Crisis climática

Un estudio pionero busca adaptar la atención a los enfermos crónicos a la crisis climática

El proyecto busca dar una atención personalizada a los pacientes más afectados por los cambios extremos y adaptar el sistema sanitario

M. R.
27/07/2023

BarcelonaLos efectos del impacto de la crisis climática a escala mundial hace ya tiempo que son evidentes y Catalunya no se escapa. Las olas de calor cada vez más frecuentes o la sequía extrema que lleva meses afectando al país pueden repercutir en la salud de toda la ciudadanía, pero sobre todo en los colectivos más vulnerables a los extremos climáticos y en la de los pacientes con enfermedades crónicas. Solo el pasado verano se produjeron en Cataluña 1.800 muertes asociadas a los picos de temperatura del verano, según un reciente estudio del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) y el Institut de Investigació en Salut i Medicina de Francia (Inserm).

Ahora un proyecto pionero en Catalunya (y con pocos precedentes a escala mundial) busca ir más lejos en esta asociación entre aumento de temperaturas y mortalidad para determinar qué factores del cambio climático influyen más negativamente en los enfermos crónicos, según su patología, y de esta forma personalizar el tratamiento dependiendo del momento del año y de las condiciones meteorológicas. "Si podemos detectar que un paciente diabético, después de un pico de temperatura, ha requerido una serie de ingresos o un cambio en el tratamiento, podemos delimitar más cómo atenderle para evitar que en un futuro vuelva a sufrir una desestabilización", explica el doctor Tomàs Pérez Porcuna, coordinador científico de la Fundació Docència i Investigació Mútua Terrassa, el organismo que lidera el proyecto junto con el Servei Meteorològic de Catalunya, la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) i la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Cargando
No hay anuncios

"Un paciente que toma diuréticos no cambia el plan de medicación cuando sube la temperatura y puede quedar desajustada y sufrir deshidratación, porque no es lo mismo tomarla cuando hay 10 grados de temperatura que cuando hay 35 grados", insiste Pérez Porcuna. Además, el estudio permitirá disponer de información en tiempo real sobre los pacientes más vulnerables en función de las condiciones meteorológicas y su enfermedad. Pero no solo está pensado para dar una atención más personalizada y específica a los usuarios, sino que también busca dimensionar y redistribuir los recursos sanitarios de acuerdo a las circunstancias climatológicas.

Dos estudios

El Servei Meteorològic suministrará a Mútua Terrassa todos los datos que le proporcionan las 200 estaciones de su red en el Vallès, el ámbito de trabajo de la mutua. A partir de estos datos, y en colaboración con los investigadores de la UPC y la URV, se realizarán dos estudios: el primero tendrá un enfoque retrospectivo y se analizarán los datos sanitarios y climáticos de los últimos quince años usando técnicas de big data e inteligencia artificial, lo que permitirá definir a las personas y enfermedades más susceptibles al cambio climático. El objetivo es determinar cuáles son los pacientes más vulnerables al cambio climático y cómo estos factores climáticos impactan en la salud.

Cargando
No hay anuncios

En el segundo estudio habrá grandes grupos de pacientes de manera prospectiva, se integrará información clínica, medioambiental y climática y se generará una herramienta tecnológica que permitirá adaptar el sistema sanitario al cambio climático y obtener recomendaciones anticipadas para pacientes, profesionales de salud y gestores. "Esta segunda parte aborda las enfermedades concretas como la diabetes, el Parkinson o las personas que han tenido un infarto para ver cómo les afecta la meteorología y definir cuáles son los biomarcadores de mayor vulnerabilidad", explica el investigador.

Este miércoles se ha firmado el convenio entre Mútua Terrassa y el Servei Meteorològic que debe permitir conectar los datos climáticos con los de los más de 300.000 pacientes que atiende a la mutua, pero es necesaria inversión para que el proyecto empiece a caminar. En este sentido, los investigadores esperan obtener una beca de la Generalitat y optarán también a otras ayudas estatales y europeas. La intención es que el primer estudio pueda realizarse en un plazo de entre uno y dos años y el segundo, más ambicioso, entre dos y tres años.