Sucesos

Más de 400 cachorros liberados de los tentáculos por un lado que los explotaba y maltrataba

Los Mossos, la Guardia Urbana, la Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a 13 personas

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BarcelonaSe llamaba Bitxets y estaba en la calle Castillejos de Barcelona, ​​junto al cruce con la calle Aragó. Sobre el papel vendían animales "domésticos y exóticos". El escaparate era una gran cristalera totalmente tapada por un vinilo azul. No podía verse qué pasaba dentro. Ahora, el local está cerrado permanentemente y el número de contacto ya no existe. Se encuentra en esta situación desde diciembre del 2020, cuando las quejas de varios compradores llegaron a la Guardia Urbana, que decidió realizar una inspección administrativa. Encontraron varios animales muertos. Los que estaban vivos eran, sobre todo, cachorros de perros que vivían en unas pésimas condiciones. Hacinados en jaulas, malviviendo en cajas de cartón y rodeados de heces. Y muchos estaban enfermos porque no habían recibido las vacunas que tocaban.

"Todos los animales tenían una edad inferior a la que en teoría constaba en su información", apuntó el intendente Juan Guzmán, jefe de la Unidad de Investigación de la Guardia Urbana de Barcelona. Tenían menos de tres meses y aún no podían ser comercializados, pero tanto si eran demasiado pequeños como si estaban enfermos, los vendían igualmente sin avisar al comprador. Éste fue el punto de partida de una investigación de la Guardia Urbana, los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil (la primera conjunta en este ámbito) que ha terminado con más de 400 animales de compañía rescatados. La mayoría eran cachorros. En total, 370 perros y 51 gatos que han vivido maltratados en los primeros meses de su vida esperan ahora a un nuevo propietario.

La tienda Bitxets fue sólo un punto de partida. Poco después, en un descampado de Madrid unos vecinos encontraron unas jaulas llenas de perros ladrando. Estaban abandonados. "Querían dejarlos morir, ya no les eran rentables económicamente", ha explicado el capitán Luis Humberto Quiroga, jefe de la Unidad de Protección de la Naturaleza Uprona de la Guardia Civil en Barcelona. Al mismo tiempo, los Mossos detectaron que en Gerona una persona transportaba una gran cantidad de animales. De nuevo, eran cachorros de perros. Los investigadores descubrieron que detrás de estos tres hechos (la tienda Bitxets, las jaulas de Madrid y el movimiento de Girona) estaba el mismo grupo criminal.

La investigación de los tres cuerpos policiales duró tres años.

Había otros locales como Bitxets. Tenían tiendas en Madrid, en Andorra e incluso en Dubai. Además, también vendían los animales en una web. Los cachorros, los que conseguían por dos vías: o bien los compraban en países del Este (sobre todo en Bulgaria, Eslovaquia y Hungría) o bien los criaban ellos mismos en centros con condiciones, de nuevo, totalmente insalubres. "El transporte desde los países del Este estaba por carretera, en espacios reducidos y en unas condiciones precarias", apuntó el inspector Víctor Cosialls, jefe del Área Central de Medio Ambiente de los Mossos. Esto favorecía la aparición de epidemias, muchas de ellas mortales, porque ninguno de los cachorros había sido vacunado. Sobre el papel lo estaban e iba firmado por una veterinaria. Pero eran certificados falsos emitidos por una colegiada que forma parte de los trece detenidos, diez de ellos en Catalunya.

Las hembras estaban totalmente explotadas en los centros de cría. "Solo tenían la función de parir", apuntan fuentes policiales. Todo ello comportaba que el índice de mortalidad fuera muy alto. Durante la operación, el pasado 20 de septiembre, se hallaron ocho animales muertos, pero se calcula que la cifra puede ser muy superior. No era raro, durante la investigación, que aparecieran animales muertos en contenedores. "Engañaban a los clientes", ha destacado el inspector Juanjo Castro, jefe de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional. Muchos de ellos volvían a las tiendas diciendo que sus perros estaban enfermos y la banda les llevaba a uno de los centros de cría, en donde unos falsos veterinarios los trataban. "Algunos se recuperaban, otros simplemente morían", ha comentado Quiroga. Después, daban un perro idéntico a su familia.

Alto nivel de vida

La organización criminal llevaba al menos ocho años operando con sus bases logísticas en Barcelona y Madrid. Por eso es casi imposible saber con cuántos animales han traficado, cuántos han muerto y cuánto dinero ha ganado. Debe tenerse en cuenta que, dependiendo de la raza, los cachorros valían entre 500 y 1.500 euros. No existe una cifra total de ingresos, pero los líderes de la banda tenían un nivel de vida muy alto. Casas de lujo, coches caros, vacaciones en resorts. La mayoría tenía antecedentes precisamente por maltrato animal. El jefe de la banda ha entrado en prisión preventiva, la primera vez que se aplica esta medida provisional en un detenido por maltrato animal.

Todos los cachorros rescatados se encuentran ahora bajo la tutela de los ayuntamientos de los municipios donde se rescataron. El principal objetivo es encontrar a una nueva familia para todos ellos. Los cuatro cuerpos policiales destacaron en rueda la prensa la importancia de la colaboración policial por haber logrado desmantelar la banda. También han agradecido la ayuda de decenas de entidades, asociaciones y protectoras que ahora cuidan a los cachorros.

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