Una garnacha blanca italocatalana: la joya vibrante y salina de la Terra Alta

Hoy, una joya. No es la primera vez que vamos a la Terra Alta, ni es la primera vez que hablamos de una garnacha blanca. La Bernaví 2023 es la expresión máxima del terroir y al mismo tiempo la máxima potencia de la variedad. Una garnacha que reacciona de manera mágica con el clima y el suelo, que es un suelo –decimos así– de panal, el suelo típico del norte de la Terra Alta. Un suelo mediterráneo, que soporta insolación y poca lluvia.

Si la garnacha de hoy tiene un rasgo, una distinción, una alegría y una honestidad es que es mediterránea por el cuerpo, por la grasa. Algunos de los vinos blancos que más me emocionan tienen un punto salino, los noto en la parte de la sal de la lengua, pero éste lo tiene todo. Salinidad, sí, grasa, también. Jueguen a comer una anchoa (comprendiéndola). Miren dónde, de la lengua, hay electricidad. Este vino hace lo mismo. Catorce grados y medio de alcohol, que no es poca cosa. Pero qué fresco y qué redondo. No se notan.

Rut Fullat, de Reus, y Marco y Gino Bernava se conocen un día. Ambos, hermanos, son italianos. Pero llegan a la Terra Alta, a la telúrica, a la cinematográfica, a la –por suerte– desconocida Vilalba dels Arcs, y se enamoran. Los tres quieren dar valor al territorio pero también explorar. Ver qué hacer. No quieren hacer sólo "lo típico y tópico". Empiezan a trabajar con el morenillo (en esta sección alegre les hemos hablado). Joan Arrufí, conocido en todas partes como el Papeles, que fue presidente de la DO y que tiene el inmenso talento de hacer vinos en su bodega, Altavins, les animó. El morenillo no fue legal en la DO hasta hace poco. Poca gente como Joan Arrufí es tan sensible con el territorio. Plantaron morenillo en 2009 y la primera añada fue en 2012.

Aparece el hinojo

“Como italiano –dice Marco–, y si hablamos de blancos, quiero mucho a la zona del Trentino. Si hablamos de negros, me encanta Valpolicella, pero quiero, locamente, Catalunya y la Terra Alta”. Y sintiéndole rico, porque con Trini Gilbert y Rosa Rodon, del suplemento Comemos, hemos hecho el nivel dos del curso Wset (supongo que nos encantaría ser camareras de vinos...) y Valpolicella nos salió al examen.

En muchos vinos blancos (¿no, Rosa y Trini?) salen notas tropicales, por las levaduras extrañas. En este vino las levaduras son neutras, y, por tanto, hay algo muy típico de la garnacha terraltina: el hinojo.

Ruth, Marco y Gino son familia y hacen un vino expresivo y gastronómico que le hará vibrar. Mete, mete, mete la nariz dentro de la copa y olfatee como locos. Piense que este vino puede producir mucha locura con un plato de bacalao. Adoro la sal. Es mi salario. Bacalao con almendras, por favor, y este Bernaví, en Vilalba dels Arcs, llenando el cuerpo de hinojo, de alegría, de seriedad, de magia.