¿Cómo funcionará la desalinizadora flotante de Barcelona?
El Govern instalará la plataforma de entre 100 y 150 metros en el puerto de la capital catalana
BarcelonaPara afrontar la emergencia por sequía que vive Catalunya, este jueves el consejero de Acción Climática, David Mascort, ha anunciado que el ejecutivo descarta la opción de traer agua con barcos y apuesta por un método totalmente distinto: desplegar una decena de desalinizadoras en todo el territorio. Concretamente, instalará doce desalinizadoras móviles en el Alt Empordà (uno de los territorios que más están sufriendo el efecto de la falta de lluvia) y una gran desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona. La infraestructura que se instalará en la capital catalana es la primera de este tipo que se utilizará en el Estado, y se refleja con modelos de ciudades que ya hace tiempo que lo utilizan, como Adelaide, en Australia, un país que cuenta con más de 200 desalinizadoras. O las plantas desalinizadoras flotantes que existen en varios puntos de Arabia Saudita.
Aunque todavía está por diseñar y construir, la desalinizadora flotante que Aigües Ter-Llobregat ha encargado a la empresa Abengoa y que tendrá un coste de 100 millones de euros debe servir para proporcionar unos 40.000 m³ d agua al día. El dispositivo requerirá 6 MW de energía eléctrica que proporcionará el propio puerto barcelonés. El funcionamiento de esta desalinizadora es similar al de las plantas desalinizadoras que Cataluña ya tiene en Blanes (desalinizadora de la Tordera) o la del Prat de Llobregat, con la diferencia de que en este caso no es necesario transportar el agua del mar hasta la desalinizadora. De esta forma, la futura desalinizadora del puerto de Barcelona funcionará en cuatro fases.
Captación
La planta situada en el Muelle de la Energía del puerto de Barcelona será una barcaza de entre 100 y 150 metros y, a diferencia de otras desalinizadoras flotantes como la que hay en Las Palmas de Gran Canaria, no utilizará la fuerza de las oleadas para funcionar. Irá enchufada al mismo puerto para recibir energía eléctrica mediante la cual absorberá agua del mar a través de un gran tubo que saldrá de la parte inferior de la estructura. Para entender cómo será la infraestructura que todavía está por diseñar, debemos imaginar una plataforma flotante con módulos encima, pero no un gran barco, ya que el punto del puerto donde se situará la desalinizadora no tiene suficiente profundidad para asumir el calado de una embarcación de ese tipo.
Pretratamiento
Antes de poder empezar el tratamiento para convertirla en agua dulce y potable, el agua de mar tendrá que pasar por grandes piscinas que servirán para su filtración. Para separar el agua de todos los elementos sólidos y materia orgánica que le acompañan como piedrecitas, microplásticos o desechos, el líquido primero pasará un filtro de arena fina. Después, todo el agua que se haya colado entre los granitos de arena pasará un segundo filtro de antracita, un tipo de carbón vegetal que se utiliza frecuentemente para potabilizar agua para usos industriales. Una vez superados estos dos filtros, el agua estará completamente limpia, pero todavía será salada.
Osmosis inversa
El método que se utilizará en la desalinizadora de Barcelona para separar la sal del agua es un proceso de ósmosis inversa que también se utiliza en las plantas de Blanes y del Prat de Llobregat. El agua se hará pasar a presión por una serie de membranas de un tejido muy fino que se enrollan en espiral y queda en forma de tubo. Éste es el tratamiento que comporta un mayor gasto energético de todo el proceso, ya que para hacer pasar el agua por estas membranas con orificios tan pequeños se necesitan grandes bombas a presión que empujen el agua para que atraviese el tejido.
De este modo, a un lado de la membrana pasan únicamente las moléculas de agua y al otro lado del tejido quedan retenidas todas las sales que hacían que el agua no fuera dulce. Ahora bien, no toda el agua logra atravesar la membrana. La salmuera, que es el líquido que no pasa el filtro, acaba siendo agua muy salada porque acumula la sal que ya llevaba el agua en cuestión y toda la sal que ha quedado del agua que sí ha atravesado la membrana. La salmuera se recoge y se vuelve a verter al mar a una distancia considerable de la desalinizadora para que no se vuelva a chupar para tratar.
Remineralización
Después de que el agua haya sufrido los efectos de todos estos tratamientos y filtros, para cumplir con los estándares para ser considerada potable todavía necesita pasar por un proceso de remineralización, a fin de recuperar las sales minerales que ha perdido durante el proceso de ósmosis . Para recuperar los minerales se hace pasar el agua por camas de calcita, que es una especie de arena fina a través de la cual el agua recupera de forma natural los minerales.
Una vez finalizado el proceso, el agua ya potabilizada se expulsará de la desalinizadora a través de un tubo que conectará la parte superior de la plataforma con un depósito que se instalará en el puerto y que contará con una gran tubería para transferir el agua desalinizada a la red hidráulica.