Emergencia social

La crisis, la inflación y la vivienda abocan al 30% de catalanes a la exclusión social

Cáritas alerta que tuvo que aumentar las ayudas económicas un 22% el año pasado

BarcelonaHace meses que las entidades avisan y repiten la frase como un mantra: "Estamos viviendo un choque social sin precedentes y un claro aumento de la desigualdad". Este jueves Cáritas ha alertado que la crisis social derivada de la pandemia, la alta inflación y los precios de la vivienda está llevando un número cada vez más alto de familias a la precariedad y ya hay prácticamente un 30% de los catalanes que viven en exclusión social. La entidad ha atendido 12.560 familias durante 2021 en el área de Barcelona. En total, más de 27.500 personas, según refleja la memoria anual de la entidad, presentada esta mañana en Barcelona.

Lejos de mejorar, la situación este 2022 continúa descontrolada. Solo durante los primeros cinco meses del año, la media de ayudas para la vivienda por cada hogar atendido ha aumentado un 14% respecto a las cifras del año pasado. En 2021, las ayudas económicas por parte de la entidad ya habían aumentado otro 22%. "Hemos destinado casi 860.000€ a pagar habitaciones de realquiler”, ha explicado Míriam Feu, responsable de análisis social e incidencia de la entidad, que ha recordado que las familias con recursos ya destinan un 51% de los ingresos a la vivienda y los suministros, y que esta proporción sube hasta el 66% entre las familias más pobres. Solo en facturas de suministros, la entidad sufragó más de 120.000 euros, un 24% más que el año anterior entre el aumento de peticiones de ayuda y la inflación.

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Más familias con hijos, "al límite"

“Nos llegan personas más deterioradas, más vulnerables y en situaciones más límite”, ha señalado Feu, que ha recordado que la tasa de exclusión social en España se sitúa en el 23,4%, mientras que en Barcelona sube hasta el 29,1% y en el área metropolitana ya supera el 32%, con más de 885.000 personas en exclusión social. Hay 300.000 más que en 2018. Muchas de estas personas, además –prácticamente la mitad (43%)–, llegan a estas situaciones límite con hijos a cargo.

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Ante esta realidad, el director de Cáritas Barcelona, Salvador Busquets, ha reclamado una apuesta clara de los gobiernos para aumentar el parque público de alquiler social, reducir las listas de espera de las meses de emergencia –se sitúan en unos 10 meses– y garantizar el derecho a los suministros. También más políticas activas de ocupación eficientes, que se actualicen los mínimos de la renta garantizada de ciudadanía (congelados desde hace años) y se mejore la compatibilidad con otras ayudas. Finalmente, ha reclamado que el empadronamiento sea un derecho en todas partes y que la banca no ponga trabas a las familias vulnerables para abrir cuentas corrientes.

En esta misma línea de exigencias, el cardenal Joan Josep Omella, que ha cerrado la presentación, ha asegurado que hace falta un gran pacto de país contra la pobreza. "Gobernar no es fácil y tenemos que tener cierta misericordia con ellos, pero también les tenemos que pedir que cumplan. A veces hacen promesas que no llegan y esto lo tenemos que destacar", ha reprochado el cardenal, que ha concluido: "Dicen que ayudarán, pero, mientras, Cáritas está aquí y nosotros no tenemos a la banca al lado".