"¡Que levante la mano quien se haya portado bien!": los Reyes Magos llegan cargados de ilusión

Sus Majestades reciben un baño de masas y reparten caramelos por todos los rincones

Cabalgata reyes Barcelona 2025
05/01/2025
4 min

Barcelona"¿Sabes que un año no hubo caramelos?", le explica Bernat a su hermano pequeño mientras hace equilibrios sobre una escalera, nervioso por la llegada de Sus Majestades. "Sí, pero la cabalgata de hoy será de las buenas, con caramelos y sin lluvia", les dice su padre con una sonrisa esperanzadora. A diferencia del pasado año, hoy quien lleva paraguas ya delata sus intenciones. Con ningún tipo de previsión de lluvia y con poco frío, esta noche la única preocupación en las calles de Barcelona es encontrar un buen lugar para poder ver lo mejor posible a Melchor, Gaspar y Baltasar, y coger tantos caramelos como sea posible. Para conseguirlo todo vale: de los tradicionales taburetes y escaleras hasta las acrobacias para mantenerse de pie sobre el asiento de una bici, como hace Alicia, con los hombros de su padre como punto de apoyo.

Con una puntualidad –casi– británica, a las 18:05 h la guardia montada a caballo sale del Parque de la Ciutadella para dar el pistoletazo de salida al momento más esperado. Carlos, de unos 8 años, se pone nervioso e insiste a su madre: "¡No veo nada!". La mujer intenta hacerle razonar: "No puedo subirte a hombros, cariño... pesas mucho". Aunque mide poco más de metro y medio de altura, ella acaba cediendo. Después de un par de intentos, y con la ayuda de quienes les rodean, el niño consigue subirse a los hombros de su madre. "Ahora sí, ¡cuánta gente!".

No hay tiempo para distraerse. Poco antes de las seis y media por todas partes resuena: "Niñas y niños de Barcelona... saludad a los Reyes Magos". Un griterío ilusionante hace olvidar los dolores de pies a los más pequeños –y de espaldas a los mayores– después de un par de horas poniendo los codos para tener las mejores vistas del momento mágico. Los tambores de la Brincadeira y la nueva composición de Arturo Calvo son la banda sonora que acompaña a la carroza de la estrella, que con miles de leds de colores marca el camino de Sus Majestades.

"Recogo ilusión, recojo las cartas si me dices tu nombre", se repite desde la carroza de los Correos Reales. Con unos trastos que parecen un brazo robótico y un saco, van recogiendo las cartas de los más despistados, pero Àlex, que está en las filas de más atrás, se preocupa por ver que no llegan. "No pasa nada, ellos ya saben lo que quieres. Son mágicos, ¿sabes?", le dice una niña que comparte escala con su hermana. Lo hace mientras por delante pasa la carroza del querido paje Gregori, el mejor telonero para dar la bienvenida al primero de los Reyes Magos.

El público durante la cabalgata de Reyes de Barcelona

"¡Que levante la mano quien se haya portado bien!", exclama el rey Melchor, cuya cara tiene una retirada importante a la del concejal de Cultura de Barcelona, ​​Xavier Marcé. Lo dice desde lo más alto de una imponente carroza inspirada en los musicales clásicos de los años cuarenta y elart déco y acompañado de sus pajes vestidos con monedas de oro.

Rodeados de turistas algo desubicados, y dejando pasar a un repartidor de Glovo que se ha encontrado con el gentío, está Youness cogido de la mano de su padre y totalmente boquiabierto. "¿Qué ves lo que te decía? Lo ven todo", le insiste el hombre señalando el séquito de los juguetes. Con unas grandes orejas que escuchan todos los deseos y unos ojos que todo lo ven, la comparsa de bailarines del Institut del Teatre se mueve con la música del gelidense José Manuel Pagán, para dar la entrada al segundo protagonista de la noche: el Rey Gaspar. "Se llama Gaspar, como el Gaspar de mi clase", se sorprende Youness, mientras ve pasar al rey. Su Majestad, cuya cara es casi idéntica que la del escritor Carlos Zanón, se mueve desde una gran duna de 3,5 metros de altura que simboliza el viaje que ha hecho por el desierto.

Un vagón de metro en medio de la cabalgata

Pocos segundos después, la arena del desierto da paso a unas inquietantes criaturas flotantes que forman parte del cortejo de los sueños y que se levantan 10 metros hacia arriba haciendo volar las serpentinas que les cuelgan y ondean con el poco viento que hace en la capital catalana. Este año, a los sueños les sigue una carroza muy emblemática: un vagón de metro se ha colado entre los Reyes Magos. conmemorar el centenario de este transporte subterráneo en la ciudad, se ha articulado un bus de TMB para que parezca un vagón de metro, con puertas incluso, que transporta regalos a su techo. ¿me ve?, Baltasaaar", grita una niña que desde muy atrás da botes a los hombros de su padre saludando al rey. Baltasar no defrauda, ​​y saluda mientras advierte: "No olvide acostarse temprano hoy, que tenemos mucho trabajo", con una voz que recuerda la del actor y modelo Anthony de León Pérez, de la entidad Los Ríos de Cataluña.

El rey Baltasar recogiendo las cartas de dos niños

Aunque los tres reyes ya han pasado minutos, todo el mundo se mantiene en su sitio, excepto algún adulto que ya lleva al hijo dormido en brazos y prefiere ir haciendo vía para ir a cenar. Aún queda la carroza más amarga... y la más dulce. Una renovada carroza del carbón de dos plantas hace resonar un mensaje claro: "Si no te has portado bien... ¡Carbón, carbón!"

Pero la negrura del carbón se la lleva rápidamente la última de las carrozas, también una de las más esperadas. La gran carroza con las caramelas capitaneada por el paje Omar dispara caramelos sin gluten a diestro y siniestro por los valientes que han tenido paciencia y se han esperado hasta el final. Un niño de cuatro años lo mira orgulloso con un puñado de caramelos en la mano y le dice a su madre, que le lleva en brazos: "Vamos ya que ahora los reyes tienen mucho trabajo".

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