Màrius Serra: “La muerte de nuestro hijo nos unió aún más como pareja”

La historia de amor del escritor

El escritor Màrius Serra "odiaba profundamente los esplais" y solo acudió una época porque sus padres se lo enviaron "para ver si lo enderezaban". Lo tiene todo un poco borroso pero sí recuerda una excursión a Cerdanyola en la que una chica todo el rato se le acercaba y le hacía cosquillas. Cinco años después, una noche que estaba preparando el escaparate de la zapatería de casa, vio pasar una "tía espectacular" y Serra no dudó en acercarse a ella y en proponerle ir a tomar algo. Él no lo recordaba, pero ella se lo contó tomando una copa en un bar hawaiano: era la chica que le había estado haciendo cosquillas. "Nos enrollamos con una frase que Mercè siempre me ha recordado, y que fue muy poco romántica: «¿Quieres enmerdar las cosas?»". A Mercè le apeteció y ahora ya llevan 40 años "enmerdados".

"Tenemos un poco de aversión a la cosa azucarada. Por eso cuando nos casamos lo hicimos en un teatro. No creo en la iglesia y mucho menos en el estado. Si teníamos que hacer una representación, al menos queríamos un buen espectáculo". Y, así, con anuncio en la cartelera y todo, Màrius y Mercè estrenaron su primera y última función en el actual Teatre Condal. La luna de miel les llevó dos meses por Egipto, Siria y Jordania. "Al día siguiente de la boda me estrenaba con el crucigrama. Había dejado sesenta preparados y continuarlos era el único motivo que nos obligaba a volver".

Cargando
No hay anuncios

Con 32 fueron padres y no por eso dejaron de vivir una vida poco convencional. "Cuando nació Carla compramos una autocaravana y vivimos allí tres meses; íbamos de camping por Catalunya y después hasta Holanda y más lejos. Cuando tocaba pediatra o ver a los abuelos, volvíamos hacia aquí", explica. Tras Carla nació Llullu, un niño con pluridiscapacidad que murió con 9 años. "Fue muy duro. Cada uno lleva el desgarro de una paternidad a su manera. Contra la adversidad, nosotros nos unimos aún más".

El escritor cita a Sisa para celebrar la alegría de estar vivo: "El presente es la única eternidad documentable". "Hay que mantener siempre una chispa de enamoramiento, y eso solo puedes hacerlo si te levantas cada mañana y la vida parece que empiece. Si crees que ya lo sabes todo, que ya lo has vivido todo, mal está".