El Nobel de medicina premia a los dos biólogos que han descubierto cómo se percibe la temperatura y el tacto
La investigación de los científicos galardonados llena el vacío existente sobre cómo el sistema nervioso responde ante los estímulos externos
BarcelonaLos biólogos moleculares el norteamericano David Julius (Nueva York, 1955) y el libanés Ardem Patapoutian (1967) son los ganadores del premio Nobel de medicina de 2021 “por sus descubrimientos de los receptores que permiten percibir la temperatura y el tacto”. El secretario del Instituto Karolinska, el organismo encargado de elegir a los candidatos, ha leído el acta del jurado en un acto en la academia sueca, en Estocolmo.
Las investigaciones de Patapoutian y Julius, que ya fueron reconocidos por el premio Fronteras del BBVA a principios de año, están sirviendo para ayudar a desarrollar tratamientos y fármacos nuevos para el dolor crónico. En el caso del norteamericano, ha utilizado para su investigación la capsaicina, un compuesto de los pimientos picantes que provoca una sensación de ardor, con el objetivo de identificar un sensor en las terminaciones nerviosas que responden ante un estímulo de calor. En cuanto al científico libanés, su investigación se basa en el uso de células sensibles a la presión para descubrir una nueva clase de sensores que responden a los estímulos mecánicos de la piel y los órganos internos.
Los dos han llenado los vacíos que había para completar el puzzle sobre los enlaces entre los sentidos y el medio, es decir, cómo se detectan la luz, los ruidos o los olores y gustos. La detección y sensación de estas impresiones externas han sido esenciales para la adaptación de los seres humanos a un mundo cambiante y, lógicamente, a la supervivencia. Sus estudios han podido, así, resolver cómo se convierten la temperatura y los estímulos mecánicos en impulsos eléctricos en el sistema nervioso.
Ya en el siglo XVII, el filósofo francés René Descartes imaginó hilos que conectaban diferentes partes de la piel con el cerebro, ayudando al descubrimiento posterior de la existencia de neuronas sensoriales especializadas que registran cambios en los entornos. A mediados del siglo pasado, Joseph Erlanger y Herbert Gasser recibieron el Nobel en 1944 por su descubrimiento de diferentes tipos de fibras nerviosas sensoriales que reaccionan a estímulos diferentes, por ejemplo, en las respuestas al tacto doloroso y no doloroso. Desde entonces, se ha demostrado que las células nerviosas están altamente especializadas en la detección y transducción de diferentes tipos de estímulos, cosa que permite una percepción matizada del medio, por ejemplo, la capacidad para sentir diferencias en la textura de las superficies a través de las puntas de los dedos o la de saber distinguir un calor agradable y un calor doloroso.