Salut admite un exceso de prescripciones de ansiolíticos en los CAP

BarcelonaLas benzodiacepinas como Orfidal y Valium son un tipo de ansiolítico que se recetan, sobre todo, contra el insomnio y la ansiedad. Se utilizan de forma generalizada y, aunque se aconseja que la duración del tratamiento no supere las cuatro semanas, el departamento de Salut alerta de que existe un exceso de prescripciones en los centros de atención primaria (CAP). De hecho, el uso inadecuado para tratar la ansiedad ha subido un 14%, según datos de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Catalunya (AQuAS). El Gobierno hace autocrítica, reconoce que es necesario ajustar mejor los tratamientos farmacológicos que se prescriben y asegura que es una de las áreas en las que tiene "más margen de mejora".

Cuando se hace un uso prolongado de estos medicamentos, los pacientes pueden generar dependencia y adicción. Por eso, la directora de AQuAS, Sandra García Armesto, ha defendido este lunes en una atención a los medios que hay que hacer llegar herramientas e información a los profesionales para darle la vuelta a la situación y no prescribir fármacos de más. Estos son datos de la Central de Resultados, que recoge indicadores de salud entre 2017 y 2023. Junto con la consejera de Salud, Olga Pané, la directora de AQuAS ha presentado este lunes las cifras a los profesionales en un acto en el Auditori ONCE.

España es el tercer país del mundo con mayor consumo de estos medicamentos,el primero de Europa, y los expertos alertan de que su prescripción está indicada por un máximo de un mes y que alargar su consumo puede comportar riesgos para la salud. Así pues, es necesario revisar el diagnóstico si los síntomas que han motivado el consumo de estos fármacos persisten a los treinta días de tratamiento, ya que el camino hacia la adicción es la tolerancia. Los pacientes se vuelven dependientes y, si tratan de eliminarlos de repente de su día a día, tienen el síndrome de abstinencia, que puede ser muy grave en aquellos casos con un alto nivel de adicción.

Para dejarlos hay que seguir una pauta decreciente de la medicación, es decir, ir disminuyendo el número de dosis con el paso de los días para que el cuerpo, que se ha habituado a los fármacos, no deje de recibirlos del día por la noche. Esto ocurre porque, con el uso continuado, las benzodiacepinas van perdiendo eficacia y los pacientes necesitan más dosis para conseguir el efecto deseado.

García Armesto también ha advertido de un incremento de los pacientes polimedicados y de los consumidores de fármacos antipsicóticos y ha avisado de que los CAP también prescriben en exceso a los hipolipemiantes, un tipo de medicamentos que reducen los lípidos de la sangre y se utilizan para tratar las enfermedades cardiovasculares. Las más conocidas son las estatinas, que se prescriben para reducir el colesterol. En este caso, el uso inadecuado que hace la atención primaria de estos fármacos ha crecido un 17,2% sólo entre los años 2022 y 2023.

Urgencias y salud mental

De acuerdo con los mismos datos, en los hospitales también existen aspectos a mejorar. Salud destaca el uso de las urgencias. Según la directora de AQuAS, hay visitas que podrían atenderse en otros recursos y evitar la saturación de este servicio hospitalario. En concreto, siete de cada diez pacientes que atienden a las urgencias hospitalarias presentan cuadros clínicos leves, mientras que lo que sería deseable sería al revés, es decir, que la gran mayoría de los atendidos tuvieran cuadros graves y que los de menor gravedad fueran en los CAP. Además, la derivación de pacientes en los centros de urgencias de atención primaria (CUAP) es de un 13,4%, lejos del objetivo que tiene el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que defiende que este porcentaje debería subir al 30%.

En salud mental existe un incremento de la atención a las patologías crónicas y también aumentan los inicios de tratamiento por deshabituación de drogas, especialmente por alcohol y cocaína en hombres a partir de 35 años. Esto, según Salut, significa que más personas dan el paso de tratarse. Asimismo, las detecciones de alcoholismo en la atención primaria también suben, bien porque lo observa el médico o porque lo explica el paciente.

La "postnormalidad" después de la pandemia

La Central de Resultados utiliza 257 indicadores que se distribuyen en los ámbitos de atención primaria, hospitales, emergencias médicas, atención intermedia, salud pública, salud mental y adiciones. Según sus impulsores, la mayoría de los datos, que corresponden a 2023, muestran una mejora respecto al año 2022, con una recuperación progresiva tras el bajón global que se registró por culpa de la pandemia de cóvid-19. "En 2023 muchas de las distorsiones por la pandemia que se habían observado en los indicadores de cómo se comportaba el sistema se han estabilizado y hemos llegado a una postnormalidad", ha afirmado García Armesto.

En la atención primaria, por ejemplo, se observa que, tras el descenso de las visitas durante la pandemia, se ha recuperado parte de la presencialidad y representa cerca del 70%, pero no ha vuelto a los niveles previos a 2020, cuando se situaban por encima del 80%. Paralelamente, la consulta online (eConsulta) y el uso de la aplicación Mi Salud, que se incrementaron mucho durante la pandemia, se mantienen en niveles altos: por encima del 20% y alrededor del 40% respectivamente .

La Central de Resultados ha estrenado este lunes una aplicación con nuevas herramientas de visualización para "hacer más fácil el acceso a los datos y, además, la información se completa con fichas de análisis", explica Salut. Durante la presentación, la consellera afirmó que el nuevo aplicativo convierte el sistema sanitario catalán en un "referente" al Estado y en Europa y alabó el trabajo de la AQuAS. "La eficiencia es imposible de conseguir si no hay datos y los podemos comparar, por tanto, la Central de Resultados tiene toda una serie de bondades que debemos preservar", ha afirmado Pané.