"Tenemos que salir a la calle a buscar a la gente que todavía no se ha vacunado"

La directora del CAP del Raval Sud propone puntos de información en mezquitas e institutos para acelerar la inmunización en el barrio donde va más lenta

BarcelonaUnos 4.500 vecinos. Esta es la bolsa de pacientes que el CAP Drassanes, en el barrio del Raval Sud de Barcelona, sabe que no se han vacunado aunque tendrían edad para haberlo hecho. Son el objetivo a seducir para hacer crecer los índices de inmunización en la zona de la ciudad donde está costando más avanzar en la carrera contra el covid. Apenas esta semana se ha superado la barrera de la mitad de la población con pauta completa en el barrio (51,2%, según los últimos datos) mientras otros puntos de la ciudad ya sobrepasaban el 75%. En el CAP Drassanes el ritmo de vacunación se mantiene ahora constante, con cerca de 140 vacunas al día, después de que en pleno verano, como pasó en todas partes, la cosa se retardara, pero el hecho de estar pinchando ahora a mucha población joven que trabaja –en algunos casos, muchas horas y con horarios poco claros– hace que a veces no se llenen todas las franjas. "¿Cuántos han fallado esta mañana?", pregunta Paloma Prats, enfermera y directora del centro, al equipo que gestiona la vacunación. Las enfermeras se reconocen "agotadas" después de que la quinta oleada las cogiera con la vacunación en marcha y cuando apenas empezaban a recuperar la actividad habitual del CAP. Ahora el objetivo prioritario es poner cada día tantas vacunas como puedan.

"Se tienen que aprovechar todas las dosis. Cuando sobra alguna, llamamos a las consultas por si hay algún paciente que puede bajar a vacunarse y siempre reservamos franjas para esta vacunación oportunista, por si alguien se viene a visitar y lo convencemos para vacunarse", explica Prats. Tiene claro, sin embargo, que no bastará con los muchos esfuerzos que se hacen dentro de las paredes del centro de salud y que para llegar a porcentajes más elevados de vacunados la atención primaria tendrá que salir a buscar a los pacientes fuera. Sobre todo, en una zona como el Raval Sud, donde más de la mitad de la población tiene nacionalidad extranjera (el 56% de los pacientes del CAP) y las barreras lingüísticas y culturales hacen que los llamamientos a vacunarse no lleguen de manera tan directa. "Es cierto que aquí avanzamos a un ritmo más lento, pero se tiene que ver por qué: juegan un papel la barrera idiomática, la brecha digital y un tema cultural de concepción diferente de la salud y las vacunas, y también algunas informaciones erróneas que se han difundido sobre las vacunas, y los horarios laborales de la gente más joven", repasa.

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Para vencer todas estas barreras, Prats defiende una organización en red en el barrio para sacar la vacunación fuera del CAP, ya no solo con puntos móviles sin cita previa como el que ya probaron –con buenos resultados– en la Rambla del Raval y que ahora se repetirá en diferentes ubicaciones, sino trayendo directamente la campaña de vacunación a la puerta de quien no se ha interesado por ella. Más allá de propuestas como las que estudia Salud con posibles alicientes como descuentos en albergues o programación cultural para quien se vacune, que avisa de que se tendrían que mirar "con mucho cuidado" para que nadie entienda que se lo está "intentando comprar para que se vacune", la responsable del centro propone explorar otras vías como llevar unidades de vacunación los viernes a las mezquitas. O acercarse a las puertas de los institutos para convencer a los indecisos ahora que arranca el curso escolar.

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Más recursos

"Tenemos que pensar qué más se puede hacer. El trabajo de la atención primaria es trabajar para la comunidad; del mismo modo que vamos a las casas de pacientes mayores que no pueden desplazarse, tendremos que salir a buscar a la gente para vacunarla", defiende. Dan por hecho que hay un porcentaje de población reticente, que oscila entre el 10% y el 15%, entre los cuales hay muchos antivacunas, que serán los más difíciles de convencer y, por eso, para lograr niveles altos de protección comunitaria, defienden que ahora los esfuerzos se tienen que centrar en la bolsa de la población que, hasta ahora, no ha tenido interés para vacunarse. Salir a buscar a estos vecinos. "Tenemos que salir más y no solo con los puntos móviles de vacunación", asegura Prats, que apunta que para hacer que esto sea posible serán necesarios más recursos y una buena organización de los equipos.

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De momento, el viernes 17 de septiembre volverán a instalar un punto móvil en la rambla del Raval y celebra que, esta vez, el folleto informativo se ha escrito en más lenguas para llegar a más gente. El objetivo será vacunar al máximo número de vecinos de la zona y evitar, como ha pasado en otros puntos similares, que se acerquen turistas.