Salud

Una paciente psiquiátrica se suicida tras esperar horas en urgencias del Hospital de Terrassa

El comité de empresa denuncia que algunos pacientes han tenido que esperar a "cuatro o cinco semanas en un box de urgencias" antes de ser ingresados

BarcelonaUna paciente con un trastorno psiquiátrico grave se suicidó el pasado 22 de agosto mientras esperaba en un box de las urgencias del Hospital Universitario de Terrassa, confirmaron fuentes del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST). La mujer llevaba dos días en urgencias esperando que le asignaran una cama en la planta de psiquiatría, según ha avanzado El Periódico y ha confirmado el ARA. El CST, el consorcio que gestiona este hospital del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), se limitó a afirmar que la muerte de la paciente está "en fase de análisis" por parte del Comité de Calidad y Seguridad del Paciente.

El Hospital Universitario de Terrassa tiene en la actualidad 16 camas de psiquiatría. Según el comité de empresa del CST, el hospital tenía previsto habilitar otras ocho camas, pero no lo hizo porque el CatSalut descartó financiar su ampliación. Asimismo, el centro disponía de un servicio de hospitalización a domicilio (conocido como HAD), que permitía que pacientes con trastorno mental fueran atendidos en casa. En concreto, tenía 16 camas de este tipo, pero en febrero cerró ocho, y el pasado julio clausuró las otras ocho por falta de psiquiatras clínicas, según detalló la vicepresidenta del comité de empresa, Maria Teresa Gil. "Hemos llegado a tener 19 pacientes psiquiátricos en urgencias esperando cama", denunció.

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El CST no ha confirmado ni desmentido esta información. Por su parte, fuentes del departamento de Salut, consultadas sobre la posible ampliación de las camas de psiquiatría del hospital, han evitado realizar una valoración "de la gestión interna" del centro. Eso sí, aseguraron que están investigando el caso de la mujer que se suicidó. De hecho, el Ayuntamiento de Terrassa considera "imprescindible" que la Generalitat abra una investigación. Asimismo, pidió al hospital una "revisión interna" del caso para analizar el funcionamiento y los protocolos con el objetivo de garantizar que no se va a repetir una situación similar.

En la actualidad, el sistema sanitario público de atención a la salud mental está saturado y sólo se pueden atender de forma hospitalaria los casos especialmente graves. La mujer que se suicidó en las urgencias del Hospital de Terrassa era un caso grave pero, sin embargo, tampoco pudo salvarse su vida. Tenía entre 30 y 40 años, según precisó otra miembro del comité de empresa, Tai Pérez, quien asegura que el incidente conmocionó al personal del hospital. De hecho, dos sanitarios siguen de baja.

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Estos hechos también han aterrizado en la esfera política. ERC, PP y Vox pidieron la comparecencia de la consejera de Salud, Olga Pané, a la comisión de Salud del Parlament para que dé explicaciones.

Pacientes que se fugan

Los hechos han saltado a la luz no porque el CST o el departamento de Salut hayan informado de ello, sino porque el propio comité de empresa del CST ha decidido hacerlo público después de que la dirección del hospital no hubiera tomado ninguna medida después de lo ocurrido, según ha asegurado el presidente del comité, Xavier Lleonart. De hecho, según dice, tres días después del trágico incidente, otro paciente psiquiátrico se fugó de las urgencias del hospital mientras esperaba. "Lo encontramos caminando por la carretera con la bata del hospital", añade.

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Los pacientes con una patología mental son atendidos en el servicio de urgencias generales del Hospital de Terrassa. O sea, no existen unas urgencias específicas para estos enfermos para evitar su estigmatización. Lo que falla, según Lleonart, es que estos pacientes tengan que estar días y días esperando. "Algunos pacientes han tenido que esperar cuatro o cinco semanas en un box de urgencias antes de ser ingresados ​​–asegura–. Y las urgencias no tienen las infraestructuras para atenderles, ni son el mejor sitio para que estén con gente que sale y entra, pacientes por los pasillos y un caos crónico. Es totalmente incontrolable lo que puede ocurrir allí", lamenta.

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De hecho, a principios de julio el comité de empresa del CST ya dio la voz de alarma. Hizo llegar una carta a la dirección del hospital denunciando que no podían "garantizar la seguridad del paciente" debido al elevado número de personas que debían atender todos los días en urgencias. Sin embargo, no recibieron ninguna respuesta.

En el servicio de urgencias hay unos boxes específicos para los pacientes con una patología mental. Sin embargo, la planta de psiquiatría del hospital dispone de toda una serie de medidas complementarias de seguridad. Por ejemplo, está completamente cerrada, tampoco es accesible la zona de enfermería donde se guarda la medicación, las habitaciones son individuales, hay un ratio más elevado de enfermeros, y en las comidas se utilizan vasos y cubiertos de plástico. A la falta de camas de psiquiatría del hospital, se añade que en Terrassa "no hay ningún centro de urgencias de atención primaria, aunque es la tercera ciudad con más población de Catalunya", denuncia Lleonart. Es decir, todas las urgencias van a parar al hospital, lo que aún satura más el servicio.

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"Desgraciadamente, casos así se repiten cada vez un poco más debido muchas veces a la falta de espacio y de profesionales especializados en el sector", ha declarado la presidenta de la Federación Salud Mental Catalunya, Mercè Torrentallé, en referencia a la mujer que se suicidó en agosto y poniendo en evidencia que no sería. O sea, incidentes, hay muchos más aunque no se hagan públicos.

Según Torrentallé, el problema también radica en que los pacientes con una patología mental acuden a urgencias cuando ya están "muy deteriorados" y "en una situación extrema" porque no han podido seguir una terapia por, precisamente, la falta de recursos que existen en el sistema público. "Atendemos a las personas en el momento de crisis, pero no vamos a la profundidad de los problemas estructurales. La falta de recursos no sólo son asistenciales, sino también en todos los aspectos de la vida: el acceso al trabajo, el acceso a la vivienda", destaca la presidenta, que considera que también es primordial hacer un trabajo de prevención.

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Magda Casamitjana, que hasta el año pasado fue directora del Pacto Nacional de Salud Mental de Cataluña, piensa lo mismo: "Hay que triplicar el presupuesto de Derechos Sociales y hacer una planificación territorial de los recursos para saber cuáles son las demandas y cuáles son las deficiencias". Según dice, esto ya se ha hecho en Australia con buenísimos resultados, y se está empezando a hacer en Francia y en los países nórdicos. Ahora falta que se aplique en Catalunya.