Educación

La lucha de ocho familias fuerza al Gobierno a alargar la educación a alumnos con discapacidad

La conselleria se aviene a ampliar la estancia en los centros de educación especial, pero alerta de que habrá menos plazas libres

Algunos de los hijos de las familias que han conseguido que la educación especial se alargue
05/10/2025
5 min

Barcelona"Hasta". Esta preposición –y las diferentes formas de interpretarla– es la que impedía que Maria y muchos de sus compañeros este curso pudieran seguir estudiando. De hecho, la interpretación que hace la Generalitat de esta preposición ha provocado que, desde hace tiempo, los alumnos con discapacidad hayan visto cómo su etapa de formación y acompañamiento en centros de educación especial fuera más corta de lo que esperaban.

Ahora, sin embargo, y después de meses de lucha, ocho familias han conseguido que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) les dé la razón con una sentencia que es un revés judicial por Educación y que, sobre todo, abre la puerta a que todos los alumnos con discapacidad puedan alargar un curso o dos su escolarización en un centro de educación especial.

Todo empezó con Maria, que sufre trastorno del espectro autista (TEA). En su caso, uno de los rasgos del TEA que se le manifiesta es la necesidad de que haya alegría, pero también la impaciencia. Ha sido esta segunda la que propició que fuera ella misma quien llevara la iniciativa de esa lucha. "Yo sólo he sido su abogado, pero fue ella quien fue a buscar a sus compañeros para que subieran al carro y pelear juntos", admite Pablo Feu, su padre y el abogado que ha llevado el caso.

Fuera del centro dos años antes

Para entender el conflicto hay que ver lo que dice tanto la ley orgánica de educación (LOE) española, como el decreto catalán para desplegarla (175/2022) que son aparentemente claros: "En los centros de educación especial el alumnado puede estar escolarizado hasta los veintiún años". Ahora bien, la interpretación de este "hasta" puede reducir o ampliar hasta dos cursos la escolarización de un alumno con discapacidad. Por ahora, Educació interpreta que este "hasta" implica que ningún alumno puede estar escolarizado cuando cumple veintiún años. Sin embargo, una lectura que en algunos casos acaba expulsando del sistema a alumnos de sólo diecinueve años. ¿El motivo? Que la interpretación de la Generalitat descarta a todos los alumnos que cumplan veintiún años durante el año en que termina el curso, con independencia de qué día del año es su cumpleaños.

"Si estos niños no repiten conductas y formación lo pierden todo, no es como nosotros que lo retenemos. Con el sistema actual, la vida de nuestros hijos en el mejor de los casos termina a los veintiún años y lo que nos ha costado un esfuerzo titánico alcanzar, podemos perderlo en tan sólo un año con este diseño", describe Pablo.

Ante la interpretación restrictiva por parte de la Generalitat, las ocho familias que había unido a Maria decidieron acudir a la conselleria para pedir que reconsideraran la manera de interpretar la norma y permitieran que sus hijos acudieran al centro de educación especial hasta el último día en que tuvieran veintiún años. Educació les denegó esta petición. Las familias presentaron un requerimiento que también fue denegado por el departamento. Por último, llevaron el caso ante los tribunales, y ganaron.

En una sentencia del 30 de junio de este año –solo cuatro días antes de cerrar la matriculación en los centros de educación especial– tres magistradas del TSJC dieron la razón a las ocho familias: sus hijos tienen derecho a ser escolarizados "hasta el día en que tengan veintiún años en el momento del inicio del curso". Las juezas argumentan que, de este modo, "se posibilita" que estos alumnos sigan escolarizados durante todo el tiempo que tengan veintiún años y "se evita que tengan que abandonar el centro al cumplir veintidós años", sin terminar el curso y "con los efectos perjudiciales que supone para el alumnado".

Aunque la sentencia aclara que la decisión de las magistradas sólo se aplica a los ocho alumnos que han recurrido, la resolución crea un precedente jurídico para todas las familias que se encuentren con este impedimento. De hecho, en su escrito, las tres magistradas son contundentes a la hora de decir que la interpretación que realiza la Generalidad de la norma no concuerda con la garantía de derechos. "Debemos insistir en que las normas deben ser interpretadas y aplicadas en el sentido más favorable al ejercicio de los derechos fundamentales, sin hacer uso de interpretaciones restrictivas que les disminuyan", recuerdan las juezas antes de concluir que la interpretación actual no cumple ese objetivo.

Cambios para el próximo curso

Hoy, estos ocho alumnos tienen garantizada la escolarización en su centro de educación especial hasta acabar los veintiún años, pero han querido dar un paso más. "Nosotros hemos ganado, pero las familias deben saber que esta opción es posible, porque no se ha explicado", lamenta Aldo Ibáñez, padre de Martí, otro de los alumnos con TEA del mismo centro. Por este motivo, Ibáñez animó a Pablo Feu a, juntos, hacer público su litigio. "Queremos que cuando otros padres en la misma situación lean la noticia se sientan aligerados", detallan ambos progenitores.

Y su lucha ha tenido frutos: tal y como han explicado fuentes de Educación al ARA, el próximo curso la conselleria "se propone ofrecer criterios claros y en la línea que propone la sentencia, para que aquellas familias que quieran ejercer el derecho de permanecer en la escuela hasta el último día de los veintiún años, lo puedan". Las mismas fuentes admiten que "será importante informar a las familias de la posibilidad", pero también hacen un aviso duro. "Esta medida supone garantizar un derecho, pero a su vez reduce la liberación de plazas vacantes en los centros de educación especial, y se notará especialmente el curso que se ponga en funcionamiento".

"Mañana es tarde"

Pese a celebrar la victoria, Feu e Ibáñez son conscientes de que el futuro que les espera a sus hijos es complicado. Denuncian que una vez terminada la etapa en el centro de educación especial –que a partir de ahora va a durar un poco más– su horizonte es injusto y poco alentador. "Es una época que se asimila más al asilo que al desarrollo. Maria tiene un ánimo muy positivo y me da miedo que lo que le espera le acabe deprimiendo", advierte Feu.

Por este motivo, Ibáñez está impulsando junto a otros padres una fundación para intentar que el acompañamiento a sus hijos al acabar la escuela se asimile mucho a lo que han tenido hasta ahora y les permita seguir avanzando. La fundación se llama Vitalis y tiene ya una treintena de miembros. Pero no es la única, otros alumnos forman ya parte de la Asociación EVI. "La exclusión del sistema hace que casi cada familia monte una fundación", critica Ibáñez.

Feu explica orgulloso que su hija tiene un lema: "Mañana es tarde". Y éste es el mantra que se aplican estas familias de cara a la nueva etapa. "Maria tiene razón y seguiremos luchando y buscando opciones porque sólo tienen una vida y, en efecto, mañana es tarde", concluye el padre.

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