¿La Gran Barcelona podría alimentar a un tercio de su población con frutas y verduras de Km 0?
Un informe plantea la posibilidad de hacer de la capital catalana una ciudad líder en recuperación natural
BarcelonaHay ciudades espabiladas para protegerse de la incertidumbre de la crisis climática, como la china Wuhan, conocida como ciudad esponja porque ha hecho su suelo urbanizado más permeable ante la amenaza de posibles inundaciones. Algunas ya han puesto en marcha iniciativas para potenciar la convivencia entre la naturaleza y la economía, como la ciudad francesa de Burdeos, que realiza equilibrios entre el enoturismo y una planificación, restauración y protección de los viñedos financiada por los propios embotelladores. Y otras son pioneras en la instalación de techos verdes, como Chicago (EE.UU.), o al extremar la recogida selectiva, como Kamikatsu (Japón), donde se separan los desechos en hasta 45 categorías y se reciclan el 80% de los residuos . En un pulso a contrarreloj para regenerar el ecosistema mediterráneo, uno de los más expuestos a la emergencia climática, y si se refleja en estos ejemplos, ¿Barcelona tiene aún margen para repensarse y ser una ciudad líder en sostenibilidad?
El primer estudio del estado español sobre el capital natural en una amplia zona metropolitana (166 municipios) concluye que Barcelona cuenta con “activos suficientes” para convertirse en una urbe más consciente y activa a la hora de enfrentar los retos medioambientales, tanto a escala local (contaminación de ríos o gestión de residuos) como global (regeneración de la biodiversidad marina o absorción de CO2). De hecho, el informe El capital natural en Barcelona, hecho por la UPF Barcelona School of Management (UPF-BSM) y Nactiva –una plataforma para la protección y regeneración del capital natural del Mediterráneo–, llega a afirmar que puede convertirse en “la primera ciudad en el mundo en regeneración”, sobre todo de bosques, playas, ríos y tierras agrícolas.
Para ello, el extenso informe recomienda tratar de importar prácticas de otros territorios y explotar los proyectos medioambientales ya en marcha. Por ejemplo, los corredores verdes –como el del paseo Sant Joan o el del litoral entre el río Besòs y Llobregat–, la implementación de zonas de bajas emisiones (ZBE) o la promoción de la movilidad compartida (Bicing). “Barcelona tiene unas condiciones únicas para poder ser una ciudad líder en el mundo en esta transición de mejora de la relación con la naturaleza”, afirma el CEO de Nactiva, Joan Cabezas, quien añade que, de entrada, sólo sería necesaria una inyección público-privada de 50 millones de euros por iniciar el cambio.
“Ya no podemos hablar de competitividad urbana o económica sin el concepto de sostenibilidad”, asegura el profesor y jefe de estudios de la Escuela Superior de Comercio Internacional (ESCI) de la UPF, Joan Ribas. De hecho, los autores del informe subrayan que "la regeneración de los recursos naturales es un nuevo sector empresarial" y que "hay que fomentar la colaboración público-privada para convertir Barcelona en un modelo global de regeneración ambiental" y en un "polo de 'atracción” para empresas, instituciones y proyectos locales y globales.
Alimentación
Más cultivos y productos de km 0
Uno de los principales retos de Barcelona y su área de influencia es reducir el impacto ambiental causado por el transporte de mercancías, especialmente alimentos. Y según este estudio, éste podría reducirse promoviendo la producción local. Encorsetada entre los ríos Llobregat y Besòs, y pese a la altísima concentración urbana, más del 80% del territorio metropolitano es natural, si bien en las últimas décadas ha perdido un 78% de su superficie agraria: ahora tiene 5.455 hectáreas (ha ) y produce 38.700 toneladas de alimentos cada año.
Con estos datos, se estima que se abastece de frutas y hortalizas el 19% de la población. Pero, según Cabezas, aumentando un 30% la superficie agrícola útil –revitalizando las tierras abandonadas o actualmente no productivas–, en 10 años podría garantizarse el acceso a frutas y verduras aproximadamente al 35% de la población. “Siendo conservadores, la seguridad alimentaria alcanzaría más de un tercio de la población y tendría un mayor valor nutritivo”, explica.
Bosques
Secuestro de carbono y menor riesgo de incendio
El área metropolitana tiene más de 17.000 ha forestales entre Collserola, Montseny, Montserrat y Sant Llorenç del Munt, las cuales “ejercen un papel esencial en la mejora de la calidad del aire” actuando como filtros naturales y amortiguadores climáticos. Sin embargo, según el informe, actualmente sólo se está gestionando el 15% de los bosquesy la capacidad de capturar CO2 de los municipios cercanos es de aproximadamente 14.000 toneladas al año. “Si dobláramos la superficie hasta el 30%, lo que es asumible, se podrían secuestrar 18.000 toneladas, mejoraríamos en un 22% la biodiversidad en cada hectárea gestionada y tendríamos más agua dulce que se filtraría en los acuíferos”, plantea Cabezas. Además, la gestión de los bosques permitiría también reducir el riesgo de incendio potencial de un 60% a un 51%.
Mar
Proteger a las especies y recuperar hábitats
El litoral del área metropolitana barcelonesa abarca 42 kilómetros que enfrentan importantes desafíos debido al cambio climático y al impacto de los temporales, que entre 2023 y 2024 han provocado una pérdida del 20% de la superficie de arena de las playas . El estudio recomienda inspirarse en casos de éxito internacional como el proyecto de regeneración de dunas en Miami o la regeneración de la bahía de Nueva York con arrecifes artificiales para estabilizar el litoral ante el aumento del nivel del mar y la fuerza de las tormentas.
En cuanto a la bioconservación, hasta ahora se han instalado 117 unidades de regeneración de la biodiversidad marina, mayoritariamente en el Port Olímpic y el Port de Barcelona, y se han protegido y mejorado los sistemas dunares en 17 kilómetros del litoral. Todo ello ha permitido la recuperación parcial de hábitats y la estabilización de las playas como barreras naturales frente a las tormentas, al tiempo que se ha fomentado la existencia de 739 especies del entorno costero. Pero según el estudio todavía podría aumentarse un 150% esta recuperación en una década. "Barcelona es pionera en la economía azul y podemos proteger mejor las costas", añade Cabezas.
Agua dulce
Necesidad de filtrar la lluvia frente a las sequías
El estudio ve en la gestión del agua un “desafío crucial” debido a los períodos de sequía y la presión del crecimiento urbano. En estos momentos el 90% del suelo urbanizado del área metropolitana está impermeabilizado, lo que limita la infiltración del agua de lluvia, y la directora adjunta del máster en gestión de la sostenibilidad de la UPF-BSM, Erola Palau, ha explicado que es un ejemplo de práctica positiva. Sin embargo, ahora sostiene que hay que dar un paso más allá y ampliar infraestructuras como jardines de lluvia y techos verdes, así como disponer de más zonas verdes en parques y plazas, para aumentar la capacidad de filtrado del agua de lluvia en un 80 % más.