Salud

Sentencia pionera contra TMB: el amianto de los talleres enfermó Rafael

Una resolución del 2022 ya reconoció que otro empleado había fallecido a causa de este material

El metro de Barcelona

BarcelonaRafael Rubio tiene 68 años y está jubilado. Durante cuatro décadas ha trabajado en los talleres de mantenimiento y reparación del metro de Barcelona situados en Vilapicina y ahora una sentencia le da la razón: este trabajo le ha perjudicado la salud de por vida. El causante, la exposición al amianto. Hasta ahora, Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) lo negaba, pero el juzgado de lo social número 4 de Barcelona ha dado la razón a Rubio y le ha reconocido la situación de incapacidad permanente. Es el primer trabajador vivo que logra una sentencia favorable de estas características, después de que la justicia reconociera en 2022 que la exposición a este material que hace unas décadas se utilizaba a raudales en la construcción había causado la muerte de un compañero sede. Ahora el juez también acredita que Rubio sufre fibrosis pulmonar y vincula a la patología a un origen profesional.

Según el Col·lectiu Ronda, esta resolución allana el camino para otros trabajadores afectados que quieran denunciar la situación. "En los próximos años tendremos nuevas sentencias", advirtió el abogado Àlex Tisminetzky, que prevé hasta cinco resoluciones en este sentido en dos años. De momento hay al menos otras 26 personas que tienen afectaciones por culpa del amianto. El juez recuerda que "una evaluación del año 1988 detectó presencia de amianto" en los talleres del metro de Barcelona y que, posteriormente, una evaluación higiénica del año 1990 también la encontró en las instalaciones, especialmente en los túneles y conductos de ventilación, fruto del desgaste de los antiguos zapatos de freno, la pintura y otros componentes mecánicos de los convoyes.

"Ni gano ni pierdo nada"

El afectado supo que tenía amianto en los pulmones después de una revisión médica que se hizo en el 2013, cuando todavía trabajaba en el metro. Sin embargo, no fue hasta el 2019 que este hallazgo se acabó traduciendo en una demanda contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Rubio recuerda que cuando empezó a trabajar de mecánico para el metro de Barcelona los mayores ya le avisaban de que en los talleres "había mucho veneno", en referencia al amianto. "En los años 80 los jefes nos decían que tomáramos un poco de leche, que nos iría bien porque había mucho polvo", añade. Aunque asegura tener una vida más o menos normal, reconoce que no puede correr ni subir escaleras porque se cansa. "Si se estropea el ascensor no puedo subir", explica Rubio.

Según el afectado, la empresa ha negado su condición y aseguraba que "no tenía nada". Por el contrario, recuerda que el médico forense de la Ciudad de la Justicia le dio la razón y ahora esta sentencia acredita la enfermedad profesional. La sentencia establece unos 10.700 euros anuales en favor de Rubio, aunque no cobrará nada porque no implica cambios en su pensión. "Ni gano ni pierdo nada", explica el afectado, que se muestra satisfecho con la resolución para que el resto de afectados tengan el camino más fácil para denunciar la situación.

Según el Colectivo Ronda y el sindicato CGT, el material sigue presente en el metro y las medidas que ha tomado la empresa para eliminarlo son "insuficientes". Ahora que los tribunales han reconocido la enfermedad profesional del afectado, en los próximos días presentarán una demanda por daños y perjuicios a la empresa. "Si no reconoces que hay amianto, no puedes implementar medidas para eliminarlo. Ahora el metro tendrá que pagar por haberlo negado todo", aseguró Tisminetzky. En este sentido, el abogado cuestiona si la mejor manera de gastar el dinero público es destinarlo a buenos abogados y peritos para defender que no hay amianto en el metro.

Posible recurso de TMB

Según la sentencia, en el metro existen materiales con amianto y durante años ha estado presente en parte de los convoyes como los motores y los zapatos de freno, lo que comportaba la emisión de fibras de amianto al ambiente, especialmente en los túneles. También en placas destinadas a apagar las chispas en los contenedores de los trenes, resistencias, juntas aislantes y el armario eléctrico de cabina, entre otros.

Tras hacerse pública la sentencia, desde TMB explican que están "valorando" la situación antes de "decidir si se presenta un recurso". Según la empresa la sentencia "no determina que la enfermedad sea causada por el amianto". Más allá del caso concreto, desde TMB insisten en que llevan más de 30 años desarrollando un plan para retirar a todo el amianto, hasta el punto de que "el modelo de gestión que TMB ha desarrollado durante los últimos años en el proceso de desamiantado de la red de metro y de trenes se ha convertido en referencia a escala europea".

La empresa defiende que el 87% del amianto en instalaciones de metro ha sido retirado o tratado y que, si s analiza por cantidad de toneladas, el 88 por ciento ha sido eliminado o encapsulado, en cuanto a los trenes, ha indicado que la entrada en servicio los nuevos convoyes de las series 7.000 y 8.000 en 2024 permitirá prescindir de todos los que tenían amianto. También ha dicho que a todos los empleados que "potencialmente habían sido expuestos al amianto se les hizo un TAC de alta resolución" y que los resultados indicaron que había 28 personas que "presentaban imágenes radiológicas que podrían estar relacionadas con una exposición al amianto, pero también con otras causas.”

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