Hombres y menores de 25 años: la radiografía de los botellones en Barcelona

Collboni ve "una ocurrencia" la propuesta del síndico de habilitar espacios para esta práctica en la ciudad

ARA
y ARA

Después de la polémica generada por los macrobotellones que se organizaron en Barcelona en verano y los destrozos y heridos que provocaron, el Ayuntamiento anunció la puesta en marcha de una mesa ciudadana para tener un plan de actuación listo para el verano siguiente. Un anuncio que se hizo ya antes de que la cosa saliera de madre por las Fiestas de la Mercè, cuando hubo grandes aglomeraciones en la plaza Espanya y en la playa de Bogatell. Y la mesa, que es quien tiene que hacer propuestas para la nueva hoja de ruta, se ha reunido este jueves por segunda vez y con una diagnosis sobre el ocio nocturno en la ciudad delante. Este documento radiografía los asistentes a botellones y macrobotellones: ellos son mayoría (61%) y el grupo de edad más numeroso es el de entre 18 y 25 años, que representan aproximadamente la mitad de los asistentes, según las entrevistas realizadas (435) por el Servicio de Gestión de Conflictos y el Servicio de Mediación Nocturna de la ciudad.

La práctica del botellón decae bruscamente pasada la barrera de los 25 (16%), mientras que el 38% de los participantes eran menores de edad. La Encuesta de Juventud de Barcelona del 2020 también asocia los encuentros para consumir alcohol a plazas y calles con los menores de 25 y más a los hombres que a las mujeres. La diagnosis también apunta que una cuarta parte de los jóvenes no va nunca de fiesta a bares y discotecas y que el 71% no hace botellones de forma habitual.

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Tres de cada cuatro encuestados ya participaban en estos encuentros nocturnos en el espacio público antes del confinamiento y el 10% empezó a hacerlo en la pospandemia . La mayoría coincide en criticar que la crisis sanitaria les ha "robado" tiempo, les ha impuesto la soledad y ha fracturado las relaciones sociales. Hasta el punto que el 51% dice haber sufrido sensación "de aislamiento social" y que esto les ha provocado tristeza o ansiedad.

Los resultados que se han expuesto hoy en la mesa –donde hay desde representantes del consistorio a miembros de la conselleria de Interior, vecinos y representantes de la restauración y el ocio nocturno– reflejan un nivel alto de conciencia entre los más jóvenes de los problemas de ruido y suciedad que provocan los botellones, pero los entrevistados coinciden que en ningún caso hay una voluntad de vandalizar. Y establecen de entrada los criterios para distinguir botellones, que no reúnen más de 50 personas y son encuentros que se repiten de manera recurrente, de macrobotellones, que suman más de 50 y son acontecimientos puntuales.

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Durante todo 2021, la Guardia Urbana desalojó 573.129 personas que participaban en botellones y, en lo que llevamos de 2022, unas 21.200. La policía interpuso el año pasado 58.892 denuncias por consumir alcohol en la vía pública.

Espacios habilitados

La mesa se reunía hoy con el trasfondo de la propuesta lanzada ayer por el síndico de la ciudad, David Bondia, que pide habilitar espacios en la ciudad donde regularizar la práctica de los botellones: espacios donde poder hacer estas fiestas sin causar grandes molestias al vecindario. El primero a referirse de forma pública ha sido el primer teniente de alcaldía de la ciudad, el socialista Jaume Collboni, que lo ha tildado de "ocurrencia" y ha defendido que la idea no se sustenta en ninguna prueba que haya funcionado con éxito en otros lugares: "Ya ha tenido lugar en otras ciudades del Estado y no ha funcionado porque ha acabado causando molestias al vecindario, además de costes para el ayuntamiento desde el punto de vista de la limpieza y de la seguridad”.

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También se ha referido la jefa de filas de JxCat en Barcelona, Elsa Artadi, que ha recordado que en la ciudad hay vigente una ordenanza de civismo que prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública y ha remarcado que los acuerdos se tendrían que tomar en el marco de la mesa de trabajo creada. "La propuesta del síndico nos parece desacertada y extemporánea, porque genera una polémica y un debate innecesarios en un momento en el cual ya se está trabajando sobre el ocio nocturno y las medidas que hay que tomar para hacerlo más seguro y compatible con el descanso de la ciudadanía", ha defendido.