Ruptura definitiva entre Educación y los sindicatos: no habrá reducción de una hora lectiva

La 'conselleria' había propuesto aplicar el cambio en primaria el curso que viene y en la ESO el siguiente

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La manifestación de martes ante la consejería.

BarcelonaYa no hay más margen para buscar el acuerdo. El estropicio entre sindicatos y departamento de Educación se ha materializado con la resolución que se ha publicado este martes al mediodía en el portal interno de los centros con las plantillas que cada escuela e instituto tendrá para el próximo curso. En este documento no constan los 1.463 maestros extras que la conselleria, en un gesto in extremis, había propuesto incorporar al sistema a cambio de aceptar una de las reclamaciones que los sindicatos consideraban irrenunciables, la reducción de una hora lectiva del horario de los maestros de infantil y primaria el próximo curso. Pero los sindicatos exigían que esta medida se aplicara también en la ESO, bachillerato y FP a partir de septiembre, un punto que la conselleria mantiene que no es viable ni económica ni técnicamente y proponía retrasarla hasta el curso siguiente, en el 2023 -24. Los sindicatos lo han rechazado y, finalmente, las plantillas serán más o menos las mismas que este año, o incluso más cortas, si finalmente el Estado no renueva los fondos covid, que permiten pagar el millar de refuerzos que tuvieron las escuelas con motivo de la pandemia. En la conselleria ya prevén un fin de curso agitado.

El departamento explicó que intentaron el acuerdo hasta el último momento, y durante las vacaciones de Semana Santa llamaron a los sindicatos para plantearles una última oferta, un "gesto de acercamiento definitivo", que les trasladaron en una reunión el viernes 22 de abril: consistía en reducir una hora lectiva en primaria a partir del próximo curso (hacer 23 a la semana y no 24 como ahora), lo que costaría 67 millones de euros extra y la incorporación de 1.463 maestros, y hacer lo mismo en ESO, bachillerato y FP en el curso 2023-24 (pasar de 19 a 18 horas), lo que habría supuesto 103 millones de euros para contratar a 2.009 profesores. Esta propuesta, que en la práctica supone volver al horario docente de antes de los recortes, era un avance respecto a la primera oferta de la conselleria, que planteaba recuperar la hora lectiva en primaria en 2023-24 y el curso siguiente en ESO. La conselleria ha negado que, a cambio, reclamara más horas de permanencia en los centros.

La escalada del conflicto

Educación y sindicatos se citaron el lunes en la mesa sectorial que había convocada, pero los representantes de los docentes no se presentaron y, unas horas después, boicotearon un acto del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, en la UB. Es por ello que la conselleria da por rotas las negociaciones y ya ha publicado la previsión de plantillas para el próximo curso, según las cuales los maestros finalmente harán 24 horas lectivas como hasta ahora. "Lo lamentamos, nos duele mucho", ha dicho la directora general de Profesorado y Personal de Centros Públicos, Dolors Collell, quien ha liderado las negociaciones. Collell se mostró preocupada por la escalada del conflicto: "Tensa mucho el sistema y los claustros. Proyectando tensión, gritos e intimidación no se puede avanzar", insistió, y pidió a los sindicatos que "reconsideren" la manera de reivindicar porque los maestros y profesores son "referentes" para los alumnos. "Hay determinadas actitudes que no podemos justificar", ha dicho.

"Hemos rechazado la oferta porque no podemos aceptar una propuesta que solo haga una mejora a una parte del profesorado y al resto no", ha explicado al ARA Iolanda Segura, portavoz de la USTEC. "¿Cómo explicaríamos al personal de la ESO que no recuperarán su horario el próximo curso, cuando es tanto o más necesario que en primaria? Se tiene que hacer a todos por igual", argumenta. Segura reclama al departamento un "sobreesfuerzo" para que todos los docentes puedan recuperar las horas lectivas previas a los recortes: "Nos merecemos recuperar las condiciones laborales", ha dicho.

La otra gran reivindicación de los sindicatos era aplazar un curso el adelanto del calendario escolar. Más que empezar las clases una semana antes –el cinco de septiembre, y no el 12–, los representantes de los docentes se habían mostrado visiblemente enfadados porque el Govern anunció que para preparar el curso los docentes deberían ir a trabajar presencialmente a los centros los primeros cinco días de julio. Según la conselleria, los sindicatos argumentaron que julio se destina habitualmente a hacer formación, aunque según los datos del departamento solo un tercio del profesorado realiza cursos de formación este mes (un 10% a través de las asociaciones de maestros y entre un 20 y un 25% a través de la propia conselleria). Visto el descontento, Educación propuso poner por escrito "blindar" que solo fueran cinco días y siempre para preparar el curso siguiente. Pero la oferta no se ha llegado ni a negociar y está previsto que la orden del calendario (con adelanto al 5 de septiembre) se publique pronto.

CCOO denuncia el llamamiento para trabajar en julio

Precisamente, en relación con el debate de julio, CCOO ha interpuesto un recurso de reposición contra el Departamento para frenar la resolución que obliga a asistir a los centros. El texto establece que el profesorado con nombramiento vigente más allá del 30 de junio que sea destinado a otro centro debe dirigirse a la dirección de la nueva escuela para que se le pueda convocar en estas reuniones preparatorias, pero según CCOO el personal docente "no puede ser obligado a acudir con anterioridad a los nuevos centros" porque hasta el día 31 de agosto de 2022 está vigente el nombramiento del destino para el curso actual. Según el sindicato, las direcciones de los nuevos centros "no tienen potestad orgánica" de convocar reuniones preparatorias, y critican que el departamento las empuje a "asumir el riesgo y las consecuencias legales que se puedan derivar".

Sin acuerdo, se aplaza la reducción de la hora lectiva y se envenena más aún el debate educativo. Los sindicatos han anunciado mayores movilizaciones en el tramo final de curso. La conselleria dice que quiere revertir los recortes, pero lo más probable es que tenga que negociarlo con unos nuevos portavoces o, al menos, una nueva distribución del peso sindical, porque hay elecciones en marzo de 2023. De hecho, esta cita es probable que haya condicionado, en parte, las negociaciones y la importancia de la batalla por el relato que en las últimas semanas ha marcado este conflicto. "Hemos cerrado una pantalla, pero vendrán otras", auguró Collell. En el horizonte se encuentra la aplicación de los nuevos currículos, el proceso de estabilización de los interinos, la reducción de ratios a P3 o el despliegue de la nueva ley de FP.

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