Ciclismo

Conducir un coche como quien lleva una bicicleta

El roquetense Pere Garcia es uno de los tres conductores de coche sanitario en la Vuelta

Robert Marcé
y Robert Marcé

SevillaEn la Vuelta a España hay tres coches sanitarios con dos médicos en cada vehículo. Se encargan de atender a los ciclistas que lo necesiten durante la competición, ya sea en movimiento o parados cuando hay una caída. Uno de los conductores es el tortosino Pere Garcia (Roquetes, 1976) que lleva cuatro años participando en la carrera. “Nosotros nos ponemos con el grupo de cabeza, esperamos que haya una escapada y nos ponemos detrás suyo por si hay una caída y poderles atender”, explica al ARA en esta primera semana de carrera.

Una de las peculiaridades del trabajo de Pedro es la pericia que debe tener al volante del vehículo para conducir junto a un ciclista mientras el médico le atiende en movimiento. Llevan coches descapotables porque un ciclista, si no sufre una caída muy grave, cuando se levanta, aunque se haya fracturado algo, quiere continuar y sube a la bicicleta a pedalear. “Cuando piden el coche médico hay un médico a cada lado para poder atender al ciclista en función del lado que mejor vaya. Limpiezan heridas, curan y dan medicación, si es necesario, para poder llegar a meta. Si existe fractura no podrán continuar. El coche debes conducirlo al ritmo del ciclista y después ayudarle para poder volver a engancharse al grupo”.

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En la edición de este año, los otros coches médicos sí han tenido que atender caídas, pero Pedro, de momento, en las escapadas no ha tenido mucho trabajo. "De momento no ha habido ninguna caída ni tampoco ninguna picadura de insecto, ni nada que exigiera una atención médica". Pere ya hace diez años que empezó en la Volta a Catalunya como conductor de un vehículo con un juez antidopaje y después con un comisario internacional: “Tienes que saber estar detrás de los corredores, siempre pendiente de los retrovisores porque en cualquier momento te puede aparecer un ciclista. En las subidas hay ciclistas que se quedan atrás, pero en las bajadas vuelven a entrar”.

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Kiko Garcia es el director técnico de la Vuelta a Cataluña y también de la Vuelta a España, junto al también exciclista Fernando Escartín. “Le comenté a Kiko que cuando hubiera un sitio en la Vuelta me avisara, y ya hace cuatro años que empecé”, explica Pedro bajo una de las sombras de Fuente del Maestre, en la provincia de Badajoz, donde empezó la quinta etapa de la Vuelta 2024. A estas latitudes se llega fácilmente a los 40 grados, y desde el coche incluso han facilitado quema solar a los corredores. Hay equipos que utilizan 125 kilos de hielo al día para refrigerar los cuerpos de los ciclistas.

Ídolos que ahora hacen de cabezas

En la Vuelta cada día es diferente: la etapa sale de una localidad, finaliza en otra y según la logística de la carrera se duerme en la ciudad de meta o más cerca de la salida del día siguiente. "Ayer hicimos ocho horas de conducción y casi 500 kilómetros", dice Pere. La carrera son tres semanas de competición donde todo se detiene personal, laboral y familiarmente. “Por suerte con el trabajo no tengo problema. Con mi familia es más complicado porque debo estar casi cuatro semanas fuera de casa. Pero a mí me aporta mucho”, dice Pedro, a quien siempre le ha gustado este deporte y compitió varios años. “Ahora tengo en la Vuelta a compañeros que yo he admirado cuando eran ciclistas, por ejemplo Santi Blanco, Escartín o Kiko”, añade.

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Los tres primeros años en la Vuelta, Pedro condujo el coche escoba de la competición. “Ahora veo a los corredores de la escapada y que tienen la voluntad de hacer un esfuerzo extra. Hacer la carrera normal es mucho, pero protagonizar una escapada aún más. Cuando iba con el coche escoba veía la otra cara: corredores que están enfermos o que han tenido una caída y que se descuelgan del grupo principal y luchan con todas sus fuerzas por intentar llegar al hotel, recuperarse e intentar estar algo mejor al día siguiente para no abandonar”, explica. Son las dos caras del ciclismo. "El coraje que tienen estos ciclistas es impresionante", dice admirado Pedro.

Para poder conducir un coche en una carrera ciclista, a pesar de no estar obligado por la Unión Internacional Ciclista, Pedro considera que es fundamental "haber sido ciclista y como mínimo de categoría élite". Él empezó a competir en bici con 15 años como cadete en el club de su pueblo, después en la categoría junior en Tarragona y posteriormente seis años en la categoría élite. “No pude llegar a ser profesional por falta de calidades o de suerte, no sé. Lo intenté hasta los 24 años, y al ver que no podía ser me dediqué a otras cosas”. Desde hace 13 años forma parte como técnico de la Federación Catalana de Ciclismo y ha ayudado a crear una escuela de ciclismo en Tortosa. “Mi relación con el ciclismo es lo que me da alegría. Salgo con la bicicleta, cuando estoy en casa, tres veces por semana. Todos los que estamos aquí somos unos enamorados de la bicicleta. Esto seguro”, concluye.

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