Pilar Bernabé: "Cada noche pienso qué más podría haber hecho el día de la dana"
Delegada del gobierno español en la Comunidad Valenciana
ValenciaLa delegada del gobierno español en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, se ha convertido en el último año en la líder de facto de la oposición al presidente valenciano, Carlos Mazón. Conversamos con ella a las puertas del cumpleaños de la catástrofe de la dana.
¿Cómo será el funeral de estado de la próxima semana?
— Será un acto del presidente del gobierno [español] de compromiso firme con las víctimas y también de valentía en una situación compleja en esta comunidad donde vivimos una anomalía democrática como es la de tener a Carlos Mazón de presidente de la Generalitat Valenciana.
Las asociaciones mayoritarias de víctimas pidieron que Carlos Mazón no acuda.
— El protocolo es una parte más del funeral de estado, que es un acto reglado. Yo les he contado [a las víctimas] cómo funciona y lo entienden.
Carlos Mazón ha pedido reiteradamente entrevistarse con Pedro Sánchez. ¿El presidente español debería acceder?
— Las manifestaciones de Carlos Mazón siempre son malintencionadas y tampoco creo que sea necesario darle más espacio a una persona que para mí está invalidada. Nosotros trabajamos con las distintas consejerías. Las puestas en escena, los artificios y las grandes frases impostadas están fuera del trabajo político, que es lo preciso y necesario.
¿Debería Pedro Sánchez visitar las zonas afectadas por la dana periódicamente?
— El presidente del gobierno dos días después estaba ahí y después regresó [ha hecho cuatro visitas al País Valenciano, pero sólo una a los municipios afectados]. En dos de ellas estuvo con el presidente de la Generalitat. Hubo un momento en el que desistió Mazón y no quiso hacer las declaraciones junto al presidente Sánchez tras los hechos que ocurrieron en Paiporta –el 3 de noviembre– porque no quería condenar públicamente a la violencia.
¿Este es el momento de la rotura?
— [Mazón] a partir de ese momento decidió que su causa era defenderse judicialmente y hacer casus belli contra el gobierno de España.
¿Una presencia constante de Sánchez no habría trasladado un mensaje de mayor preocupación?
— El presidente del gobierno ha estado permanentemente pendiente de todo lo que estaba pasando. Presidió más de cuarenta gabinetes de crisis durante dos meses y después ha puesto a trabajar a todos los ministros y ha movilizado 16.600 millones de euros.
El pasado 29 de octubre falló la Generalitat, ¿los días posteriores falló el Estado?
— El día 30 antes de que saliera el sol había cinco batallones [1.300 militares] de la Unidad Militar de Emergencias. Yo pedí que enviaran a los soldados a todos los municipios y que no los concentraran en Paiporta y Picanya, pero así lo decidió la dirección de la emergencia. En el resto de municipios no estaba el ejército, pero había una gran cantidad de efectivos –según el gobierno español, en total se desplegaron 30.000 soldados y 10.000 policías nacionales y guardias civiles–. Soy plenamente consciente de que en las primeras cuarenta y ocho horas mucha gente sufrió una sensación de desamparo.
¿No debería haber asumido la competencia el Estado, viendo que la Generalitat estaba sobrepasada?
— Si tú impones una situación en un territorio donde la principal administración la tienes en contra, es imposible tratar una emergencia.
¿En el Cecopio deberían haber sido más proactivos?
— Pedimos que se enviara el aviso a toda la provincia porque pensaban enviarla solos al embalse de Forata. Lo que debía hacer la Confederación era preocuparse de su competencia, que era la presa. La Confederación hizo su trabajo a las doce del mediodía –cuando alertó del aumento del caudal del barranco de Poio y emergencias decretó la alerta hidrológica–. Dijo: "Aquí hay un problema y ustedes deben estar al acecho permanentemente."
¿Qué haría diferente ahora?
— Todas las noches yo me acueste y pienso qué podría haber hecho más ese día. Habría alertado a todos los medios de que no se estaban haciendo las cosas de una forma ágil y rápida. El gran problema es que a las cinco era tan tarde que ya era un caos. El drama es que desde el día 24 –cuando se activó el Plan Especial de Inundaciones– hasta las cinco de la tarde del 29, cuando comienza el Cecopio y cuando ya estaba muriendo la gente, no has hecho nada [en referencia a la Generalitat]. Hubo una despreocupación generalizada y no es responsabilidad única de Salomé Pradas, sino de todo el Consell.
La Generalitat critica a diario las ayudas del Estado porque "incluyen avales, subvenciones y financiación, pero no ayudas directas".
— De todo el dinero que hoy se ha puesto ya sobre la mesa, según la Intervención General del Estado, nueve de cada diez euros lo ha puesto el gobierno de España.
¿Por qué precisamente este año el Estado no ha concedido el fondo de liquidez extraordinaria?
— La Generalitat recibirá este año un 70% más de transferencias del Estado de lo que recibía cuando gobernaba el PP. Un año como éste, ha tenido un extra por la dana y una transferencia de 8.000 millones de euros –del total de 16.600 millones previstos, y que incluyen las indemnizaciones del consorcio de compensación de seguros–.
La consecuencia de este escenario es que lo más beneficiado de la crisis de la dana es la extrema derecha.
— Las primeras semanas de la dana en Valencia fue un banco de pruebas para la extrema derecha y los influencers del odio. Pero todo esto se ha ido desmontando. El ascenso de la extrema derecha es un fenómeno global. La encuesta publicada el Nou d'Octubre no es muy diferente de las encuestas que vemos a nivel nacional.
¿Qué no ha hecho bien el PSPV para que pese a la crisis de la dana las encuestas aún pongan por delante a Carlos Mazón?
— El PSPV es la primera fuerza en la provincia de Valencia, según la encuesta que cita. Estoy convencida de que el PSPV sacará unos buenísimos resultados.
Cuesta creer que el PSPV ignorara los comportamientos machistas de José Luis Ábalos.
— Esto es una afirmación que niega rotundamente.
Ábalos tiene una trayectoria política de décadas. ¿No les había llegado ninguna información?
— Permíteme que no me meta en la vida personal de nadie, pero lo clarísimo es que el PSOE, en el momento en que conoció las asquerosas grabaciones, tardó medio segundo en actuar.