Vivienda

Un vecino de 73 años se suicida tras ser desalojado de un piso que ocupaba en el Raval

El procedimiento se ha alargado meses y el hombre sabía desde abril la fecha en que lo echarían

BarcelonaUn hombre de 73 años se suicidó ayer tras ser desalojado del piso que ocupaba en la calle Robador del barrio del Raval de Barcelona. El desalojo tuvo lugar por la mañana, y en ese momento los Mossos d'Esquadra recogieron algunas pertenencias del hombre como el móvil y la documentación. También le dijeron que más adelante podría pactar con el propietario cómo recoger el resto de objetos que todavía tenía en el piso. Sin embargo, por la tarde el hombre volvió al piso para intentar recoger su ropa. Esto hizo saltar la alarma que se había instalado la misma mañana después de desalojarlo y devolverle el piso al propietario. Enseguida llegó la policía, y el hombre les pidió volver a entrar para recoger sus pertenencias. Fue entonces cuando, mientras los agentes le pedían que saliera, él se arrojó por el balcón de un patio interior, desde una tercera planta, tal y como ha avanzado El País y ha podido confirmar el ARA de fuentes policiales y judiciales. Las mismas fuentes explicaron que el hombre murió a causa de la misma caída y que no se pudo hacer nada por salvarle la vida.

El desahucio de ayer fue el desenlace de un proceso judicial que ha durado meses. Tal y como ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), el propietario del inmueble –un particular y no un gran tenedor, apunta el TSJC– presentó una demanda en la que reclamaba recuperar de inmediato el piso. El caso estaba en manos del juzgado de primera instancia 2 de Barcelona desde febrero y el hombre fallecido sabía desde el 10 de abril que ayer sería desalojado del piso que ocupaba.

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Dentro del procedimiento, la juez comunicó la petición del propietario para recuperar el piso en los Servicios Sociales para poder decidir las medidas necesarias en función del informe de vulnerabilidad que presentaran. Los técnicos informaron que el hombre había renunciado desde el primer momento -días después de la demanda del propietario- al Servicio de Intervención en situaciones de Pérdida de la Vivienda y Empleo (SIPHO) del Ayuntamiento.

Con todo, tras la renuncia, técnicos del servicio de mediación del SIPHO acudieron hasta tres veces al piso, pero el hombre no les abrió la puerta. Los trabajadores dejaron una nota para contactar con él, pero tampoco obtuvieron respuesta, y finalmente comunicaron al juzgado que les era imposible realizar un informe para valorar la situación de vulnerabilidad del vecino. Tras todo el proceso, el 9 de abril la juez decidió no suspender el procedimiento porque no podía valorarse la vulnerabilidad del inquilino, y porque el hombre no había presentado ninguna alegación contra la demanda. Por eso al día siguiente fijó la fecha del desalojo para ayer, jueves 12 de junio. Esta última decisión sí pudo comunicarse al hombre.

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"Cuando se llega aquí, ha fallado todo"

La noticia ha despertado la reacción del Sindicato de Alquiladoras, que en un comunicado ha lamentado: "Cuando una persona está a punto de perder su casa, mandan a menudo la angustia y la desesperación. Son el resultado de un sistema que lleva años fallando" al garantizar el derecho a la vivienda. "Cuando se llega aquí, ha fallado todo. Incluso los mecanismos que deben acompañarse en estas situaciones", añade la formación.

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Todavía no hace un año de otro caso de suicidio relacionado con un desahucio también en Barcelona, ​​entonces en la calle Navas de Tolosa. En julio del año pasado dos hermanas de 64 y 54 años se lanzaron por el patio interior del sobreático en el que habían vivido toda su vida. En el piso se hallaron varias cartas de despedida en las que dejaban por escrito que se suicidaban a causa del desahucio. Unos meses antes, en marzo del año pasado, un hombre de unos 70 años se suicidó en el barrio de Gràcia de Sabadell tras ser desahuciado.