Sucesos

El dispositivo policial contra los ultras del PSG, desde dentro: encapuchados, bengalas y "Puta Barça"

El ARA acompaña a los Mossos en el encapsulamiento de 3.000 aficionados parisinos

02/10/2025
4 min

BarcelonaNo sabe hablar catalán, pero sabe decir "Puta Barça". Se llama Nolan y ha estado 15 horas en un bus para poder llegar hasta Barcelona, ​​una ciudad que le encanta por el "sol y la playa", pero odia al club que lleva su nombre: el Barça. ¿Por qué? Sobre todo menciona la remontada del 6-1, y comenta también que no le gusta por Messi y Neymar, aunque fue su equipo, el PSG, el que les acabó fichando. Lleva una camiseta blanca, con el logotipo del club y la copa de la Liga de Campeones lograda el pasado año. Él es uno más de una muchedumbre de aficionados, unos 3.000, que han invadido este miércoles por la tarde el centro de Barcelona. Son una marea blanca de franceses, algunos de ellos encapuchados y tatuados por doquier. ¿Por qué blanco si sus colores también son el azul y el rojo? "Para molestar, sabemos que el Madrid te da rabia", responde Nolan.

El ARA ha podido acompañar al dispositivo de los Mossos d'Esquadra que ha controlado la afición del PSG y le ha conducido hasta el Estadio Olímpico Lluís Companys, donde a las 21 horas ha comenzado el partido contra el Barça. Andreu González Escalera, inspector jefe del dispositivo, explica que desde hace días están en comunicación directa con el PSG y la policía francesa. Saben que, de los 3.000 aficionados que han venido, un millar podrían calificarse de radicales. El club les ha pedido que a las 18 horas todos estén en la plaza Espanya, y cumplen: la Brimo de los Mossos los encapsula y les lleva, poco a poco, hacia la montaña mágica. Los aficionados gritan, todo el rato, "Puta Barça". En ese momento, un hombre atraviesa la muchedumbre de aficionados corriendo con la camiseta del Madrid: va a hacer deporte. Nadie le dice nada.

Aficionados del PSG esta tarde en Barcelona

Hasta la convocatoria en la plaza Espanya, el inspector explica que el día ha sido suficientemente tranquilo. Los parisinos, acostumbrados a las terrazas, han ocupado las de la Rambla y la plaza Reial. Los Mossos detectaron algunos ultras que buscaban pelea, pero los dispersaron. Los van siguiendo, y han visto cómo daban vueltas por la ciudad intentando encontrar aficionados del Barça. El trabajo de inteligencia, comenta el inspector, es igual de importante que el del orden público el día del partido: los especialistas de Información de los Mossos analizan las redes para detectar si dos grupos radicales de equipos contrarios se han citado para pegarse, una dinámica habitual. "Es un dispositivo de máximos, parecido al de los partidos ante Madrid o Espanyol", comenta el inspector mientras no le para de sonar el teléfono. Se encarga de los dispositivos de todos los partidos del Barça. Debe controlar el orden público, pero también el cielo (sobrequieren drones y un helicóptero) y el subsuelo.

Sin altercados

El objetivo de máximos es que los aficionados del PSG no se encuentren con los del Barça. Aunque sea desde la distancia, cuando esto ocurre se acelera rápidamente un intercambio verbal de "Puta PSG" y "Puta Barça". Tanto es así que por momentos el camino hacia Montjuïc es como si el trayecto fuera hacia el Parque de los Príncipes, el estadio de los parisinos. El dispositivo de seguridad incluye una amplia delegación de vigilantes del club, que piden a cualquier aficionado del Barça que se marche, o que al menos se tape la camiseta azulgrana con un jersey. Dos policías franceses acompañan a los Mossos y les ayudan a identificar radicales. También se conocen más con los trabajadores del club y los aficionados, lo que facilita un diálogo constante, como si ambos bandos empatizaran perfectamente con la posición del otro. Nolan admite que no se esperaba tanta policía. Hay Brimo por todas partes. La policía comenta que, aunque los aficionados quisieran, la fuerza policial es tanta que costaría que se crearan altercados. Tienen los aficionados tan contabilizados que, antes de arrancar, los policías comentan entre ellos que faltan 30 y deben esperar. Los hooligans no quieren hablar, aunque no se apartan de las fotografías, sólo algunos se ponen la capucha.

Sin embargo, la caminata hasta Montjuïc transcurre de forma pacífica. La afición del PSG se conoce con los vigilantes del club desde hace tiempo y se saludan cariñosamente. Entre ellos, tienen un saludo especial: apretón de manos y dos palmaditas con la cabeza, como si fueran dos besos. Cánticos, bengalas, petardos, pero ningún altercado. Reiteran el "Puta Barça" cuando pasan por delante del Poble Espanyol, pensándose que ya llegan al estadio, y piden a un chico y una chica, que tienen una cita en un banco con vistas a Barcelona, ​​que se den un beso. Ellos se niegan, todavía es demasiado temprano. Los cánticos van acompañados de ollas –cuando en un concierto de Ska los fans se separan y chocan entre ellos expresamente mientras bailan– que provocan que un aficionado se tuerza el tobillo y tenga que entrar en el estadio en brazos de otros dos fans.

Aficionados del PSG en Barcelona

La entrada en el estadio es uno de los momentos más críticos. Los aficionados del Barça esperan acumulados frente a otras puertas cerradas que les dejen entrar, pero primero deben acceder a su puerta los del PSG. Se intercalan los insultos y silbidos con algún lanzamiento incluido. Mientras, la acción se encuentra al otro lado del estadio: cuando ha pasado el autocar de los jugadores del PSG, los aficionados del Barça han lanzado cristales contra el vehículo, lo que ha provocado que los Mossos cargaran contra ellos.

Balance del operativo

Según fuentes policiales, el dispositivo del partido se encerró con cinco personas detenidas. Tres fueron arrestadas por órdenes judiciales pendientes y tres, uno de ellos menor, por atentado a agente de la autoridad. Se levantaron hasta 28 actas por posesión de sustancias estupefacientes y se intervinieron 23 bengalas, una pancarta de grandes dimensiones de los Boixos Nois y una bandera del mismo grupo radical. Debido a los lanzamientos durante la llegada del autocar del PSC, ocho agentes de la Brimo resultaron heridos.

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