Juzgan a un hombre acusado de agresión sexual por haberse quitado el preservativo sin consentimiento

BarcelonaLa Audiencia de Barcelona ha juzgado este martes a un hombre acusado de agresión sexual por haberse quitado el preservativo sin consentimiento mientras tenía relaciones sexuales con una mujer, una práctica conocida como stealthing y sobre la que el Tribunal Supremo ya se ha pronunciado considerándolo una agresión sexual. En el juicio de este martes, la Fiscalía ha reclamado que se condene al acusado a tres años de cárcel.

El acusado y la denunciante se conocieron en una aplicación de citas y quedaron el 13 de noviembre del 2022. Después de dar un paseo fueron a casa de ella y tuvieron relaciones sexuales consentidas. La mujer ha declarado en el juicio que el hombre aprovechó un momento en el que estaba detrás de ella para quitarse el preservativo sin que ella se diera cuenta. De hecho, explicó que no fue hasta que acabaron de tener relaciones que vio el preservativo junto a la cama, y ​​le recriminó de inmediato que se le hubiera quitado.

"No me pidió permiso", ha dicho la denunciante, que ha añadido que se sintió engañada y humillada por una acción que ha definido como un acto de violencia contra la mujer. "En ningún momento me pidió disculpas", ha dicho, y ha explicado que el acusado actuó "como si lo que hizo fuera normal". Los siguientes días, preocupada por la posibilidad de haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual, se hizo análisis y tuvo que seguir tratamiento farmacológico durante seis meses.

El acusado se defiende diciendo que le "presionó"

En cambio, el acusado se ha defendido diciendo que él siempre utiliza preservativo cuando tiene relaciones sexuales y que en esa ocasión fue él quien le proporcionó, al contrario de lo que ha declarado la mujer. A su juicio, la mujer insistió en seguir teniendo relaciones sexuales, supuestamente sabiendo que no utilizaba preservativo, e incluso ha dicho que la mujer le "presionó".

Además de la pena de prisión, la Fiscalía pidió también al tribunal que imponga al procesado una orden de alejamiento de la víctima y que tras cumplir la pena de prisión pase cuatro años en libertad vigilada. El fiscal ha aclarado que, siguiendo la jurisprudencia del Supremo, no puede formular acusación por un delito de agresión sexual con penetración -por el que inicialmente pedía seis años de cárcel- porque en este caso las relaciones sexuales fueron consentidas. En cambio, concretó la acusación por un delito de agresión sexual en lo referente a un ataque a la libertad sexual, por el que pide tres años de cárcel.