Medio ambiente

La Costa Brava norte tendrá una nueva desalinizadora

El Govern llevará agua residual del Besòs al Llobregat para regenerarla y que sea potable

BarcelonaMás agua de mar contra la sequía. Con esta idea, la Generalitat construirá una nueva desalinizadora para la Costa Brava norte, que se sumará a las ya existentes, en El Prat de Llobregat y la Tordera –esta última en plena ampliación de la capacidad–, y la futura que se ubicará en la desembocadura del río Foix. La nueva infraestructura en la cuenca de la Muga –que todavía no tiene un emplazamiento concreto, a la espera de que se realicen los estudios de idoneidad– no estaba prevista en la planificación hidrológica del anterior Gobierno, pero el nuevo equipo socialista apuesta para sumarla como herramienta para garantizar el abastecimiento de agua en esa zona del país.

La nueva portavoz del Govern y también consejera de Territorio y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, ha explicado este martes que la cuarta planta servirá para que el Empordà disponga de más recurso de agua y para evitar la emergencia que se ha vivido en los últimos meses. De hecho, la zona es una de las que más ha sufrido por la falta de lluvia y la sequía y se ha mantenido con restricciones para contener el uso del agua. Esto supone que, una vez esté en marcha, se podrá aumentar la disponibilidad de agua en un área que depende del embalse de Darnius-Boadella y del acuífero del Fluvià-Muga, que están muy presionados.

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Instal·lacions de l'àrea metropolitana de Barcelona

La nueva desalinizadora tendrá una capacidad de 15 hm³ y será la más pequeña una vez que se ponga en marcha. Ahora mismo, la de la Tordera (en Blanes) tiene capacidad para 20 hm³ al año y se está ampliando para cuadruplicarla y llegar a los 80 hm³ en 2030, e igualar así el ritmo de desalinización actual de la planta del Prat, la mayor en funcionamiento (200 millones de litros al día). En paralelo, la red también se ampliará con una desalinizadora en la desembocadura del río Foix, entre Cunit y Cubelles, que ya fue aprobada por el anterior Govern y que se prevé que entre en funcionamiento en 2029, aunque Paneque ha afirmado que la voluntad del Govern es que se tramite de forma urgente. Una vez esté en funcionamiento, tendrá una capacidad de 20 hm³.

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Mil millones de euros extras

La desalinizadora es una de las novedades previstas en la "hoja de ruta" del nuevo ejecutivo, que promete inversiones de 2.300 millones de euros (1.300 ya estaban previstos) hasta el 2040 en infraestructuras que deben permitir que Catalunya deje de depender de los pantanos y haga mayor uso de aguas procedentes de la regeneración de aguas residuales o el tratamiento del agua del mar. A pesar de las lluvias de principios de verano, que hicieron que el anterior ejecutivo relajara las restricciones, Paneque ha advertido que "la sequía no ha terminado" y que hay que hacer frente a un escenario "de falta de lluvias" debe asumir con un cambio de "gestión del agua".

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Así, si actualmente el 30% del consumo de agua potable ya proviene del agua reciclada, la voluntad de la conselleria es aumentar este porcentaje al 70%. Para ello, el ejecutivo apuesta también por acelerar la disponibilidad de agua residual regenerada y repetir en el Besòs el modelo que ya se utiliza en el Llobregat, y que ha ayudado a salvar los muebles y garantizar el agua potable en el área metropolitana. Ahora el nuevo Govern quiere sumar el agua del Besòs. Por el momento, apuesta por la solución de urgencia de transportar las aguas residuales de esta cuenca hasta la planta potabilizadora del Llobregat, en Sant Joan Despí, mientras se construyen las instalaciones de potabilización en el Besòs, unas obras de infraestructuras que no estarán terminadas antes del 2033, según el calendario del ejecutivo. Se trata de "reaprovechar el agua depurable que ahora va a parar a los ríos", indicó la consellera.

En esta hoja de ruta se mantienen inversiones ya previstas con anterioridad, como las tres potabilizadoras planificadas en Cardedeu, Abrera y Sant Joan Despí. Pero el Govern ha apuntado que su voluntad es acelerar sus actuaciones. Además, la consellera también se comprometió a reparar la tubería con escapes que desde hace años hacen perder miles de litros diarios en Badalona y Santa Coloma de Gramenet.

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Multas en los ayuntamientos

Donde el gobierno de Isla se desmarca del de Pere Aragonès es en las sanciones que planeaban sobre los municipios que incumplían los topes de consumo de agua que ha obligado a imponer la larga sequía. La consellera Paneque ha subrayado que los expedientes abiertos ya habían quedado de algún modo "congelados" una vez que los ayuntamientos presentaban sus planes para mejorar la red de distribución o para resolver posibles fugas, por ejemplo. En este sentido, la portavoz ha remarcado que lo más importante ahora es "apoyar" a los consistorios para hacer los deberes, más que castigarlos. Las multas en los ayuntamientos, de hecho, fueron uno de los puntos de discordia entre el PSC y el anterior gobierno de ERC cuando se aprobó el decreto de medidas para combatir la sequía. Los socialistas, con muchos alcaldes en sus filas, no estaban de acuerdo.

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En cuanto a la interconexión del área metropolitana de Barcelona con la cuenca del Ebro, para hacer frente a momentos puntuales, la consellera ha asegurado que en la reunión del Govern (la segunda que preside Salvador Illa) no es una alternativa que se ha puesto sobre la mesa, aunque no la ha descartado. La medida, que lleva años planeando como una solución a los déficits hídricos de la conurbación barcelonesa, el anterior conseller la rechazó finalmente por no afectar al Delta. En la misma tónica, Paneque no ha dejado claro si se continuará con el proyecto deinstalar frente a la costa barcelonesa una desalinizadora móvil que planteó el equipo de Pere Aragonès.