"He perdido a 29 familiares en Gaza": el refugiado casteller que cerrará filas en el Catalunya-Palestina
La Joves de Valls levantará un pilar en el Estadio noventa años después de que la Guerra Civil frustrara su actuación en la Olimpiada Popular
BarcelonaLa trascendencia del partido Cataluña-Palestina del próximo martes, llamado a convertirse en un clamor contra el genocidio en Gaza, se cuenta también con un hilo histórico que le une a la Olimpiada Popular de 1936. El espíritu de esos juegos antifascistas, que quedaron frustrados por el estallido de la Guerra Civil, resonará en el mismo escenario donde debía jugarse la competición: el Estadi Olímpic de Montjuïc. Y el paralelismo entre las dos iniciativas tomará forma, también, fuera del terreno de juego: uno de los grupos de cultura popular que participarán en la previa del partido, la Joves Xiquets de Valls, culminará simbólicamente la actuación que hace casi noventa años las bombas detuvieron. Además, lo hará con un casteller palestino.
Se trata de Ramsis Hijazi, de treinta y dos años. Es ingeniero informático, activista y refugiado. Lleva cuatro años viviendo en Valls, donde llegó huyendo de la represión en Cisjordania, y asegura que ya se siente "catalán-palestino". En este tiempo ha aprendido catalán, que habla con fluidez, y hace dos años y medio se unió a la Joves de Valls. "Mientras el ejército israelí destruye vidas en una parte del mundo, yo quiero construir cosas, y con el grupo construimos castillos con el cuerpo y las emociones", explica. Sus brazos sumarán a Montjuïc para sostener uno de los pilares de cinco que se levantarán cuando los jugadores salgan al campo antes del partido. Un evento que le emociona por partida doble: "He perdido a 29 de mis 32 familiares en Gaza", lamenta.
A Hijazi, que hace unos meses también perdió a su padre en un ataque israelí en el campo de refugiados de Balata, en su Nablús natal, le faltan palabras para describir el "dolor" que ha llegado a sentir en estos dos años de masacre en la Franja. "Ya no me quedan lágrimas en los ojos", dice. Y por eso confía en que el partido de fútbol sirva, como mínimo, para enviar un mensaje de "solidaridad" a los palestinos. "Que vean que hay mucha gente que les está apoyando, que no están solos", pide. Cree que el vínculo del partido con la Olimpiada Popular, organizada en contraposición a los Juegos de Berlín del régimen nazi, une a Catalunya y Palestina en una "lucha y objetivo comunes". Y celebra poder participar de una iniciativa que, para la Joves de Valls, será especialmente simbólica.
La colla castellera, que en 1936 tenía el nombre de Colla Nova dels Xiquets de Valls, debía participar el 19 de julio de ese año en la inauguración de la Olimpiada de Barcelona junto a toda una serie de elementos de cultura popular, entre los que destacaba la Patum de Berga. "Habían salido el mismo día con dos autocares, pero en la carretera de Sants ya sintieron tiroteos", relata Francesc Montserrat, miembro del grupo, de sesenta y cuatro años. Según el testigo oral conservado a lo largo de los años, el primer autocar incluso llegó a la plaza Espanya, pero se encontró con que caían obuses y acabó dando vueltas.
"La idea es reanudar lo que el fascismo detuvo"
Casi noventa años después, los herederos de esos castellers volverán al mismo escenario para acabar el trabajo y "cerrar un relato", afirma Marc París, presidente de la Joves de Valls. "Al final, el grupo habrá llegado al Estadio Olímpico", resume Montserrat. Los castellers que formarán el pilar vestirán camisas como las de sus antepasados, igualmente rojas pero con algunos ribetes blancos. "Será un homenaje a esa gente que, pese a saber qué estaba pasando, intentó participar de unos actos a favor de la libertad", concluye el veterano casteller.
La iniciativa ha animado a más de 200 miembros del grupo, que esta vez viajarán con tres autocares y varios coches particulares hacia Barcelona. Allí se sumarán a una veintena de otros grupos de cultura popular que también actuarán antes del Catalunya-Palestina: "La idea es reanudar lo que en su momento el fascismo detuvo. Y volver a poner la cultura popular de Catalunya como un elemento comprometido con la lucha antifascista y la solidaridad internacional", explica Eulàlia Reguant, miembro del Act x Palesti.
"Cuando nos invitaron no hubo debate, las dos vertientes del partido son importantes para nosotros", afirma París. Se refiere tanto a la efeméride del 36 como a la denuncia del genocidio, con la que se sienten "directamente interpelados" por el testimonio que tienen en el grupo. Hijazi les contó su historia hace unos meses, después de un tiempo alejado de los ensayos por la muerte de su padre. Cuando finalmente regresó, le entregaron la camisa que la oficializaba como miembro de la Joves de Valls. "Para mí es algo más que una camisa", reconoce. Y se refiere al grupo, con el que cerrará filas en Montjuïc, como una segunda familia.