De ladronzuelos de casas en Manlleu a ciberestafadores con más de un millar de víctimas en todo el Estado
La policía detiene a 23 personas que acumularon un fraude de más de un millón de euros
BarcelonaCaso Darwin. Los Mossos d'Esquadra eligieron ese nombre como una metáfora de la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin: si todas las especies evolucionan, también lo hacen los delincuentes. Este caso lo protagonizan un conjunto de ladrones multirreincidentes de Osona que vivían por robar. Casas, coches, establecimientos... El listado de antecedentes es largo. Hace poco empezaron su evolución particular y abandonaron la vida de ladronzuelos para pasarse a las ciberestafas. Menos exposición y más ganancia. En un año, este grupo ha estafado al menos a 1.200 personas en todo el Estado y han conseguido un botín que supera el millón de euros. Los Mossos d'Esquadra han hecho público este lunes que, en un operativo conjunto con la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Ertzaintza, han detenido a 23 personas, la mayoría en Manlleu.
"El riesgo de la estafa es mucho menor. Tienen menos riesgo y mayor rendimiento", comenta el jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) territorial de los Mossos d'Esquadra en la región central, que ha liderado la investigación. Este es un efecto del que llevan meses alertando a varias fuentes policiales: hay multirreincidentes que se están pasando en las estafas. Los ladrones de Osona que últimamente han pillado son un ejemplo paradigmático. Son jóvenes –la mayoría tienen menos de 30 años–, tienen muchos antecedentes y aprovecharon una de las últimas tendencias del mundo de la ciberdelincuencia, el crime as a service. Es decir, acceder a un mercado negro en internet de programas y herramientas para hacer cibercrimen, tanto desde la dark web como desde apliques más populares como Telegram.
Estos rateros compraban los datos de las personas a las que querían estafar e incluso contrataban los servicios de un call center que les hacía la mayor parte del trabajo. Hacían masivamente mensajes tipossmishing(SMS),phishing(correo electrónico) o llamadas con el método del vishing(llamada de voz). Los contenidos a veces eran la estafa del hijo o el familiar con problemas que pide dinero urgentemente, pero sobre todo trabajaban el fraude de la cuenta bancaria: ha habido un acceso ilegítimo a tu cuenta bancaria y debes clicar un enlace para solucionarlo lo. "Sabían los clientes de cada banco comprando los datos en canales de Telegram, por ejemplo. Todo viene de fugas de información", apunta el investigador de los Mossos. Los ahora detenidos se encargaban de la parte final, cuando tocaba ir al cajero y sacar el dinero. Y esa también fue la acción que les acabó delatando.
El enlace que hacía de cebo conduce a la víctima a una web casi calcada a la del banco, pero que es falsa. En ese momento, la víctima recibe una llamada. Es un supuesto trabajador del banco que le pide unos datos para resolver su incidencia. Pero la llamada viene de un call center contratado por los estafadores. Este operador pasa a cambio de una comisión los datos en los estafadores, que ya se están esperando en un cajero. Con estos datos, logran sacar 200 euros. En tan sólo una tarde llegaron a sacar 10.000 euros. Primero iban a cajeros de Osona, pero con el tiempo se movieron por Barcelona y Girona para no levantar sospechas. Incluso se movilizaron hasta el País Vasco para realizar estas operaciones.
Los investigadores de los Mossos admiten que seguir el hilo de un timo es complicado. Muchas llevan a direcciones IP de paraísos fiscales, que son un callejón sin salida. En este caso, sin embargo, el hecho de que se expusieran a sacar el dinero les permitió identificar por cámaras de seguridad. A menudo bloqueaban un cajero mucho rato, lo que hizo sospechar alguna entidad. Sus identidades condujeron a la policía hasta Manlleu y en dos operativos (uno en marzo y uno el 26 de noviembre) los consiguieron detener.
En las distintas entradas se intervinieron dispositivos de almacenamiento de criptomonedas, memorias externas, 50.660 euros en efectivo, tarjetas telefónicas de pago, tarjetas de crédito de terceras personas, armas simuladas, detonadores y una plantación de 400 plantas de marihuana. Todos los arrestados entraron en prisión preventiva.
El caso Darwin, sin embargo, todavía no está cerrado del todo. El balance es de 1.200 víctimas, pero en el caso de las estafas la cifra negra es a menudo incalculable. Además, aún queda por localizar el call center que tenían contratado para realizar las llamadas.