La noche más mágica del año
Se calcula que esta noche se consumirán un 5% más de tortas que la verbena del año pasado
BarcelonaLa noche de San Juan es la inauguración del verano mental. Esta noche, con el encendido de hogueras en toda la geografía catalana, las fallas tradicionales del Pirineo y los petardos y la torta, se inaugura definitivamente la temporada estival, que no entiende de temperaturas y sí de tradiciones y de fiesta. No hay ciudad o pueblo que, en estos momentos, no tenga lista las hogueras y los escenarios para la orquesta de baile para vivir la noche más mágica del año, llena de leyendas y de rituales que se mantienen en el imaginario colectivo casi intactos.
En la demarcación de Lleida, las fallas son las protagonistas de la noche de Sant Joan, sobre todo en el Pirineo. En Isil (Pallars Sobirà), los falleros suben hasta el Faro ya partir de las diez de la noche bajan formando un camino de fuego hasta el pueblo. En Alins (Pallars Sobirà), los fallaires saldrán durante la noche en dirección al Botanal ya la ermita de Sant Quirc. En estos dos lugares encenderán las fallas y empezarán el descenso a partir de las once y media de la noche. En la Alta Ribagorça, las antorchas iluminarán Boí, Vilaller, El Pont de Suert y Casós.
Cómo marca esta tradición, la Llama del Canigó indica el inicio de la fiesta. La noche anterior, la del 22 al 23 de junio, comienza la bajada de la llama desde la cima de la emblemática montaña del Conflent, para posteriormente repartirse por varias rutas organizadas y encender las incontables hogueras que se han plantado de Salses a Guardamar y de Fraga a Maó en una celebración compartida por los Països Catalans.
En Barcelona, el presidente del Parlament, Josep Rull, ha presidido este domingo el acto de recepción de la Flama del Canigó, como es tradición, transportada por representantes de Òmnium Cultural, en un acto que se repite cada 23 de junio desde 1980.
A medida que oscurezca, se prenderá fuego a las hogueras que se han instalado en plazas y cruces de calles de pueblecitos, pueblos y ciudades. La hoguera es el centro de las celebraciones, el símbolo más genuino, con el permiso de los petardos y la torta, ya su alrededor se organizaban tradicionalmente los bailes y se quemaban los malos augurios y los recuerdos. El fuego que todo lo purifica. Hoy, las estrictas medidas de seguridad para evitar incidentes han reducido tanto el número de hogueras plantadas como la interacción con el fuego. Pero el espíritu sigue siendo el mismo y San Juan es una buena ocasión para hacer una lista de buenos deseos para continuar con buena sintonía lo que queda de año.
A lo largo de todo el litoral, los pueblos concentran buena parte de la agenda festiva de esta noche en las playas, donde miles de personas celebrarán el solsticio y donde los que más aguanten tendrán la recompensa de ver la salida de sol y de dar el primer baño. Como en la ciudad de Barcelona, otros muchos ayuntamientos preparan estos días dispositivos especiales de seguridad y limpieza.
Restricciones de petardos
En comarcas gerundenses, varios municipios aplican restricciones por la verbena. En Figueres sólo se podrán lanzar petardos F3 (cohetes, fuentes, petardos voladores o similares) en el espacio habilitado en plaza Europa. La noche de San Juan y la verbena de San Pedro (28 de junio) hasta las dos de la madrugada. El resto de días hasta las nueve de la noche. El alcalde, Jordi Masquef, dice que "la campaña es consensuada con vecinos y entidades y quiere sensibilizar a la ciudadanía de los efectos del ruido", informa el ACN. En Manresa, además, se llevará a cabo la 25 verbena infantil sin petardos.
Más diversidad en las tortas
Las nuevas creaciones de tortas de San Juan de los pasteleros también tienen éxito entre los consumidores: "La gente se lleva tres o cuatro pero más pequeñas". Así lo ha afirmado el presidente del Gremio de Pasteleros de Barcelona, Antoni Bellart, en el ACN, y ha dicho que se trata de novedades como tortas de lemon pie, de té macha o rellenas de trufa, mermelada de frambuesa o nata, y esto hace que los clientes se lleven más. Bellart, sin embargo, ha puntualizado que "la más vendida sigue siendo la de bollo", seguida de la de chicharrones y la de crema, "que está subiendo mucho", ha rematado. El responsable de la asociación calcula que las ventas subirán un 5%, rozarán los dos millones de tortas artesanas y se conservarán los precios, entre los 18 y los 22 euros.
Los pasteleros afrontan la verbena de Sant Joan con "buenas previsiones", a lo que también ayuda el calendario, "con un fin de semana largo", subraya Bellart. Esto hará que los clientes compren el producto para celebrar esta fiesta popular y también el lunes para conmemorar San Juan. "Serán tres días intensos de tortas", admitió el presidente del gremio.
La expectativa de aumentar las ventas viene marcada por el "cambio de hábitos" de la ciudadanía, según ha explicado Bellart, porque "hace 30 años se compraba la coca muy grande de bollo o de chicharrones" y en el actualidad "a la gente le gusta probar". Por este motivo, indicó el pastelero, la clientela se lleva de diferentes tipos y en vez de ser de un kilo son "de medio kilo o de tres cuartos", aunque la estrella de la mesa sigue siendo la de bollo con fruta confitada.
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