Vanesa Lorenzo, modelo y empresaria: “Carles Puyol me convenció para tener perro”

Selena Soro
y Selena Soro

La modelo y empresaria Vanesa Lorenzo siempre había tenido miedo a los perros. Una mala experiencia con un rottweiler cuando era adolescente le hizo coger respecto a las mandíbulas de estos animales. Tener perros no entraba en sus planes, pero todo cambió cuando ella y su pareja, el ex futbolista del Barça Carles Puyol, se convirtieron en padres de dos niñas.

“Mis hijas hacía tiempo que pedían tener un perro, pero quien más insistió fue el padre. Yo tenía mis dudas: soy muy escrupulosa con la higiene. Después de un mes preguntándome por el asunto, una noche -cuando más cansada estoy- me cogieron con la guardia baja y acabé cediendo, con dos condiciones”. Las dos condiciones eran que adoptarían en lugar de comprar y que ella no se haría responsable de las rutinas del perro.

Cargando
No hay anuncios

El clan Puyol aceptó encantado, y poco después llegó a casa un cachorro de pastor alemán. “Le llamamos Simón, que es el nombre que le habría puesto a mi hijo si hubiera tenido uno”, explica Lorenzo. Entonces a la modelo le pasó algo que no se esperaba: “Fue una experiencia similar a la de la maternidad. Hasta que no tienes hijos no sabes qué es”.

Lorenzo dice que enseguida se despertó para sus adentros un sentimiento de ternura y responsabilidad que, con el tiempo, se convirtió en un amor profundo hacia Simón: “Nunca había pensado que se pudiera querer tanto y tener una relación tan íntima y especial con un animal”. Es por eso que, poco después, la familia animal de Puyol-Lorenzo volvió a crecer, esta vez con una perrita, Dana. “El nombre lo escogió Carles”, dice Lorenzo, que volvió a vivir la experiencia del amor incondicional por un perro.

Cargando
No hay anuncios

De Dana y Simón, explica Lorenzo, le gusta especialmente la capacidad que tienen para ver el presente, y también su lealtad. Si se tuviera que parecer en algo a sus compañeros peludos se quedaría “con el estado de paz de Simón” y “con el lado salvaje de Dana”. “Simón es muy equilibrado, reflexivo, inteligente y tremendamente protector. Lee las situaciones muy bien. Dana es extremadamente cariñosa, nerviosa y miedica, y muy agradecida y energética”, detalla Lorenzo. De ellos dos, asegura, ha aprendido a “abandonar los prejuicios hacia las personas que conviven con animales” y a ser “más flexible con la higiene en el hogar”.

Por todo ello, no descarta que la familia se amplíe en un futuro. Y para aquellos que tienen miedo a los perros, como le pasaba a ella, solo tiene un consejo: “Que convivan con ellos”.