El análisis de Antoni Bassas: 'Pendientes de Puigdemont'
Juntos ha topado con el PSOE, siempre perezoso a la hora de cumplir los acuerdos (con los pactos sobre la financiación con Esquerra está ocurriendo algo parecido), y con el Estado, sobre todo los jueces, empeñados en ver a Puigdemont en prisión. Quizás tardaremos tiempo en ver unas condiciones aritméticas tan favorables para la influencia de Junts y también de Esquerra en el gobierno español. O quizás es que nunca lo fueron y sólo lo parecían
Imágenes de primera hora de la mañana, tomadas por el periodista de Catalunya Ràdio Jordi Corbalán. Carles Puigdemont llega a una sala de Perpiñán donde, a esa hora que les hablo, está reunida la comisión ejecutiva de Junts. El presidente en el exilio llega entre la expectación de los medios, catalanes y españoles, porque de confirmarse lo que todo el mundo da por hecho, que es la ruptura con el PSOE, la legislatura de Pedro Sánchez se complicará aún más, y volverá a ponerse a prueba su condición de superviviente.
La ejecutiva de Junts está reunida en Perpiñán. Es el órgano que formalmente tomará una decisión que ya está tomada, porque ayer ya se reunió el hueso de la dirección del partido, y porque en Junts pesa decisivamente lo que piense Carles Puigdemont. Y la paciencia de Puigdemont, que esta semana hará ocho años que se marchó de Catalunya, ha terminado. El factor humano, pesa. La amnistía no ha llegado, las competencias en inmigración no han sido delegadas en la Generalitat, y el catalán no es oficial en la UE. Por supuesto, el comunicado hispano-germánico del pasado viernes diciendo que Madrid y Berlín han abierto conversaciones bilaterales no ha ablandado lo más mínimo la posición de Puigdemont. En resumen, todo nos lleva a la ruptura que Puigdemont ya avanzó en agosto en Prada de Conflent, cuando pronosticó que este otoño pasarían cosas que nunca han pasado.
No sabremos qué significa romper con el PSOE hasta las cinco de la tarde, hora en la que Puigdemont comparecerá en rueda de prensa. Se da por hecho que Junts no votará a Feijóo como presidente, que difícilmente apoyará una moción de censura de un candidato que hiciera de puente, durante unos meses, entre un Sánchez caído y las próximas elecciones, y que la militancia deberá ratificar lo que se decida hoy.
¿Qué significa "romper"? Todos hemos dicho y repetido que Junts hará perder a Sánchez todas las votaciones, empezando por el hecho de que no podrá aprobar los presupuestos para el próximo año. Podría ser, también, que Junts intentara poner la responsabilidad del fin de la legislatura en el propio Sánchez: dándole algún plazo para llegar a determinados acuerdos y, si no se cumple, que quede claro quién ha hecho fracasar los acuerdos de Bruselas que hace dos años llevaron a Junts a investir a Sánchez.
Una voz importante que se ha pronunciado esta mañana sobre la cuestión ha sido Salvador Illa. El presidente de la Generalitat ha sido entrevistado por Gemma Nierga, y nunca dirían qué ha pedido a Junts. Que tengan cordura:
"La alternativa a un gobierno de Pedro Sánchez es una alternativa, lo digo con todo el respeto pero con toda la claridad involucionista, de ir atrás, regresiva, ¿no? El gobierno está cumpliendo los compromisos desde mi punto de vista, todos ellos: hay una ley de amnistía aprobada y validada en catalán; inmigración el gobierno ha estado a favor de la gestión de competencias por parte de Catalunya.
Una llufa plana sobre la política española: ¿quién permitió la llegada del PP y Vox al gobierno? Illa ha sugerido hoy que podría ser Junts, en función de lo que decidiera en Perpiñán. Junts cree que el PSOE no ha hecho todo lo que estaba en sus manos para que salieran los acuerdos, y es posible que Fomento y Pimec, que han tenido en Junts una vía de influencia en las leyes de Sánchez, hayan visto que este canal ya no da más de sí, y ya no le piden a Junts que aguante la relación con Sánchez.
Juntos ha topado con el PSOE, siempre perezoso a la hora de cumplir los acuerdos (con los pactos sobre la financiación con Esquerra está ocurriendo algo parecido), y con el Estado, sobre todo los jueces, empeñados en ver a Puigdemont en prisión. Quizás tardaremos tiempo en ver unas condiciones aritméticas tan favorables para la influencia de Junts y también de Esquerra en el gobierno español. O quizás es que nunca lo fueron y sólo lo parecían.
Buenos días.