Salud

La epidemia de la salud mental que los CAP no pueden atender

El 25% de los catalanes experimenta malestar emocional y un 10% tiene diagnosticada una depresión moderada o grave

Sala de consultas de un CAP
Anabel Herrera
11/07/2025
7 min

La resiliencia es un término que deriva del latín resiliens, participe del verbo resilīre, que significa "saltar hacia atrás y rebotar". Se refiere a la capacidad de adaptación y recuperación del individuo frente a una situación adversa o de riesgo. No cabe duda de que, situaciones inesperadas, hemos tenido unas cuantas en los últimos años, y además a escala planetaria. Recuerden la crisis financiera de 2008, la pandemia de coronavirus, el auge de los conflictos armados y la posterior escalada de precios. Si al contexto social, económico y político sumamos que no se destinan recursos suficientes a nuestra salud mental, francamente salir adelante de manera airosa parece, más que resiliencia, una heroicidad.

"La salud mental no es que sea la hermanita pobre de la sanidad, es que nunca se ha atendido y sigue sin atenderse", dice el neuropsicólogo Óscar Pino López, coordinador del CAS L'Hospitalet de Llobregat de la Fundación Hospitalarias Sant Boi.

En Cataluña, aproximadamente una de cada cuatro personas de más de 14 años experimenta malestar emocional, un estado de ánimo desagradable que comporta tristeza, ansiedad y episodios de irritabilidad frente a situaciones cotidianas y casi una de cada diez personas tiene diagnosticada una depresión moderada o grave, según un informe de salud mental y autonomía personal de la Agencia por la Competitividad de la Empresa (ACCIÓN) de la Generalidad de Cataluña. De hecho, otro informe del ministerio de Sanidad evidencia que los trastornos de ansiedad, el insomnio y la depresión representan las consultas más frecuentes en atención primaria en todo el Estado, con un incremento del 72%, el 65% y el 22%, respectivamente, en el período 2016-2022.

"Si los datos antes de la pandemia ya eran malos -en palabras de Pino López-, el virus tuvo consecuencias directas en la salud de la población porque ataca el sistema nervioso central, con síntomas neurológicos diversos". En esta línea, recientemente investigadores del Institut de Recerca Sant Pau han constatado y cuantificado por primera vez el aumento de las conductas suicidas no letales, es decir, de ideación o intentos de suicidio, a raíz de la crisis sanitaria, que es superior al 50%. Las mujeres jóvenes y los menores de edad fueron los más afectados.

Déficit de psicólogos

Con todas estas cifras sobre la mesa, sorprende que los servicios de salud mental públicos aún no cuenten, a día de hoy, con una financiación adecuada a la magnitud del problema. Si bien los trastornos mentales graves tienen un acceso preferente en el circuito asistencial, los menores quedan en una especie de limbo, con pacientes que deben esperar incluso meses para realizar una primera visita con un psicólogo que, además, quizás no llega ni a la media hora. Por eso, muchas personas se ven obligadas a recurrir a las consultas privadas, si es que pueden permitírselo económicamente. Por ejemplo, dos sesiones al mes se llevan hasta el 15% de los ingresos mensuales de los jóvenes, por lo que se ven obligados a dejar la terapia psicológica fuera de sus prioridades, con el riesgo de agravamiento de su malestar emocional.

Sin embargo, en Cataluña el ratio de psicólogos es de 9,5 por cada 100.000 habitantes, por encima de los 6 que hay a escala estatal y muy lejos de los 18 de la media europea. Para hacernos una idea, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda 24 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Por eso los expertos reclaman la presencia de más especialistas en salud mental en los centros de atención primaria (CAP), que son la puerta de entrada para muchas personas en el sistema sanitario.

En 2021, la revista Psychological Medicine publicó los resultados del proyecto PsycAP, el primer gran estudio en España sobre la eficacia de la terapia grupal para abordar los trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión en comparación únicamente con las consultas periódicas con el médico de familia y los tratamientos farmacológicos. En concreto, se reclutaron a un total de 1.061 pacientes adultos en 22 centros de atención primaria de ocho comunidades autónomas (Andalucía, País Vasco, Cantabria, Castilla-La Mancha, Galicia, Madrid, Navarra y la Comunidad Valenciana). El protocolo consistió en siete sesiones de terapia de 90 minutos dirigidas por psicólogos clínicos durante un período de 12-14 semanas en grupos reducidos -de 8 a 10 personas-. Antonio Cano-Vindel, catedrático de psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e impulsor del proyecto, explica que "los trastornos de ansiedad y depresión remiten alrededor de un 70% con sólo estas sesiones por un coste de 27,4 € por paciente y sesión", y que los efectos terapéuticos "se mantienen los do".

Los resultados de PsycAP, indica Pino López, que también es miembro de la junta del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC), están alineados con los de programas tan consolidados como el Improving Access to Psychological Therapies (IAPT), actualmente llamado Talking Therapies ("terapias conversacionales"8) los problemas más comunes de salud mental de la población: depresión, ansiedad generalizada, agorafobia, trastorno dismórfico corporal, hipocondría, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), estrés postraumático, pánico, ansiedad social, etc. Cerca de dos millones de personas se benefician de este servicio, que puede ser tanto individual.

La eficacia y rentabilidad de sumar psicólogos a los sistemas nacionales de salud también se da en países como Noruega, donde su programa de atención psicológica precoz para la salud mental -Prompt Mental Health Care (PMCC)- ha demostrado que no sólo mejora el bienestar de los participantes, sino también su grado de empleabilidad, en comparación con personas que siguen un tratamiento convencional, lo que supone una inversión eficiente en términos de productividad laboral y reducción del uso de servicios de salud: por cada 0,09 € invertidos existe un retorno de 0,5 €. El dato no debería resultarnos insignificante, teniendo en cuenta que el año pasado en Cataluña se registraron 192.526 bajas laborales por salud mental, un 11% del total de incapacidades.

Referentes de bienestar emocional

Las repercusiones de la pandemia en la salud mental de la población es lo que llevó al departamento de Salud de la Generalitat a implantar, en 2021, la figura de los referentes de bienestar emocional y salud comunitaria en la atención primaria (RBEC). También en un intento de reducir el abuso de psicofármacos: cada mes se prescriben medio millón de recetas de ansiolíticos en Cataluña, medicamentos que pueden generar dependencia y adicción a la larga. Los RBEC son profesionales de las ciencias de la salud -la gran mayoría, psicólogos- que atienden a personas con trastornos adaptativos para evitar el agravamiento de los síntomas. Los casos más complejos, con trastorno mental severo que interfiere de forma significativa en el día a día, se derivan igualmente en los centros de salud mental.

Marina Calderó es una de las 359 personas que, según datos facilitados por el departamento a este diario, forman actualmente la red de RBEC en Catalunya -una para cada CAP, teniendo en cuenta que en poblaciones pequeñas pueden apoyar a más de un centro-. Trabaja, desde hace más de tres años en el CAP Horta 7D de Barcelona, ​​cuya principal tarea es dar asistencia a pacientes derivados por el equipo de medicina, enfermería o trabajo social para hacer una primera valoración y, a partir de ahí, orientarlos hacia el abordaje más adecuado, que podría ser, en muchos casos, la terapia grupal.

"Los grupos a nivel de sintomatología ansiosa y depresiva están extendidos casi en todas partes. Nosotros también hacemos un grupo de malestar laboral, uno de fibromialgia, uno de luto, uno de estimulación cognitiva para personas mayores y uno para mujeres en las que trabajamos la perspectiva de género", explica la psicóloga. En cada uno de estos grupos participan 10-12 personas en 8-10 sesiones de terapia de 90 minutos, una por semana, con el acompañamiento de Calderó, que también puede contar con la colaboración puntual de profesionales de ramas como la fisioterapia, la nutrición, la enfermería, el trabajo social y la medicina.

La segunda gran labor de la RBEC de Horta 7 es la participación en la actividad comunitaria del centro de atención primaria, es decir, salir a los barrios para educar en hábitos saludables y detectar precozmente problemas relacionados con la salud, como podría ser a través de las escuelas, y acercar y acompañar a la ciudadanía los recursos disponibles para prevenir el patio. En este sentido, una de las asignaturas pendientes es llegar de forma más efectiva a los jóvenes, que son más reacios a ir al CAP por su propio pie a pesar de que son, precisamente, uno de los sectores de la población más afectados por la pandemia.

Y es que los trastornos de salud mental de los catalanes de entre 10 y 24 años se han duplicado en el período 2008-2022, según concluye un estudio reciente liderado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol (IDIAPJGol), que también destaca un incremento alarmante en los casos de ansiedad, depresión, trastornos alimenticios y trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). El uso de fármacos antidepresivos en menores de 15 años, además, se ha disparado un 250% en tan sólo tres años, cómo informaba en enero este diario.

Pese a que todavía no existen datos oficiales sobre las ventajas sociales y económicas de la introducción de los RBEC en la puerta de entrada al sistema sanitario, la sensación generalizada es que ha revertido positivamente sobre los usuarios, entre ellos los propios profesionales de los centros, que reciben formación y atención de sus compañeros referentes de bienestar emocional, como destaca Calderó. Por tanto, con la experiencia acumulada por el proyecto de la Generalitat, así como por el PsycAP, que ya se aplica a numerosas comunidades autónomas del Estado, y de los diferentes programas internacionales, parece evidente que llenar las consultas de psicólogos es una necesidad imperiosa.

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