La víctima de una violación en grupo en 2018: “Todavía no salgo sola por el trauma”
La Fiscalía pide entre 43 y 46 años de prisión para los tres hombres acusados de agredirla
BarcelonaTestimonios de vidas rotas por una agresión sexual que se repiten. Hace dos semanas la Audiencia de Barcelona escuchaba el relato de una menor violada por turnos en Manresa en 2019, que describía su vida desde entonces como una “puta mierda”. Dos días después se producía la brutal violación en Igualada de una menor, que sigue hospitalizada por las lesiones sufridas. Esta mañana ha sido otra joven violada en grupo en 2018 la que ha explicado en un juicio que su vida “ha cambiado completamente” desde que la agredieron a la salida de una discoteca a las afueras de Molins de Rei y Sant Boi de Llobregat en 2018. “A raíz del trauma no sé cómo gestionarlo todo, todavía no salgo sola, tengo que ir acompañada y no hablo con desconocidos”, ha dicho la chica.
Como consecuencia de los hechos la chica ha asegurado que ha tenido que ingresar en un centro psiquiátrico dos veces y una en un centro de rehabilitación para drogodependientes, porque a raíz de la agresión sufrida empezó a tomar más drogas para "evadirse" de lo que le había pasado.
Según ha explicado, esa noche, después de salir de la discoteca, se quedó sola en un punto más apartado. Un coche con cinco hombres paró delante suyo y uno de los ocupantes bajó la ventanilla: “¿Estás sola? ¿Dónde vas?”, dice que le preguntaron. Inmediatamente, ha dicho, dos de ellos bajaron del coche y la abordaron. “Me cogieron por el pelo, me arrastraron y me pusieron en el maletero. Empecé a dar golpes y a gritar”. La chica ha explicado que la llevaron a un descampado y tres de los hombres la violaron por turnos dentro del vehículo, mientras el resto la sujetaban por los brazos y por la cabeza.
La Fiscalía, que pide entre 43 y 46 años de prisión para los acusados, asegura que alguno de ellos llegó a hacerle fotografías con el móvil que después pasaron a algunos de sus contactos. A pesar de que las borraron de los terminales, los Mossos han podido recuperarlas. En las imágenes se ve a uno de los acusados con la mano en el cuello de la chica y a otro sentado con ella. También hay fotografías de la chica desnuda y audios donde los jóvenes presumen de las prácticas sexuales.
Relaciones consentidas
Las defensas de los acusados mantienen que la chica subió voluntariamente al coche y que mantuvo relaciones sexuales consentidas con los procesados, que declararán el 15 de noviembre. Los Mossos no tienen ninguna duda de que la chica fue víctima de agresiones sexuales, a pesar de que no han podido “acreditar” que la hicieran subir al coche por la fuerza, como ha explicado uno de los instructores del caso durante el juicio.
Los abogados de los acusados han puesto en entredicho el relato de la joven porque había bebido y tomado drogas, y también han cuestionado la investigación policial. A raíz de sus preguntas y de las del juez que preside el tribunal, la chica ha admitido que algunas preguntas de los investigadores la llegaron a hacer “dudar” y le crearon “confusión” a la hora de identificar el vehículo en el que se produjo el ataque. Aún así, se ha reafirmado en el relato. Ha admitido que sus recuerdos de esa noche son en forma de "flashes" debido al alcohol y las drogas ingeridas y también por el "estado de shock" en el que quedó, pero ha asegurado que tiene claro que tres de los hombres la forzaron mientras ella se resistía.
Por parte de los Mossos, el jefe de la investigación ha asegurado que en ningún momento se presionó a la víctima para que declarara en un sentido o en otro. “Para el cuerpo de Mossos d'Esquadra las víctimas de agresiones sexuales son prioritarias y el trato que se les tiene que dar es exquisito”, ha asegurado.