Una prueba piloto pretende controlar a los presos de Mas de Enric con inteligencia artificial

BarcelonaLa cárcel de Mas d'Enric de Tarragona será el centro neurálgico de una primera prueba piloto que quiere poner en marcha el departamento de Justícia para introducir la inteligencia artificial (IA) en las cárceles. El ensayo, que tiene un presupuesto de 200.000 euros, pretende probar esta herramienta para ver si puede ayudar a mejorar la seguridad de los centros penitenciarios y prevenir el riesgo de escape de los internos o la entrada de droga. También se quiere utilizar para crear una base de datos que permita clasificar a los internos en función del riesgo.

Uno de los sistemas que se introducirán incluye el reconocimiento facial, lo que han criticado a varias entidades sociales este martes. Según estas entidades, este sistema de IA va más allá de la identificación de los reclusos porque analizará también las expresiones de los internos con el objetivo de prevenir riesgos. Fuentes del departamento de Justícia explican que por el momento se trata de una prueba piloto y que en caso de que se llegue a implantar se hará respetando los derechos fundamentales de los presos.

Hasta 35 entidades de la sociedad civil –entre otras, la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), Justicia i Pau, el centro de derechos humanos Irídia, L'Institut de Drets Humans de Catalunya (IDHC), la Comisión de Defensa del Col·legi d'Advocats de Barcelona, Alerta Solidària y el Observatorio del Sistema Penal de la UB– han suscrito un comunicado este miércoles en el que denuncian el "retroceso" y "la erosión" de los derechos fundamentales de los presos catalanes y la "opacidad" en los centros. Para estas entidades, la prueba de IA es uno de los ejemplos de este retroceso, pero también aseguran que se ha registrado un aumento del uso de medidas como el aislamiento o las contenciones mecánicas, que –dicen– aplicarían de media una vez al día.

Salud mental

Para las entidades, el riesgo es que todo ello se traduzca en un aumento de las patologías mentales en prisiones. De hecho, otra de las entidades firmantes, IACTA, recordó que el año pasado se registró el mayor número de suicidios en las cárceles catalanas (14) desde 2010, cuando empezó a hacerse el recuento. La representante de Justícia i Pau, Núria Sastre, ha dicho que las cifras de suicidios y enfermedades mentales de los presos están "claramente, muy por encima" de los porcentajes del resto de la población.

El manifiesto denuncia también que se utilizan aerosoles de gas pimienta como medio "coercitivo" en las cárceles, en contra de algunas recomendaciones internacionales, que establecen que su uso en espacios cerrados es "altamente peligroso" y puede contribuir además a un "trato inhumano y vejatorio".