Consumo

¿Qué ha convertido al prosecco en el espumoso que triunfa en el mundo?

El éxito de este producto italiano se ha gestado rompiendo esquemas respecto al cava y el champán

Ya nos hemos plantado a las puertas de Navidad, uno de los momentos del año con mayor consumo de espumosos. Salvo el champán, el más prestigioso del mundo, en países con una fuerte tradición vinícola como España cuesta que prosperen las burbujas elaboradas en otros lugares. Pero incluso aquí ha asomado el prosecco, uno de los grandes éxitos de Italia en el campo enogastronómico. Aunque nunca te hayas tomado ni una copa, tú también puedes haber probado si has tomado algún spritz. Se trata del popular cóctel naranja que, al seguir una de sus recetas más canónicas al pie de la letra, se prepara con Aperol, prosecco y soda.

En 2024 las ventas de prosecco en el mundo subieron hasta cerca de los 780 millones de botellas, contando las tres denominaciones italianas que la amparan, y avanza imparable a pesar del bajón generalizado del consumo de vino. La principal DOC de prosecco vendió 660 millones de botellas, un 7% más que el año anterior; la segunda, la DOCG Conegliano-Valdobbiadene, estabilizó sus ventas en unos 88 millones, y la DOCG Asolo batió su récord de producción, que podría haber rondado los 32 millones de botellas. La empresa de estudios de mercados IWSR añade que la tendencia creciente se mantendrá al menos en los próximos cinco años.

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Tradicionalmente, el prosecco ha surgido de una zona montañosa con los municipios de Valdobbiadene, Asolo y el área de Cartize como referentes, en la provincia de Treviso –la zona histórica del prosecco– de la región del Véneto. Con la creación en 2009 de su gran DOC, la uva, que también se llamaba prosecco, pasó a llamarse glera para evitar que en otros lugares sacaran espumosos de uva prosecco y trataran de aprovecharse del éxito que entonces ya se gestaba del espumoso italiano. La DOC se ha extendido más allá de Treviso por la llanura, donde se produce el prosecco más industrial para el spritz, y el prosecco rosado aún ha disparado más su crecimiento. Además, ahora hay elaboradores que reivindican los orígenes del prosecco con los Col Fondo, que hacen la segunda fermentación en botella y se les deja poso (fondo).

El éxito del prosecco ha sido rotundo. Según el responsable de investigación de IWSR en Europa, Oriente Medio y África, Daniel Mettyear, el prosecco ha destacado "por su capacidad de cambiar la percepción del vino espumoso en general". Si bien durante mucho tiempo los espumosos se concebían para celebraciones, en el prosecco "su perfil de sabor sencillo –con burbuja más gruesa, afrutado ya menudo con un punto de dulce–, su accesibilidad –precio bajo– y la asociación con el spritz le han permitido, y con él al vino de espumoso, tren de consumo –brunchs, aperitivos, anochecer y las clásicas celebraciones– y atraer a nuevos consumidores".

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Ahora bien, la efervescencia de las burbujas italianas no se ha trasladado al champán, del que en el 2024 se expidieron 271 millones de botellas, un 9,2% menos, ni al cava, que vendió 218 millones, un 13,4% menos, pero no es sólo coyuntural. Según recoge Icex (la agencia estatal de comercio exterior) en un informe de este año sobre la evolución del mercado de los espumosos, de 2017 a 2024 el prosecco ha pasado de copar el 25% a representar el 44% de las exportaciones del conjunto de espumosos europeos, lo que ha repercutido en la factura que retrocedió hasta el 51%.

El diferente método de elaboración es uno de los factores del éxito del prosecco, porque es menos costoso y más rápido de hacer: el prosecco es un charmato, y la segunda fermentación que permite generar las burbujas se hace en grandes tanques, en vez de hacerse en la misma botella, como en el método tradicional del cava y el champán. El consultor enológico Pablo Ossorio (Oenoconsulting) detalla que para hacer prosecco es necesaria "una inversión inicial potente" para comprar los grandes depósitos necesarios para elaborarlo, pero que después es mucho más barato que hacer que el método tradicional. "En dos o tres meses como máximo tienen el producto en el mercado", destaca, mientras que para elaborar cava se necesita cerca de un año entre el vino y la crianza mínima de nueve meses.

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Una marca que sabe venderse

En el auge del prosecco también ha ayudado mucho el haber creado una marca con personalidad propia y con el foco puesto en el consumidor, a diferencia del cava, que se ha presentado al mundo como una alternativa más barata al champán. Según Xavier Ybargüengoitia, ex director general de States & Wines –la división de vinos del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy, conocido por el champán–, "el prosecco ha creado algo totalmente diferente: un producto fácil de beber, mucho más ligero, más afrutado y algo más dulce", cosa que se atrae a nuevos públicos. en aspectos técnicos como el método de elaboración.

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Ossorio concreta que atrae a jóvenes que comienzan por los refrescos, saltan a los espumosos fáciles de beber en los que "no hay que pensar", como los también italianos moscado de asti o lambrusco, y continúan por el prosecco. También ha tenido que ver una fuerte promoción. De ahí que, incluso en esta tierra de cava, los ganadores del Gran Premio de Moto GP de Catalunya de septiembre celebraran la victoria con prosecco. Además, una marca de cava histórica como Freixenet elabora prosecco desde 2017 –el año pasado, el prosecco del grupo Henkell Freixenet en su conjunto creció dos dígitos gracias a sus marcas Mionetto y Freixenet–. "En el 2025 el prosecco está todavía en auge y está lejos de haber alcanzado su cenit, y en algunos mercados aún no ha llegado", aseguran fuentes del grupo.

Puerta de entrada al Estado

Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido figuran entre los países que contribuyen a hacer crecer el prosecco, mientras que Catalunya lidera las importaciones en España, según datos de aduanas de Hacienda: de los 2,4 millones de litros –equivalentes a 3,2 millones de botellas– importados en 2024 a 8,4 millones de 1,2 venir a parar a Cataluña, si bien hay que tener presente que aquí está la sede de varias importadoras italianas y de Freixenet, por lo que no todo este prosecco necesariamente termina consumido aquí. El responsable de L'Emporium –el departamento de vinos de la importadora Garda Import–, Massimo Cesca, detalla que en la Península el prosecco lo tiene difícil excepto para spritz, pero en Baleares británicos y alemanes sí consumen calidad porque ya están acostumbrados.

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Pese a partir de métodos de elaboración distintos, en la escena internacional el cava y el prosecco "son competidores directos", admiten Cesca y Mettyear (IWSR), según el cual "incluso en mercados clave como Bélgica –primer importador de cava en 2024– el auge del prosecco ha reducido el consumo". Ahora bien, el prosecco no tiene todo de cara. Para Ybargüengoitia, "el punto débil a largo plazo es que no es una marca" en concreto, como sí las hay reconocidas de otros espumosos –lo ejemplifica con el cava Mestres o Recaredo de Corpinnat–, y el sumiller Ramon Roset añade que el prosecco no es el único que sabe vender. "Como en su día el champán supo hacerlo, ahora lo está haciendo el prosecco y algún día lo haremos los espumosos hechos en nuestra casa", garantiza Roset. Eso sí, sólo si son capaces de "ir unidos al menos en la promoción del método tradicional e invertir como han hecho los italianos en el prosecco".

¿El prosecco tiene menos calidad que el cava?

La rapidez con que se elabora el prosecco hace que pueda tener una burbuja menos sutil que la de un cava. El sumiller Ramon Roset recuerda que "cada método y cada evolución del espumoso proporciona un estado del carbónico que genera sensaciones diferentes", por lo que su calidad "lo debe juzgar cada uno en función de sus gustos". Para quien siente inquietud por aspectos como éste, Roset acaba de publicar Tastar sin complejos. Guía para disfrutar del vino (Vibop Edicions, 2025), un libro de pequeño formato sobre la cata de vinos dirigido a "toda persona que tiene interés por profundizar en el vino más allá de beberlo" y disfrutarlo en plenitud.