Fira de Barcelona acogerá el gran centro para agilizar los trámites de los refugiados ucranianos

Abrirá las puertas el viernes y también tendrá plazas para que las personas solicitantes de protección pasen un par de noches

La Feria de Barcelona acogerá el gran centro de recepción de refugiados de Ucrania.

BarcelonaEl gran centro de acogida de los refugiados ucranianos del gobierno español se abrirá finalmente el próximo viernes en Fira de Barcelona. Se trata de un lugar donde se podrán realizar los trámites de forma exprés -en un máximo de 24 horas- para obtener los permisos de residencia y trabajo y también la protección temporal, antes de ser derivados a los recursos de viviendas definitivas. Desde Bruselas, el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, ha anunciado por sorpresa la puesta en marcha de este centro, que también ofrecerá la posibilidad de dormir un par de noches a las personas que lleguen al Estado y no tengan ninguna red de amistades o familiares o continúen el viaje hacia otros destinos. Ni al Ayuntamiento de Barcelona ni a la Generalitat, que gestionan la Fira, la ubicación del servicio les ha cogido por sorpresa porque las tres administraciones estaban mirando dónde situar el centro, según confirmaron al ARA fuentes de ambos ejecutivos.

Es el segundo centro de estas características que abre el ministerio tras el de Pozuelo de Alarcón, abierto el pasado viernes. En los tres primeros días de actividad ya ha atendido a más de 550 personas pertenecientes a dos centenares de familias, la mayoría mujeres con criaturas. Más de medio millar de ucranianos ya han obtenido la protección temporal, un estatus especial aprobado hace dos décadas y que la Unión Europea ha estrenado para este colectivo, y contrasta con el trato que suelen recibir los refugiados llegados de la guerra de Siria, de Afganistán u otros conflictos.

En este Centro de Recepción, Atención y Derivación (CRAD), los técnicos del ministerio de Inclusión entrevistarán uno a uno a los ucranianos y los ciudadanos de terceros países con residencia que no pudieron regresar a su país o salieron a partir del 24 de febrero, el día de la invasión rusa. A partir de estos encuentros se determinará si tienen familia que pueda acogerlos o si necesitan un techo, según el ministerio, para poder adaptar los recursos de acogida estatales a la llegada de todas las familias. Por ahora, de las personas que han llegado al Estado, casi el 60% dicen tener algún conocido.

Como si fuera una ventanilla única, en este servicio se instalará la Policía Nacional y la Oficina de Asilo y Refugio para tramitar las solicitudes de protección temporal, que también podrán realizarse en determinadas comisarías.

Precisamente, el grueso de la acogida se está realizando en Catalunya con redes de voluntarios particulares que, a través del teléfono y de las redes sociales, están poniendo en contacto a miles de personas con personas de acogida, ya sean familiares o desconocidos. Además, la conselleria de Derechos Sociales aloja a unas 200 personas en los cuatro establecimientos de la red de albergues, y la Cruz Roja —la entidad a la que el gobierno español ha encargado esta primera fase de llegadas— atiende a unas 1.500 más.

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