Una británica de 115 años se ha convertido en la persona más anciana del mundo. Ethel Caterham, nacida en 1909, es también la última súbdita viva de Eduardo VII, que reinó entre 1901 y 1910. Caterham llega al honorífico título después de que la monja brasileña Inah Canabarro Lucas muriera ayer a los 116 años.