto que la comunidad científica no lo acepta por completo. Por último, se ha incluido un capítulo sobre qué son y qué no son las altas capacidades (ACI).

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