Llenar la ciudad de murales para hacer comunidad
Un festival de arte urbano en Sant Andreu de la Barca pretende recuperar espacios y al mismo tiempo reforzar la identidad vecinal
San Andrés de la BarcaSi todo va bien en esta verbena de San Juan, San Andrés de la Barca purificará los malos espíritus con las hogueras y también estrenará los murales gigantes que, durante estos días, están pintando a siete artistas en diferentes rincones de esta localidad del Baix Llobregat. El objetivo no es solo tener un impacto estético en las paredes medianeras en las que intervienen los muralistas, sino que la idea es "recuperar y reivindicar la identidad local" a través del arte, según explica Ramon Ferrer, técnico de Cultura del Ayuntamiento.
La iniciativa se enmarca en la primera edición del Festival Kromático, que nace con voluntad de tener continuidad y situar al municipio en la ruta turística de los murales urbanos que están haciendo fortuna fuera de las grandes ciudades, como es el caso de Penelles. La elección de los artistas se realizó a través de un concurso de ideas y por designación directa, a partir de las trayectorias y temáticas que tocaban. Se trata de Lula Goce, Roque Blackblock, Manchan, Dan Ferrer, Felipe Pincel, Irene López León y Oriol B:K Garreta. Cada uno ha planteado una propuesta adaptada al espacio para que el mural "dialogue" con su alrededor y la historia del municipio, e interpele directamente a los vecinos, continúa Ferrer.
Una de las primeras en subirse a las grúas para subirse a las paredes y empezar a plasmar su propuesta ha sido la gallega Lula Goce, con una gran trayectoria internacional, que relata cómo, con su diosa rodeada de elementos vegetales, busca "ayudar a concienciar sobre temas medioambientales. La figura, situada en una pared junto a la antigua N-II, que atraviesa la localidad, simboliza "la naturaleza, la feminidad y la fuerza". Mientras pinta, una peatón se sorprende del montaje: "Qué cambio será ver arte en lugar de una pared blanca y fea. Siempre anima". En este sentido, el artista está convencida de las bondades del muralismo para ayudar a "crear comunidad y amor por el barrio" porque -sostiene- la ciudadanía "también valora la estética" en su experiencia cotidiana. Y es con esa puesta en escena con la que los vecinos quieren mantener las calles y los espacios más aseados y limpios.
Inmigración de ahora y de antes
Al otro lado de la carretera, en el pequeño casco histórico de Sant Andreu de la Barca, los organizadores han reservado dos paredes para dos trabajos artísticos que tienen mucho que ver con la memoria histórica local. Por un lado, junto a la iglesia, el barcelonés Roc Blackblock se prepara para iniciar el mural dedicado a la desaparecida palanca por la que los vecinos atravesaban el río Llobregat. El artista admite que no era su primera idea, pero al oír la nostalgia con la que los más veteranos recuerdan al viejo puente quiso reproducir una antigua fotografía de la pasarela. De esta forma, relata el muralista, mantiene la línea de su obra, basada en la memoria histórica y la identidad colectiva. "Esto no va solo de ponerlo bonito; va de recordar, de conectar generaciones, de dar valor a lo que forma parte de la identidad de un pueblo", argumenta, y confía en que los mayores que vieron la palanca en funcionamiento expliquen a los más jóvenes el servicio que les hacía, como si "fueran un eslabón en la cadena de transmisión de la memoria".
A pocos metros, lucirá el arte de Felipe Pincel bajo la figura de una madre con dos criaturas sentadas sobre unas maletas. No es gratuita, la propuesta, porque se sitúa en uno de los barrios que acogió la inmigración española de los años 60 y 70 atraída por la industria de la comarca y en la que ahora se han instalado vecinos procedentes del extranjero. Ferrer subraya que la voluntad es hacer un reconocimiento a todas aquellas personas que han hecho crecer a Sant Andreu de la Barca.