Sucesos

Un agricultor de Montmajor acumulaba 500 toneladas de material para hacer explosivos

Es una cantidad de precursores similar a la que había en la casa de Alcanar, pero la Guardia Civil no vincula este caso con el terrorismo

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BarcelonaA simple vista, comentan investigadores de la Guardia Civil, esa casa parecía una masía como otras muchas en Catalunya. Solitaria, alejada del núcleo de Montmajor (Berguedà) y rodeada de campos. Un tractor, un taller con herramientas. Ahí vivía un matrimonio de avanzada edad con su hijo, un hombre de 41 años. Él es uno más de la familia de agricultores. La realidad, sin embargo, era otra: en el taller de las herramientas la Guardia Civil ha encontrado media tonelada de material para fabricar explosivos. Había todo tipo de precursores y sustancias químicas para fabricar artefactos que compraba por internet. El cuerpo policial español lo define como uno de los decomisos de explosivos más importantes que se han hecho en España.

Según fuentes consultadas por el ARA, a pesar de que todavía falta analizar mucha información de los aparatos informáticos del hombre detenido, todo apunta a que en la fabricación de explosivos no había una motivación ni política ni terrorista. Según las evidencias recogidas hasta ahora, tampoco parece que lo hiciera para explosionar cajeros o vehículos blindados y poder robar. Fuentes policiales explican que ven más en él una persona a la que le gustaba "experimentar". De hecho, en el taller había restos de explosiones y el acusado ha aceptado que tuvo algún accidente.

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Los investigadores lo definen como una persona "introvertida" y con problemas de adicción a las drogas. El taller lo tenía en una nave un poco apartada de la masía, donde también vivían sus padres. "Era un laboratorio", apuntan. Había matraces y probetas de diferentes capacidades, un manto de calentamiento eléctrico, agitadores magnéticos, bombas de vacío, controladores de flujo y alambiques para la destilación. El producto final era pólvora o la Madre de Satanás (triperóxido de triacetona), un detonante muy peligroso y volátil que, según fuentes de la Guardia Civil, se suele utilizar con finalidades terroristas o para robar cajeros automáticos. Había 2,2 kilos de mezcla explosiva ya acabada.

La investigación policial empezó hace un año, cuando la Guardia Civil tuvo constancia a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de una transacción sospechosa de precursores de explosivos a través de una plataforma de comercio en línea. Los agentes consiguieron identificar a un hombre de 41 años residente en una masía aislada del Berguedà. Después de conseguir una autorización judicial, registraron el domicilio del investigado. Fuentes cercanas a la investigación admiten que no se esperaban encontrar tantos materiales para fabricar explosivos: 500 kilos, una cantidad que según apuntan fuentes de la Guardia Civil es parecida a la que tenían los terroristas del 17-A en la casa de Alcanar que saltó por los aires. Los productos químicos también eran parecidos.

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Finalmente, agentes de la unidad Tedax de la Guardia Civil ya han destruido de forma controlada todo el material después de analizarlo. La investigación, sin embargo, continúa, sobre todo para aclarar cuál era la motivación del detenido.