La mascarilla, solo en el transporte público, los centros sanitarios y para las visitas a residencias

BarcelonaNi para entrar en una tienda, ni en el teatro, en el cine o en los gimnasios. Tampoco en el trabajo, ni en la escuela. Más de 700 días después, la mascarilla ha dejado de ser obligatoria también a los espacios interiores. El Boletín Oficial del Estado ha publicado este miércoles por la mañana la orden de retirada, que solo prevé algunas excepciones: todavía habrá que llevar mascarilla en el transporte público, en las farmacias y en los centros de salud, y también a la hora de visitar a una persona en una residencia, a pesar de que los usuarios de estos centros podrán hacer vida en los espacios comunes sin llevarla.

El real decreto elimina la mascarilla en los entornos laborales, a pesar de que deja en manos de los responsables de riesgos laborales de las empresas la decisión final sobre si tiene que ser necesaria en algún espacio determinado. Según el ministerio de Sanidad, esta decisión se tomará en función de las características de los puestos de trabajo (ventilación, distancia adecuada) y no por la evolución de la pandemia. "Dependerá del lugar y del entorno", ha dicho la ministra Carolina Darias en una entrevista a Onda Cero. El conseller de Salud, Josep Maria Argimon, ha reconocido que esto puede generar alguna situación de "conflicto" a las empresas y se ha mostrado partidario de aplicar "el sentido común".

En una entrevista a Catalunya Ràdio, Argimon ha valorado positivamente el fin de la obligatoriedad de la mascarilla, especialmente también en el caso de las residencias para personas mayores, fuertemente golpeadas por la primera oleada de la pandemia. "Hemos de hacer la vida de los residentes lo más fácil posible", ha dicho Argimon, que coincide con el Estado en el hecho de que la mascarilla solo sea necesaria para los visitantes y no para las personas que viven en las residencias.

Las visitas a las residencias son una de las excepciones en las cuales todavía habrá que hacer uso de la mascarilla. El resto son el transporte público (a pesar de que no será obligatoria en los andenes y estaciones), los centros sanitarios (las personas ingresadas en un hospital no tendrán que llevar, pero sí el personal y las visitas) y las farmacias. El real decreto especifica que los establecimientos no podrán obligar a nadie a utilizar mascarilla ni tampoco echar a los clientes que no lleven. A pesar de todo, el texto insta a hacer un uso responsable de la mascarilla y aconseja usarla en concentraciones multitudinarias o en reuniones y celebraciones donde haya personas especialmente vulnerables al virus.

Cuarta vacuna para personas de más de 80 años

Tanto Argimon como Darias han explicado que la ponencia de vacunas está estudiando la necesidad de administrar dentro de este año una cuarta dosis a las personas mayores de 80 años, como ya están haciendo algunos países como Italia. "Seguramente acabaremos poniéndola, lo estamos estudiando", ha dicho el conseller de Salud.

Según Argimon, la enfermedad ha entrado ahora en una fase de "seguimiento", con una incidencia de 200 casos por cada 100.000 habitantes cada 14 días y una cuarentena de pacientes ingresados en las UCI de los hospitales por covid-19, la cifra más baja desde el verano del 2020. De hecho, el conseller asegura que se está monitorizando el virus como se hace con la gripe y ha explicado que no hay que hacerse autotest en casa o en la farmacia en caso de presentar síntomas, sino usar mascarilla o quedarse en casa "cuatro o cinco días" si hay fiebre u otros síntomas graves. "La idea que si tenemos síntomas nos tenemos que hacer la prueba en el CAP la tenemos que desestimar, y solo si el profesional sanitario cree que hace falta, hará la prueba", ha dicho.