Urgencias a ciegas: el apagón dejó al Pallars Sobirà sin CAP

Sort y el resto de ayuntamientos afectados presentarán una "demanda formal" a Salut para que el centro disponga de una fuente de energía alternativa

BarcelonaEl centro de atención primaria (CAP) de Sort es el único que ofrece atención presencial las 24 horas del día de toda la comarca del Pallars Sobirà. En total, son quince municipios y más de 7.000 personas que, frente a una urgencia, tienen este centro como referencia. El lunes, durante el apagón masivo que puso boca abajo la península Ibérica, sus trabajadores y el Ayuntamiento descubrieron que no tenía generador y, por tanto, se enteraron ese mismo día de que no disponían de una fuente alternativa de energía con la que garantizar la asistencia a todo aquel que lo necesitara. No tenían luz, teléfono ni Internet. Tampoco les dieron explicación alguna desde el departamento de Salut. Durante ocho horas los profesionales del centro tuvieron que hacer manos y mangas para prestar atención a las personas que lo necesitaban, con un frontal en la cabeza y sin el adecuado equipamiento para tratar a los pacientes. "Nos sentimos abandonados", se quejan desde el centro.

Si bien había médicos de guardia en otros municipios localizables por emergencias y una parte importante de los servicios sanitarios tienen un generador externo frente a un corte de suministro eléctrico, el apagón reveló que el CAP de referencia del Pallars Sobirà "no está preparado para garantizar la asistencia a la ciudadanía", en situaciones Harré. El Ayuntamiento ya ha avisado a través de las redes sociales que presentará "una demanda formal en el departamento de Salud para que el CAP disponga de una fuente de energía alternativa que garantice el mantenimiento de los servicios básicos en situaciones de emergencia, especialmente teniendo en cuenta su papel como referente comarcal". Farré aclara que comprenden la excepcionalidad del momento y asegura que no quieren hacer leña del árbol caído, pero sí reclaman que se solucione de cara a futuros percances.

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Al no disponer de energía, los profesionales rápidamente se activaron para buscar soluciones una vez cayó la red eléctrica. Uno de los puntos críticos eran los medicamentos que necesitan refrigeración para no dañarse, que finalmente se trasladaron a la comisaría de los Mossos d'Esquadra del municipio, ya que ésta sí dispone de un sistema alternativo en caso de un fallo eléctrico. Los profesionales del CAP también se desplazaron hasta la residencia del pueblo para asegurarse de que todos los usuarios estaban bien. Cuando comprobaron que tenían un generador y que no necesitaban ayuda, volvieron a hacer guardia en el CAP. Eso sí, en condiciones precarias. Afortunadamente, durante la tarde la mayoría de urgencias que llegaron al centro eran de menor gravedad, pero los profesionales avisan de que ante un infarto o un ictus no habrían podido responder con la celeridad necesaria para garantizar la supervivencia del paciente.

Una vida en juego

De hecho, más allá de un ataque de ansiedad y un par de fracturas, la urgencia más grave que llegó al centro durante el apagón fue una persona con insuficiencia respiratoria aguda por culpa de una descompensación de una enfermedad obstructiva pulmonar crónica (EPOC). empeora, requiere un ingreso hospitalario. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la cuarta causa de muerte en todo el mundo.

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Como la sede del SEM en la comarca está en el mismo edificio, pudieron activar una ambulancia presencialmente, pero durante todo ese rato el centro estuvo sin profesionales. el alcalde de Sort. Paralelamente, los Bomberos y los Mossos consiguieron un generador de un municipio vecino y, a las 19 horas, la primera planta del CAP recuperó la luz. para garantizar que el centro tenga una fuente de energía alternativa.

Aquel mismo lunes por la noche, después de todo un día sin prácticamente asistencia sanitaria en el Pallars Sobirà, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, aseguró que todos los sistemas alternativos de alimentación funcionaron correctamente en los centros sanitarios. 5.000 pruebas médicas y 500 operaciones para asegurar que disponían de energía suficiente y para evitar desplazamientos de usuarios en el momento más incierto.

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