Cuatro detenidos por explotar sexualmente a una veintena de mujeres en Badalona
Las víctimas malvivían encerradas en pisos tras ser engañadas con una falsa oferta de trabajo
BarcelonaEra la una del mediodía cuando sonó el teléfono en la comisaría de la Policía Nacional de Sant Adrià de Besòs. Al otro lado de la llamada había una mujer muy alterada. Dijo estar encerrada en un piso de Badalona con una amiga. Nerviosa, describió cómo las vigilaba un hombre, que iba armado con una pistola, y que, además, en ese momento estaba agrediendo sexualmente a su amiga. La mujer colgó e inmediatamente agentes de la Policía Nacional y la Guardia Urbana de Badalona se dirigieron al piso. Era el 14 de agosto, y esta llamada marcó el inicio de una investigación policial que ha permitido liberar a 18 mujeres y detener a cuatro personas que les obligaban a prostituirse.
Al llegar al piso desde donde había venido la llamada la policía no se encontró sólo a dos mujeres, sino que había muchas más. La gran mayoría estaban en situación irregular en el país. La mujer que había llamado y su amiga fueron trasladadas al hospital para pasar un reconocimiento médico. Sus declaraciones posteriores fueron fundamentales para que la investigación saliera adelante: ellas vivían en otros puntos de España y un día recibieron una oferta para trabajar en Barcelona, en un bar, con un sueldo aceptable. La aceptaron. Quien les hizo esta oferta era una mujer, que también las recibió cuando llegaron a la Ciudad Condal. Pero en lugar de llevarlas a un bar las condujo a un piso de Badalona, donde terminaron cerradas y obligadas a ejercer la prostitución. Dormían hacinadas en habitaciones pequeñas, con literas de hasta tres pisos.
Permanentemente vigilado
El piso estaba vigilado las 24 horas del día por tres varones. Iban armados, y si alguna mujer se negaba a mantener relaciones sexuales con ellos, exhibían las armas para amenazarlas y obligarlas a hacerlo. Además, la banda criminal que estaba detrás de estos pisos se quedaba con un tercio de los ingresos de las víctimas. Las dos mujeres que llamaron a la policía el pasado 14 de agosto fueron las primeras de dieciséis mujeres más liberadas. Faltaba, sin embargo, pillar a los responsables.
Las vigilancias de la Policía Nacional funcionaron e identificaron a la mujer que hacía falsas ofertas de trabajo. A dos vigilantes del piso les reconocieron fotográficamente las víctimas. Mientras les seguían, descubrieron un segundo piso donde también se ejercía la prostitución y que era de los propios propietarios. Todo se cerró el 16 de septiembre, cuando la policía detuvo a cuatro personas y entró en los dos pisos que regentaban.
A los detenidos se les imputan delitos de tráfico de seres humanos con finalidad de explotación sexual, prostitución coactiva, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, delito contra la salud pública, detención ilegal y agresión sexual. En los pisos se intervinieron más de 42.000 euros en efectivo, dos cajas fuertes, un hacha, dos bates de béisbol, cerca de 35 gramos de drogas, documentación y varios dispositivos electrónicos.