Los Mossos "intuyen" que la célula del 17-A tenía contacto con el Daesh

La idea inicial de atentar con explosivos costó 5.500 euros y no había ninguna "plan B"

Pau Esparch

BarcelonaTodo hace pensar que la célula de Ripoll que cometió los atentados en Barcelona y Cambrils estaba en contacto con el Daesh –el acrónimo árabe del Estado Islámico–, pero no se ha podido demostrar. Durante el juicio, dos de los Mossos d'Esquadra que llevaron la investigación del 17-A han admitido que "no pueden descartar" que los viajes de algunos miembros del grupo a Marruecos, Francia y Bélgica fueran para hablar con algún responsable de la organización yihadista o que hubieran tenido este contacto por internet. La policía "intuye" que el imán Abdelbaki Es-Satty podría haber establecido este enlace y lo ha argumentado con el hecho de que los ataques de agosto de 2017 fueron la acción terrorista en Europa de la cual el Daesh reivindicó la autoría de manera más rápida.

El juicio se ha retomado este lunes en la Audiencia Nacional y encara la recta final después de la parada por Navidad y una semana más tarde de lo previsto por el temporal de nieve en Madrid. Uno de los primeros investigadores de los Mossos que había declarado como testigo lo ha hecho ahora como perito y tanto la Fiscalía como sobre todo los abogados han tenido más margen para preguntar –continuará este martes porque ha faltado tiempo–. Ha sido una intervención conjunta con otro compañero de la misma Comisaría General de Información, dedicada a la lucha antiterrorista, en la que han definido la célula como una red de base: unas personas que se adscriben ideológicamente al Estado Islámico con sus publicaciones, que tienen confianza entre ellos –casi todos son familiares o amigos de la infancia– y liderados en este caso por Es-Satty.

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Para los Mossos, se trataba de un grupo yihadista autónomo que cometió un ataque guiado, que significa que tenían algún contacto con la organización terrorista central que servía de ayuda para los atentados. Habrían escogido los objetivos, a pesar de que el Daesh ya había hecho el llamamiento varias veces de atacar un monumento como la Sagrada Família. Pero la actuación que acabaron ejecutando, atropellar con un vehículo en la Rambla de Barcelona y en el Passeig Marítim de Cambrils, los investigadores la han comparado con los atentados con camiones en Niza y en Berlín en 2016. Según la policía, los ataques del 17 y el 18 de agosto fueron improvisados porque no había ningún "plan B" y lo han justificado con las conversaciones que los terroristas tuvieron después de la explosión de Alcanar, puesto que revelaban que no sabían qué hacer.

El método de financiación

En cuanto a la idea inicial de atentar con explosivos, los investigadores han explicado que costó 5.550 euros. Unos 4.000 euros corresponden a los productos comprados para fabricar los explosivos y 1.550 euros al alquiler de cuatro furgonetas –una en julio para transportar material a Alcanar y tres en agosto para el triple ataque que habían planeado en la Sagrada Familia, el Camp Nou y la Torre Eiffel de París–. Los mossos han añadido que el método de financiación de la célula se basaba en los sueldos que tenían algunos miembros –que enseguida retiraban su salario de la cuenta corriente–, en la venta de vehículos, en la venta de aparatos electrónicos comprados a plazos y en robos: de una empresa se llevaron 15.500 euros y de un domicilio joyas que después vendieron en tiendas de compra de oro.

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La policía ha dicho que el grupo de Ripoll se habría creado en 2015, cuando Es-Satty hacía de imán, tenía la idea de cometer atentados y buscó a tres jóvenes que ya estaban radicalizados: Younes Abouyaaqoub –el conductor de la Rambla–, Mohamed Hichamy –que lideró el ataque en Cambrils– y Youssef Aalla –muerto en la explosión de Alcanar–. En cuanto a los dos acusados en el juicio que están procesados como miembros de la célula –al tercer acusado se lo considera colaborador–, los investigadores han asegurado que Mohamed Houli Chemlal, herido en Alcanar, se habría integrado en el grupo en mayo de 2017 y Driss Oukabir en mitad de ese año. El tercer perito de esta sesión ha sido un policía nacional que elaboró un informe de conversaciones comprometidas de Oukabir por Facebook –obtenidas con una comisión rogatoria en los EE.UU.– que su abogado ha puesto en entredicho.

No declarará el excomisario Villarejo

El juez que preside el juicio del 17-A, Alfonso Guevara, ha descartado que declare el excomisario José Manuel Villarejo después de que haya dicho que conocía el riesgo de atentado terrorista en Catalunya y que el CNI había frustrado la infiltración de una fuente marroquí. Villarejo lo aseguró el viernes durante el juicio por presuntas calumnias contra el ex director del CNI Félix Sanz Roldán en el que también intervino Corinna, la examante del rey Juan Carlos I. Las defensas de los acusados querían que declarara Villarejo como testigo, pero el juez Guevara lo ha denegado porque considera que lo que ha expuesto no afecta al juicio y que, en todo caso, haría falta una investigación adicional.

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