Una trabajadora denuncia acoso, exhibicionismo y machismo en el parque de bomberos de Sant Celoni

Barcelona"Al llegar a casa, mi familia me esperaba emocionada para saber cómo había ido el primer día al parque de bomberos. Me hubiera gustado poder contar otra cosa, pero lo ocurrido me hizo perder totalmente la ilusión que tenía". Cristina (nombre ficticio) necesitaba dejar por escrito todo lo que había vivido. El suyo es un diario de acosos y vejaciones que empezaron el día que entró a trabajar en el parque de bomberos de Sant Celoni (Vallès Oriental), el 26 de mayo del 2020. Casi cuatro años después, continúa de baja y la conselleria de Interior ha abierto un expediente a seis bomberos –dos de ellos cabos– por los hechos que relata. La justicia también investiga a cuatro bomberos por un delito de acoso laboral.

Cristina recuerda que trabajar en el parque era un "sueño" después de un largo camino de obstáculos, tras superar una enfermedad que le había comportado la incapacidad y la imposibilidad de trabajar de su profesión, moza de escuadra . El parque de Sant Celoni fue la segunda opción que escogió y finalmente entró como técnica básica de soporte. Pero el primer día ya le anticipó que ese trabajo sería una pesadilla. Así lo relata ella a El camino hacia las brasas, el título de un libro que recoge sus vivencias. "Era el mediodía y [un bombero] empezó a explicar que cuando era joven había visto cómo mi novio me metía mano por todas partes. El bombero no dejaba de hacer gestos e incluso se estiró en el sofá que hay en el control de mando e hizo como si estuviera haciendo el amor. Todo el mundo lo veía y le escuchaba. Evidentemente, todo era falso", escribe Cristina. Su jefe, cuando lo vio, le dijo que podía plegar antes, añade.

"Que cocine ella"

Éste fue un primer gesto, pero con los días se añadieron, asegura la víctima, comentarios de otros bomberos. Insultos como "fea o vieja" y comentarios machistas como "Ya tenemos a Cristina, que cocine ella; que vaya ella al súper; que cuse ella si la ropa está rota". También recuerda cómo le hacían limpiar los camiones aunque no era su trabajo.

"Todas las personas cuando oyen hablar de los bomberos ven a los héroes, pero yo empezaba a ver las penumbras", deja escrito Cristina. Era el último día de trabajo antes de las vacaciones de Navidad del 2020. "Por fin llegó la hora de marcharse. Recuerdo que hacía frío y de repente sale un cabo de bomberos del todo desnudo diciendo que tiene calor. Con una toallita pequeña se iba tapando sus partes íntimas y todo el rato lo levantaba, para que pudiera verse a su miembro". Todo esto lo hacía, según ella, mientras la seguía por el parque de bomberos. Así queda recogido en su libro, pero también en el expediente que incoó a la dirección de los Bomberos contra seis miembros del cuerpo, dos de ellos cabos, después de que Cristina y un bombero del mismo parque revelaran el acoso que ella había sufrido durante casi tres años.

Este expediente, al que ha tenido acceso el ARA, data del 16 de febrero de 2023 y queda suspendido ante la "posible relevancia penal de los hechos". Está todo a la espera de que se resuelva en un juzgado de lo penal, donde ahora mismo hay cuatro bomberos investigados. Cristina y el bombero que apoya a su versión ya han ratificado su relato ante los Mossos d'Esquadra, tal y como ha podido comprobar este diario.

"Los lavabos no tienen sexo"

Su relato no termina ahí. Cristina explica cómo en febrero del 2022 empezó desde cero un huerto en el parque y plantó calçots. "Yo en ese momento seguía con mi venda en los ojos. Literalmente estaba ciega", narra. Alguien le boicoteó aquel huerto. Ella también pintó algunas partes del parque y recibió comentarios diciendo que caería de la escalera por su peso. Ella dice que sólo pensaba en trabajar e integrarse. Llevaba tortillas para todos, puso cortinas nuevas, compró cepillos para limpiar los camiones… De hecho, en la última valoración que le hizo un superior jerárquico la puntuaron con una nota de 20 sobre 20, el máximo.

Cristina recuerda que unos meses antes un bombero había dicho que le habían robado 100 euros y la acusó a ella, pero la denuncia no acabó prosperando. También rememora cuando en enero del 2021 se fue a cambiar y coincidió con un bombero que salía del lavabo de mujeres. Cristina declara que él había hecho deposiciones y no había tirado la cadena. Ella se lo reprochó, sobre todo porque era tiempo de pandemia y ella era una paciente de riesgo. La respuesta de él, según afirma Cristina, fue: "Los lavabos no tienen sexo. Si vuelvo a tener ganas, lo haré de nuevo". Después Cristina comprobó que los lavabos de hombres no estaban ocupados.

"Le decía a mi marido antes de quedarme dormida que no pusiera las noticias. No quería escuchar nada de desgracias, y menos de víctimas de violencia machista", recuerda en su diario. Cristina pintó cuadros de actuaciones de los bomberos y los colgó por el parque. La respuesta de algunos de sus compañeros fue, asegura, decirle que eran "feos y no sabía pintar". También recuerda cómo un bombero un día le dijo que el vestuario de mujeres debería ser "la casita de las ratas", una estructura precaria frecuentada por estos animales en el exterior del parque.

En el parque Cristina se encontró aislada. Recuerda cómo la apartaron de las formaciones que realizan los bomberos, y que un cabo que ejercía funciones de cabeza cuando no estaba el titular (y que está investigado) le otorgó tareas logísticas y de transporte para que cada vez estuviera más lejos del parque . Del jefe de parque titular, que no está investigado, habla así: "Era conocedor de todo y era a mí a quien me había impuesto no ir a los relevos ni a las formaciones. Hablando claro, a quien había castigado, sabiendo toda la verdad, había estado a mí".

Dos bajas

En la primavera del 2022 Cristina cogió la baja. El día en que los bomberos supieron que los investigaban enviaron una foto al grupo de todo el parque haciendo una paella juntos. El bombero que ha ratificado ante la dirección del cuerpo y también ante los Mossos todo lo que ha sufrido Cristina también declaró que el 18 de septiembre del 2022, cuando ella estaba de baja, la cabeza de turno, un cabo, "va promover y realizó la apertura forzada del taquilla de Cristina". "Al día siguiente por la mañana hacían mofa de un objeto que encontraron en el interior del taquilla", añade en su declaración. Cristina fue al parque cuatro días después y se encontró el taquilla forzado.

"El bombero compareciente constata haber presenciado en el parque acciones orientadas al aislamiento de la señora Cristina, el menosprecio de las tareas que desarrolla, comentarios despectivos por su condición de mujer y moza e insultos relativos a su condición física" , concluye el expediente abierto por la dirección de los Bomberos. Este bombero también está de baja "por malestar psicológico por el rechazo entre compañeros", tal y como explica él mismo. Cuando se supo que declaró a favor de Cristina, asegura que no le decían ni buenos días y que le daban la cara. Hasta el punto, afirma, que cuando inició la baja su turno creó un grupo de WhatsApp paralelo sin él. Pidió que se lo pusieran, pero la cabeza respondió que no.

Rabia y humillación

"En mí se había apoderado una rabia interna indescriptible. Me sentía humillada, me sentía decepcionada y no entendía cómo todo podía haber derivado en ese infierno que nunca me había imaginado", escribe Cristina en su diario. Por último, el bombero testigo del acoso envió un correo a la dirección de los Bomberos relatando lo que le ocurría a Cristina. Así se activó todo. En este caso, cuando la dirección del cuerpo de emergencias tuvo conocimiento, activó el protocolo de Función Pública –los Bomberos no tienen uno propio– para casos de acoso.

Fuentes del departamento apuntan a que actuaron desde el primer momento que tuvieron conocimiento. Cristina también recibió una carta del director de los Bomberos, Joan Delort, apoyándole e informándola de que iniciaban una instrucción para profundizar en estos hechos. Antes de abrir un expediente y enviarlo a los Mossos, se inició una mediación que constató que la situación no se limitaba a un "conflicto interpersonal": había posibles delitos que debían investigarse.

Saliendo de la mediación, de hecho, un cabo envió un audio a un grupo de un turno del parque de Sant Celoni diciendo que "mantuvieran distancias con Cristina". El bombero que testificó a favor de la víctima apunta a que se informaba a las personas que iban entrando en el parque que Cristina no era de fiar. Las diligencias que los Mossos enviaron a los juzgados concluyen que "los hechos citados podrían ser constitutivos de unos delitos contra la integridad moral". Las diligencias previas de los juzgados de Granollers se abrieron por la presunta comisión de un delito de acoso laboral y todavía se encuentran en la fase de declaraciones.

"Este no es sólo un libro basado en hechos reales, también es un llamamiento a la sociedad. Para que contribuya con esta biografía a no permitirse ningún tipo de violencia, acoso, intolerancia ya sea por motivos de sexo, raza, ideología y aspecto físico", concluye el diario de Cristina, aún de baja laboral.