Un tercio de los médicos catalanes están quemados con el trabajo y un 70% están agotados emocionalmente
El estrés crónico afecta sobre todo a los profesionales de la atención primaria
BarcelonaEl 33% de los médicos catalanes están quemados con el trabajo: viven agotados físicamente y emocionalmente a todas horas, están desmotivados y han perdido el interés por la profesión y se sienten muy limitados, como si ya no pudieran prosperar más laboralmente. Y esta condición afecta sobre todo a las mujeres, en concreto a las facultativas que tienen entre 31 y 50 años y que trabajan en centros de atención primaria (CAP), que son más propensas a sufrir el síndrome del trabajador quemado (o burnout, en inglés) por saturación de las consultas y la sobrecarga de las agendas médicas. Según un informe del sindicato mayoritario de facultativos, Metges de Catalunya, hecho entre 2.716 médicos, el 70% están cansados emocionalmente, el 61,5% sufren un sentimiento de despersonalización o aislamiento ante las tareas que tienen que hacer y el 44% no se sienten realizados o capacitados para asumir el volumen de trabajo que se les acumula.
El sindicato asegura que estos datos constatan y visibilizan la necesidad de incrementar la dotación de médicos en Catalunya. Con la actual, dicen, no es posible atender adecuadamente la demanda asistencial de la población sin comprometer la salud de los profesionales. Por eso, la organización insta a los facultativos a poner límites a su sobreesfuerzo “no haciendo más de aquello que les es legalmente exigible” para proteger su salud física y mental. Por ejemplo, estableciendo límites a los excesos de jornada, no haciendo más horas de guardia una vez superadas las que son obligatorias, o controlando el número máximo de visitas diarias en las agendas asistenciales.
Según Metges de Catalunya, la sobrecarga laboral que tienen que soportar los médicos “es inabarcable y sostenida en el tiempo”, y, a pesar de que la pandemia ha agravado las condiciones, la raíz del problema es la infrafinanciación crónica que arrastra el sistema sanitario desde hace una década. “Los profesionales se sienten abocados a prolongar su jornada de trabajo de manera sistemática, cosa que hace muy difícil el descanso y la desconexión y pone trabas a la conciliación”, denuncia el sindicato. Además, lamentan, las “nefastas condiciones laborales y retributivas” se encadenan y tampoco ayudan a paliar el déficit estructural de facultativos.
- Sobrecarga laboralDemanda insostenible durante mucho tiempo
- JornadasHoras extra y asunción de tareas de manera sistemática
- AutonomíaFalta de control sobre la propia agenda asistencial
- RetribuciónDemasiado trabajo por un sueldo bajo o poco satisfactorio
- ConsideraciónSentimiento de desprotección por parte de las administraciones y empresas
- Vida socialDificultad elevada para conciliar la vida personal y laboral
- EstancamientoEscasas oportunidades formativas, de investigación e investigación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el burnout como el resultado de un “estrés crónico en el trabajo que la persona no sabe gestionar adecuadamente”, y lo incluyó en 2019 en su clasificación internacional de enfermedades, si bien la incorporación no será oficial hasta el 1 de enero de 2022.