Vivienda

Detenido el desahucio de una mujer en Barcelona por una deuda de 88 euros

Un juzgado asegura que la propiedad no tiene ninguna obligación de mantener a la vecina porque no es vulnerable y tiene una alternativa

ARA
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Alba, la vecina de Boters, saluda a los activistas por el derecho a la vivienda que han participado en la resistencia a su desalojo.

BarcelonaQuinto intento de desahucio aplazado a una vecina de 78 años del Barri Gòtic de Barcelona. Blanca Espinosa, que es como se llama esta mujer, vive en la céntrica calle Boters desde 1968 y paga una renta antigua, pero la propietaria del piso la denunció por el impago de 177 euros. En 2017, ambas partes acordaron unas obras de mejora en la vivienda que asumió la propiedad a cambio de aumentar 88,8 euros mensuales en alquiler de 191,8 euros. Sin embargo, inicialmente la mujer no pagó dos mensualidades porque consideraba que la actuación era defectuosa. Dos años después, en el 2019, la justicia resolvió que la propietaria tenía derecho a recuperar su vivienda.

Este miércoles un centenar de personas, entre vecinos y activistas por el derecho a la vivienda, se han concentrado frente a la puerta de Espinosa para intentar evitar que la comitiva judicial ejecutara la orden de desahucio. Por último, la propiedad ha aceptado darle 15 días de cuello para negociar un alquiler a precio de mercado. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha reiterado que el procedimiento debe continuar porque Espinosa no cumple ninguno de los criterios incluidos en la ley que protege a la población vulnerable de desalojos. Según han explicado desde Resistim al Gòtic, la entidad que apoya a la vecina, la propiedad quería firmar el nuevo contrato este mismo miércoles por un precio de 1.200 euros, pero se han negado. La entidad sospecha que querían aprovechar "la excusa" de las obras para expulsar a una inquilina de renta antigua y sacar más provecho del piso.

Lo cierto, sin embargo, es que la propiedad tiene una sentencia judicial que le da la razón. El juzgado de primera instancia número 32 de Barcelona resolvió que Espinosa no es una persona vulnerable y que podía ejecutarse el lanzamiento, porque no se daban las condiciones para detenerlo. Además, subraya que la propiedad tiene una sentencia judicial favorable a la recuperación de su inmueble y que no está "obligada a soportar la situación personal" de la vecina, porque ésta tiene "desde 2010 alternativa habitacional", ya que heredó el 50% de un piso en la ciudad.

"Me dice la asistenta social que quizás me pueden enviar a otro sitio. Algún lugar donde pueda ir en autobús y no en metro, que no puedo cogerlo. Pero yo quiero morirme aquí", insiste la mujer en Efe, que explica que llegó al piso "vestida de novia". Después de una larga mañana de nervios y tensión, en la que la vecina ha contado con el apoyo de varias organizaciones de la vivienda, como la Sindicata Vivienda Raval, el Sindicato de Barrio del Poble Sec, la mencionada Resistimos al Gòtic y el Sindicato de Inquilinos y Inquilinos, el desahucio no se ha llevado a cabo.

Indignado por el caso, el pianista James Rhodes se ha ofrecido a pagar dos años de mensualidades por adelantado a precio de mercado, pero la propiedad lo ha rechazado y desde Resistimos al Gòtic han agradecido el gesto, pero han argumentado que "la solución no es la caridad y limosna de los ricos para que los especuladores sigan cobrando".

Por su parte, fuentes municipales han comunicado al ACN que los servicios de Vivienda del consistorio continuarán trabajando durante la prórroga para llegar a un acuerdo con la propiedad, ofreciendo ayudas al alquiler y buscando alternativas, “como se ha hecho durante todo el tiempo anterior al desahucio”.

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